Amor sin compromiso: así juega Neymar con las sospechas del PSG

El brasileño, que este miércoles se enfrenta a Guardiola, se resiste a desaparecer del radar azulgrana

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Neymar, durante el PSG - Bayern Munic

BarcelonaLlegan las semifinales de la Champions y los dos clubes de Europa que más millones han puesto para conquistarla por primera vez en su historia se enfrentan en unas semifinales que tendrán de todo menos público en las gradas. El PSG recibe al Manchester City en el Parque de los Príncipes. O lo que es lo mismo: el equipo que tiene la mejor pareja atacante de Europa mide sus fuerzas contra el conjunto que exhibe la mejor propuesta colectiva en la Premier League, la competición estatal más exigente del continente. Los parisinos llegan a la cita después de eliminar en los cuartos de final al Bayern Múnich de la mano de Kylian Mbappé y Neymar Júnior, dos delanteros a los que quieren renovar cuanto antes mejor. Ambos acaban contrato en junio del 2022 y no tienen prisa para firmar la ampliación. El francés es el objetivo número uno del Real Madrid para reforzar el ataque de cara a la próxima década y el brasileño sigue sin rubricar el acuerdo que, según medios próximos al PSG, tiene apalabrado con Nasser al-Khelaifi desde hace meses.

Después de que el ARA informara a principios de abril de que Neymar había paralizado su renovación para explorar otra vez la posibilidad de volver al Barça, el club francés (de propiedad qatariana) movió la maquinaria para dejar bien claro que el santista tiene a punto de firma un contrato hasta el 2026 por las mismas cifras que lo llevaron en 2017 de Barcelona a París. El plan del PSG para silenciar cualquier rumor de futuro en clave culé era forzar el anuncio oficial de la renovación antes de la eliminatoria contra el Manchester City, aprovechando la euforia por el buen papel del equipo por liquidar al Bayern de la máxima competición. Pero lo máximo que ha conseguido es que Neymar apareciera en la previa del duelo de ida ante los ingleses para repetir, con tono funcionarial, lo que ya dijo después de superar a los bávaros. "Me siento bien en París, estamos en conversaciones con el club y haré lo mejor para todo el mundo", ha dicho el delantero, más abonado a buenas palabras que a los gestos contundentes para desvanecer las dudas que inquietan a Al-Khelaifi.

Mientras la renovación no esté atada al 100%, el PSG vivirá intranquilo con la ambigüedad de Neymar, que se ilusionaba con la posibilidad de volver a jugar junto a Leo Messi y ahora interpreta que el argentino está más cerca de seguir en el Barça que de trasladarse a París. Por eso, sin el yugo de la firma y la excusa de no hablar del futuro con la temporada en marcha, el brasileño obsequia a la propiedad catarí con mensajes de amor no incondicional que, en realidad, lo que hacen es denotar su resistencia a desaparecer de la órbita azulgrana. De hecho, fuentes del Barça aseguran al ARA que Neymar seguirá siendo un objetivo claro por el que luchar mientras no asegure su continuidad en el Parque de los Príncipes. Además de cerrar las llegadas de Eric García y un delantero suplente a coste cero, en los despachos del Camp Nou quieren subir el nivel de la plantilla con un atacante de primer orden. Y el santista, siempre que no renueve, cuadra con el perfil. Haaland, Lautaro Martínez y algún "otro nombre que no ha trascendido" también figuran en la lista de futuribles.

Guardiola, enamorado del 10 del PSG

Ahora bien, con la voluntad del futbolista no bastaría para abordar las conversaciones. En este sentido, Joan Laporta y compañía son conscientes de que las relaciones con el PSG son más bien malas desde hace tiempo y de que la situación económica no permitirá grandes dispendios si la Liga no flexibiliza los topes salariales. Estos dos factores limitarán el margen de acción de los negociadores azulgranas, que tendrán que jugar sus cartas con precisión cirujana para mejorar el proyecto deportivo sin poner los números al límite. Es aquí donde aparece el nombre de Ousmane Dembélé, que igual que Neymar finaliza contrato en 2022 y de momento no está muy dispuesto a negociar un acuerdo a la baja. Si el extremo francés mantiene esta posición, el Barça lo traspasará o bien lo usará como moneda de cambio, cosa que ya intentó hace dos años en el último intento frustrado para repatriar al actual 10 del PSG, de quien Pep Guardiola siempre dice maravillas. "Si Neymar no se hubiera marchado, el Barça tendría dos o tres Champions más", ha sentenciado el técnico del City, rival del brasileño por la gloria europea.

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