La condición de Messi para renovar: volver a sentirse favorito en Europa
El argentino y Cristiano Ronaldo, fuera de los cuartos de la Champions por primera vez en 16 años
BarcelonaDespués de tres años consecutivos marchando de la Liga de Campeones impotente y con la cabeza gacha, el miércoles Leo Messi mantuvo la chispa hasta el minuto 90 a pesar de acabar eliminado igualmente. Con un golazo (y un penalti fallado que podría haber puesto más nervioso el PSG), el argentino formó parte de la caída con honores que los culés protagonizaron en el Parque de los Príncipes, una derrota que refuerza al equipo de cara a lo que queda de liga y que, según cómo, podría ser la última del 10 en la Champions vestido de azulgrana. Si la despedida acaba siendo esta, tendrá un regusto positivo por la imagen del equipo, pero será con el objetivo de la orejuda más lejos que nunca en los últimos 14 años, puesto que la última eliminación del Barça en los octavos de la Champions fue en 2007. Este año el rosarino comparte la pena con Cristiano, que el martes también fracasó con el Juventus ante el Oporto. Hay que viajar hasta el 2005 (uno con 18 años, el otro con 21) para encontrar una edición de la máxima competición sin la presencia de ninguno de los dos en la ronda de cuartos. Efectivamente, Europa asiste al final de una era.
Con el clima no basta
Con todo, Messi, que en junio cumplirá 34 años, continúa con ganas de seguir compitiendo al primer nivel y, si puede ser, de no quedarse sin Champions a principios de marzo. Acaba contrato el 30 de junio y, según ha podido confirmar el ARA a través de su entorno, lo primero que hará en clave de futuro es escuchar la propuesta del nuevo mandatario azulgrana, Joan Laporta, y del que será su hombre fuerte en materia deportiva, Mateu Alemany. La buena relación que tiene con el presidente electo invita a un cierto optimismo y seguro que ayudará a enfocar las conversaciones. Pero este clima positivo no borra las dudas que, de entrada, el 10 tiene con las posibilidades reales del club para rehacer la plantilla a corto plazo y volverla a convertir en una de las candidatas a ganar la Copa de Europa.
Messi tiene asumido que, juegue donde juegue la temporada que viene, lo hará cobrando menos dinero de lo que ha ganado los últimos años gracias al contrato millonario que firmó a finales del 2017 con Josep Maria Bartomeu. Para decidir si renueva o marcha no se guiará por la oferta económica que le haga el Barça o cualquiera de los equipos que están pendientes de su situación profesional, sino por el proyecto deportivo que le vendan. Cuando duda de la viabilidad del club azulgrana es sobre todo en estos términos. Es decir, le preocupa mucho más que Laporta y el resto de los gestores puedan hacer caja para poder fichar futbolistas diferenciales que no continuar teniendo el contrato más alto del mundo del deporte. Una máxima, insisten en su entorno, que vale igualmente para el resto de clubes que se plantean su fichaje, desde el PSG hasta el Manchester City.
A pesar de la cuenta atrás, Messi no tiene prisa por comunicar su decisión. Está centrado en el desenlace de una temporada en la que el equipo puede levantar una Copa del Rey y disputar la Liga. Ahora bien, tanto él como su padre esperan que Laporta y su junta tomen posesión para tener las primeras conversaciones y conocer el margen de actuación del club en los próximos meses en materia de inversión deportiva. En paralelo, sus abogados se están asesorando con penalistas para estudiar el enfoque de la demanda por la revelación de su contrato. Messi demandará seguro a El Mundo, pero todavía no sabe cómo implicará a las que, según él, son las únicas personas que tenían conocimiento del contenido de su acuerdo con el Barça: Josep Maria Bartomeu, Carles Tusquets, Òscar Grau y Román Gómez Ponti.