Pedro Acosta (Mazarrón, 2004) es un niño travieso. Con la sonrisa en la cara y la expresión pícara irrumpió hace un par de meses en el Mundial de Moto3 para cambiarlo todo. Sea con una remontada maratoniana o liderando los últimos giros, el Tiburón de Mazarrón ha conseguido llevarse tres Grandes Premios consecutivos para situarse como líder del Mundial. El año de su debut en la categoría, Acosta se postula como principal candidato a levantar el título. Ya no solo por el hecho de ganar, sino por la manera en como lo hace. Antes del Gran Premio en el Circuito de Catalunya de este fin de semana, el joven piloto de KTM-Ajo atiende al ARA para reflexionar sobre cómo ha sido su irrupción en Moto3.
El fin de semana pasado fue muy duro para todos los pilotos. ¿Cómo lo afrontaste tú?
— Es una cosa que no quiero tener presente y necesito centrarme enseguida en este fin de semana. Yo no acostumbro a pensar mucho así, y prefiero olvidarlo. Fue la carrera que más desconcentrado he estado y hay que intentar concentrarnos más en esta.
Es tu primer año en Moto3 y lo haces batiendo todos los récords. ¿Te esperabas esta llegada al Mundial?
— Al final, cuando hay profesionales y genios, todo es más fácil. Ha sido una adaptación rápida, pero hace falta que sigamos trabajando porque últimamente estamos bajando el listón. Tenemos que seguir mejorando.
Tu debut al Mundial fue una revelación. Acabaste delante de rookies como tú, pero también de veteranos de la categoría.
— No era normal ganar tantas carreras al principio. Lo que en realidad me tocaba era sufrir y ver los podios por la tele. Conseguimos salir bien desde el principio y, a pesar de que ahora nos estamos quedando un poco atrás, tampoco estamos perdiendo tanto. La carreras que he perdido han sido las que más cosas me han enseñado, y esto es lo que me llevo.
¿Te provoca cierta frustración cuando no puedes subir al podio?
— ¡En Le Mans fue muy extraño! Verlo por la tele era... ¡pf! Me decía a mí mismo que a mí aquí abajo no me gusta estar [ríe]. Le Mans y Mugello han sido los dos circuitos donde más he aprendido, y esto me lo llevo. Ahora que vienen tres circuitos positivos para mí antes del verano, y las dos carreras en Austria después, seguro que nos ayuda la experiencia que hemos cogido.
¿En qué aspectos notas que has ganado más experiencia y has crecido más?
— Sobre todo en la piña con el equipo. Yo siempre he sido una persona muy cerrada, pero la relación que hemos tenido ha sido muy buena. Esto ayuda mucho a hacer que el trabajo sea más fácil.
Eres una persona que siempre ríe y hace bromas, pero sobre la moto hay que cambiar el chip.
— A mí me gusta ser así porque es como mejor me lo paso. Sobre la moto hay que ir con calma. Si algún día entramos en la Q2, ya me buscaré la vida para llegar a las primeras posiciones el domingo.
¿Cómo te defines como piloto?
— Soy agresivo, y últimamente estoy empezando a pensar en la moto. Hace dos años se me daba cada hostia que era curioso [ríe], y me gusta llevar al límite el reglamento.
Siempre vas al límite en todas las situaciones. ¿Es un pensamiento conscientemente o es instinto?
— No lo pienso. Al final, si tuviéramos que pensarlo todo, esto no tendría gracia. Es como las caídas. Si no caes... ¿para qué corremos? Esto tiene que tener algún límite, y los límites se tienen que encontrar. Pero mejor que sea en los entrenamientos [ríe].
Últimamente caes bastante...
— Llevo unas semanas... [ríe] Cuatro caídas en Le Mans, una en los test privados en Montmeló, otra a Mugello... ¡Parecía una bayeta! [río]. Yo siempre he sido de caer mucho, pero traigo una racha que tela. La caída de Le Mans en carrera la pude salvar, y la de los entrenamientos en Italia me ayudó mucho para ver dónde eran los límites del circuito. ¡Yo veía a los mecánicos y estaba por ir a ayudarles a arreglar la moto!
En Mugello pasaste de líder a decimotercero cuando faltaban dos vueltas para el final. ¿Qué pasó?
— Es la falta de experiencia. No supe posicionarme para entrar en la última vuelta. Iba delante durante toda la carrera y, de repente, en la penúltima vuelta me puse decimotercero o así. Ahora haría las cosas diferentes, pero lo que hice ya está hecho. Me servirá de ahora en adelante.
Vas líder en el Mundial con 52 puntos de margen. ¿Te empiezas a creer que estás donde estás y que tienes muchas opciones de ganar el Mundial el año de tu debut?
— ¡Ya lo veremos! Todavía estamos en junio y el Mundial acaba en noviembre en Valencia. Si se puede, bien, y si no, no pasa nada. Me lo tomo con calma.
Mucha gente te llama "el nuevo Marc Márquez". ¿Esto te genera una presión extra? ¿Crees que lo eres?
— No. La gente puede pensar lo que quiera, pero cada cual es quien es, y ahora lo que hace falta es estar concentrado en el trabajo que tenemos que hacer.
En Montmeló tienes muchas opciones de conseguir puntos, puesto que eres de los más rápidos del circuito.
— Es un circuito que me gusta mucho, y en las pruebas que hicimos aquí hace unas semanas estuve muy cómodo. Tendremos que empezar poco a poco; de momento, entrar en la Q2. Si no lo conseguimos, ya me espabilaré para tener ritmo y poder estar delante en la carrera.