Juegos Olímpicos

La pareja de patinadores sobre hielo que nació gracias a un mensaje en Facebook

El barcelonés Adrià Díaz vuelve a unos Juegos, ahora con la británica Olivia Smart como pareja

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Adrià Diaz y Olivia Smart, patinadores olímpicos

BarcelonaLa primera vez que Adrià Díaz (Barcelona, 1990) patinó sobre hielo fue en el aniversario de un primo. Era un juego, pero Adrià quedó atrapado por la magia de deslizarse sobre el hielo. Y ahora repetirá participación en unos Juegos Olímpicos. Hace ocho años debutó en el torneo de danza en patinaje con la madrileña Sara Hurtado como pareja y ahora vuelve haciendo pareja profesional con la inglesa Olivia Smart (Sheffield, 1997), con quién contactó vía Facebook. "Un amigo me dijo que había visto en Facebook que Adrià y Sara dejaban de ser pareja. Y yo buscaba pareja para patinar, así que le mandé un mensaje", explica Smart. En 2015, después de unos días patinando juntos, vieron que se entenderían. Y en 2017 Smart ya tenía la nacionalidad española. Para buscarse la vida, sin embargo, no viven ni en Barcelona ni en Sheffield. Viven en Canadá, donde "hay una pista de hielo en cada esquina". Como casi todos los olímpicos catalanes en Juegos de Invierno, han tenido que irse al extranjero persiguiendo las instalaciones que no hay aquí.

Adrià inicialmente hacía patinaje artístico, pero admite que "no era bueno con los saltos", así que pensó en dejarlo. "Mi entrenador en aquella época me dijo que por qué no me buscaba a una chica y patinaba en pareja, en danza. Yo le contesté que no tenía ni idea de qué es esto. Así que me hizo buscar vídeos para que viera qué era. En aquel momento, la única chica que me gustaba como patinaba, y que para mí era la mejor, era Sara Hurtado, así que le propusimos intentarlo", recuerda. De hecho, hizo falta convencer a la Federación Española de Deportes de Hielo para crear esta modalidad, que no existía. "Tuvimos que convencer a la Federación porque apostara por la danza y contratara un entrenador", recuerda el barcelonés. Durante los primeros años de carrera, se había gastado más de 1.000 euros en poder tener un vestido bastante estiloso para salir a patinar, puesto que la indumentaria también suma, en esta modalidad. Todo, pagado de su bolsillo.

Adrià se fue a Madrid en 2009, donde vivió con los padres de Hurtado una época, mezclando entrenamientos sobre hielo con el gimnasio y clases de baile. La Federación, que apostaba por ellos, contrató al entrenador británico John Dull, con quién hicieron un salto de calidad y llegaron a ser entre las cinco mejores parejas júniors de Europa. Pero en 2011 Dull recibió una buena oferta en Londres y se marchó. Los dos tomaron la decisión de seguirlo, pero no se adaptaron nunca a la capital británica. "Las pistas de hielo las teníamos que compartir con público general, el hielo no reunía las condiciones óptimas para entrenar, la pista era pequeña...", recordaba Hurtado en un acto que hizo en Las Rozas, donde reside. Decepcionados, volvieron a Madrid, donde durante unos meses decidieron qué había que hacer. Ambiciosos, pidieron a la Federación ayuda para ir a vivir a Canadá, donde unos entrenadores estaban dispuestos a trabajar con ellos en Montreal. El diciembre del 2011, aterrizaban bajo la nieve en el Quebec. Y Adrià sigue viviendo la mayor parte del año allí, entrenándose con Marie-France Dubreuil, Patrice Lauzon, Romain Haguenauer y Pascal Denis. "El técnico y los entrenamientos los cubre la Federación. Y después con las becas que tenemos estamos dando un respiro a las familias, cosa que hasta hace poco no podíamos hacer", admite Díaz, que ha hecho un montón de esfuerzos económicos para poder seguir patinando.

La pareja Díaz-Hurtado fue la primera española a llegar a unos Juegos, en 2014 en Sochi, donde quedaron decimoterceros. Pero en 2015, después de quedar quintos en el Europeo, decidieron que había que separar sus caminos. El mismo año, la pareja campeona del Reino Unido formada por Olivia Smart y Joseph Buckland también decidía separarse. Mientras en Madrid Sara Hurtado se convertía en la pareja profesional de Kirill Jalyavin, un patinador ruso establecido en España, Adrià recibió el mensaje de Facebook de Olivia y decidieron quedar para patinar juntos. Para ver si habría química. "Fue muy fácil. Nos dijeron que teníamos una técnica de base muy parecida, porque ella es británica y mi primer entrenador era británico, así que había muchas cosas que encajaban desde el principio. Y además estábamos a mitad de temporada, así que no había prisas porque no teníamos que competir inmediatamente. Tuvimos tiempo para adaptarnos el uno al otro", recuerda Adrià.

Pero en el Mundial del 2017, Hurtado y Jalyavin fueron mejores, y se clasificaron para los Juegos Olímpicos de 2018. La pareja que había abierto puertas junta ahora competía por separado para ir a los Juegos. De compañeros a rivales. Aquella decepción fue la gasolina que les hacía falta a Díaz y Smart para prepararse de cara a los Juegos de 2022. "Estos cuatro años hemos trabajado mucho, tanto dentro como fuera del hielo. Nuestro principal objetivo era hacer crecer nuestra relación como equipo, como compañeros que trabajan juntos cada día. Aquí nos han ayudado mucho nuestros entrenadores y nuestro psicólogo, y creo que es uno de nuestros éxitos más grandes de este ciclo: aprender a disfrutar de cada momento como equipo", explica Smart. "Como durante tanto tiempo hemos sido dos equipos y solo hay una plaza para los Juegos Olímpicos, es una rivalidad sana en la que nos hemos empujado los unos a los otros a ser mejores", admite el barcelonés. Dicho y hecho, el 2021 quién se quedó con la plaza para los Juegos fueron ellos, habiendo superado a Hurtado y Jalyavin. La guinda después de una gran temporada en la que fueron cuartos en los Europeos, a un paso del podio, en el mejor resultado conseguido nunca por una pareja española, además de ser campeones estatales y ganar una medalla de bronce en el Grand Prix del Canadá. Además, han establecido un nuevo récord de España en tres modalidades: danza rítmica, danza libre y la suma de los dos concursos. Están en un momento dulce, justo en un año olímpico.

Díaz y Smart llevan un programa a los Juegos de Pekín al ritmo de Proud Mary, de Tina Turner, en el programa corto y la banda sonora de la película La máscara del Zorro en el largo. El debut será el sábado a las 12 h y la segunda puesta en escena, el lunes a las 2.15 de la madrugada. En el concurso de danza sobre hielo, la pareja tiene que estar casi siempre en contacto, bailando. No se permiten los saltos individuales como los del patinaje artístico, porque aquí manda la complicidad entre los patinadores, mientras los jueces puntúan mezclando elementos como los ejercicios hechos, pero también la armonía siguiendo el ritmo de la música y la ropa utilizada. El reto de la pareja es aspirar al diploma olímpico acabando entre los ocho primeros, conscientes de que las medallas quedan lejos. Su presencia en la China, por cierto, también significa el regreso a una cita de invierno de deportistas federados en el FC Barcelona. Curiosamente, Olivia Smart admite que ha estado en Barcelona apenas un par a veces, porque viven en Canadá. Pero el club azulgrana los federó hace unos años, dando un poco de apoyo. Hasta ahora, los únicos olímpicos sobre hielo del Barça habían sido Glòria Mas en 1980 en patinaje artístico sobre hielo y Marta Andrade, en la misma disciplina, en los Juegos de Lillehammer 1994 y Nagano 1998.

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