El socio pone punto y final a la interinidad en el Barça

BarcelonaEl 7 de marzo de 2020 los forofos pudieron entrar por última vez en el Camp Nou para ver un partido del Barça. Hoy, justo un año después, vuelve a abrir las puertas al público. Pero no para el fútbol, sino para escoger el nuevo presidente de la entidad entre mascarillas, gel y colas con separación de seguridad. A pesar de las restricciones de la pandemia, la cita supera por ahora las expectativas de participación. Según ha anunciado el club, 42.052 socios ya han ejercido su derecho a voto antes de las 14 h (38,13% del censo). Se contabilizan los más de 20.000 votos por correo, pero la cifra es apenas 5.000 electores de la participación que se registró en 2015.

Joan Laporta, Víctor Font y Toni Freixa buscan hoy el aval de los más de 110.000 socios con derecho a voto. Unas elecciones diferentes, marcadas por la pandemia, en que la participación final será imprevisible, con múltiples sedes y con alrededor de 20.000 socios que ya han ejercido su voto a través del sufragio postal, novedad en estos comicios. Las mesas abren las puertas a las 9 de la mañana y las cerrarán a las 9 del anochecer. Antes de media noche se tiene que publicar el resultado, que confirmará si las encuestas tenían razón y Laporta vuelve a sentarse en la silla principal del palco, o bien si Font o Freixa dan la sorpresa. Será el punto final de una campaña extremadamente larga, con propuestas y reproches, y que ha estado marcada en la última semana por el registro de los Mossos a las oficinas del club en relación con el Barçagate.

Los operarios daban ayer los últimos retoques en el Camp Nou, el epicentro de estas elecciones, donde podrán votar 78.987 socios de manera presencial en las 111 mesas habilitadas. Pero no será el único. Girona (5 mesas para 3.707 votantes), Tarragona (3 mesas para 2.200 socios), Lleida (2 mesas con 1.264 posibles votantes), Tortosa (una mesa para 616 electores) y Andorra (2 mesas y 705 socios) también tendrán una sede electoral. En total, 87.479 socios con derecho a voto presencial, puesto que 22.811 (el 20,7% del censo) solicitaron participar en los comicios por vía postal. Socios que, para facilitar la logística, ya han sido excluidos del censo en las mesas para evitar duplicidades, independientemente de que hayan hecho uso o no de este servicio.

Precisamente, los votos por correo, que finalmente fueron 20.663 (el 90,7% de los que se solicitaron), llegaban viernes al estadio. Correos acabó el plazo de votación la semana pasada y depositó los sobres ante notario. Una vez en el Camp Nou, se custodian en la Sala Roma hasta el final de la jornada electoral. A la hora del recuento, del que estarán pendientes 120 empleados, se escrutarán en un único punto y el resultado se sumará directamente al voto presencial. El cubo explicaba al ARA que no se desglosaría el voto por correo del voto presencial “para evitar especulaciones” sobre el resultado.

La pandemia ha revolucionado unas elecciones que estarán marcadas por el protocolo de seguridad y que contarán con un dispositivo de casi 2.000 personas. No será una jornada festiva ni coincidirá en día de partido. Esta vez será imprescindible el carné de socio para poder acceder al recinto de votación, no se permitirá el acceso de los acompañantes -solo grupos familiares en los que todos sean socios-. Las restricciones de movilidad también impiden, a priori, que los residentes en comarcas no puedan desplazarse y se queden sin poder votar -a pesar de que algunos candidatos han asegurado que votar está incluido en las excepciones.

Todo ello puede incidir en la participación final, que los últimos años había sido entre el 43% y el 53% del censo. Hay teorías para todos los gustos, desde los que aseguran que con el covid mucha gente tendrá miedo y se quedará en casa, a los que defienden que, por las pocas opciones de ocio, se disparará la afluencia de votantes. De pasada, este hecho también puede hacer que las encuestas realizadas durante la campaña acaben siendo papel mojado.

Cinco meses sin presidente

Las elecciones empezaron a gestarse a finales de agosto cuando el socio Jordi Farré impulsó el voto de censura contra la directiva de Josep Maria Bartomeu, iniciativa a la que se añadirían otros aspirantes a la presidencia y entidades barcelonistas opositoras. La junta había anunciado las elecciones para la segunda quincena de marzo, siguiendo escrupulosamente lo que dictan los Estatutos en el caso de fin de mandato, pero más de 20.000 socios hicieron evidente que tenían prisa. A pesar de recoger más apoyos de los necesarios, la votación no llegó a producirse por la dimisión en bloque del presidente, el 27 de octubre. Carles Tusquets pasaba a dirigir el club de manera interina a través de la junta gestora. Ahora bien, no convocaba los comicios de manera inmediata sino que esperaba un par de meses a iniciar el proceso. La primera fecha de las elecciones era el 24 de enero, pero una semana antes, cuando solo tres de los nueve precandidatos habían pasado el corte de firmas, se aplazó por la situación epidemiológica. Entonces ya estaba prevista la votación descentralizada pero se añadió la votación por correo. Siete semanas después, se sabrá el nombre del nuevo presidente del Barça.