"Espero que dentro de 10 años mi catalán sea mejor que mi castellano, que es horrible"
Alan Pace ya es oficialmente el nuevo máximo accionista del Espanyol
Barcelona"Buenos días a todos. Espero que me entendáis. Lo siento, pero eso es todo lo que podré deciros hoy en catalán. Sólo sé un poco". De esta forma, con una disculpa por no dominar la lengua propia de Cataluña, arrancó la primera intervención pública como nuevo propietario del Espanyol del estadounidense Alan Pace, que por voluntad propia respondió a las preguntas de la prensa en castellano y no en inglés, su idioma materno. "Espero que en 10 o 20 años mi catalán sea mejor que el castellano, que es horrible", añadió entre risas el máximo accionista blanquiazul, preocupado por hacerse entender y sorprendido por la expectación que generó su primera comparecencia, con más de 50 periodistas acreditados.
La primera barrera que rompe Pace
Aunque seguirá residiendo con su familia en Burnley, desde donde dirige el club de la Premier League del que también es propietario bajo el paraguas de Velocity Sports Partners (VSP), Pace tiene previsto estar mucho más cerca del Espanyol que el antiguo máximo accionista perico: "Seré mucho por Barcelona, pero no llevaré el día a día".
En Chen Yansheng, que vive en China y no visita Cornellà-El Prat desde septiembre del 2022, siempre se le reprochó la distancia geográfica, cultural e idiomática –solo se comunicaba en chino– que le separaba del club, una de las causas de su progresivo alejamiento de la masa social. Y Alan Pace, que en tres meses ha visto ya más partidos en directo que su antecesor, quiere romper con todo esto. No promete la Champions como hizo Chen a su llegada, pero sí verbalizó que querría establecer la entidad entre el top 6 de la Liga y que en cinco años le gustaría verle en Europa.
El esfuerzo de contestar a los periodistas en castellano y de comunicarse a las redes en catalán va en la dirección de acercarse a los aficionados: "Son primordiales. En Burnley, antes de cada partido estoy hablando con ellos fuera del estadio. Quiero escucharles, para mí es muy importante estar cerca de usted". En el Espanyol hace exactamente lo mismo, y los días que acude al palco de Cornellà-El Prat, el hashtag#rcde se inunda de selfies de seguidores blanquiazules con él; como ocurre cuando aparece JJ Whatt, el socio mediático de Pace que viraliza el Espanyol con una cerveza en la mano.
La emoción de volver a Barcelona
"Es una persona entrañable y muy cercana, y eso lo traslada a los lugares en los que trabaja", confirma un viejo amigo que hizo en la Barcelona preolímpica, cuando estudiaba un máster en IESE y jugaba a fútbol americano en el campo de arena del Júpiter con los Búfalos de Poblenou. Sus compañeros de equipo aún recuerdan a las cookies que les llevaba su mujer, Kristen, después de los partidos; también el día que le dijeron que se mudara y apareció vestido con una gabardina y unas botas de cowboy: "¡Parecía Clint Eastwood!" Fue entonces cuando Pace se enamoró de Barcelona y empezó a chapurrear catalán –la gran mayoría de sus amigos eran catalanohablantes–, en una época que le marcó profundamente y que ha sido determinante en la decisión de elegir el club perico –tenía en mente comprar el Espanyol desde el 2022– de entre todos los de España que le han ofrecido.
"Esto es un sueño. En 1991 vine a vivir a Barcelona con mi mujer dos semanas después de casarnos. Y más de 30 años después, vuelvo. ¡Es como una segunda luna de miel! La gente que conocí me abrieron las puertas de su casa y me hicieron sentir parte de su familia, son declarados." que ha podido se ha buscado una excusa para visitar la capital catalana y que ha cultivado estas amistades en la distancia, cuando regresó a Estados Unidos y ahora desde Inglaterra.
"Podemos estar temporadas largas sin hablar, pero cada año me envía una carta para explicarme cómo les va la vida a la familia Pace: sus cambios de trabajo, cómo van creciendo sus tres niñas, que hace poco le hicieron abuelo... Es un detalle que le define como lo que es, un tipo leal y muy familiar", revela uno de los ex. De hecho, una de las primeras cosas que hizo cuando desembarcó en el Espanyol fue invitar a un grupito de los amigos de Barcelona a ver en un palco privado el partido contra el Atlético de Madrid.
Pocos cambios de organigrama
"Es reflexivo, nada impulsivo. No creo que lo queme todo aunque haga una revolución", dicen quienes le conocen desde hace tiempo. Es la misma percepción que existe en los despachos de Sant Adrià, desde donde creen que Pace no cortará la cabeza de nadie ni realizará cambios estructurales, como mínimo hasta dentro de unos meses, cuando haya podido analizar a fondo cada departamento. De momento, ni siquiera sustituirá al CEO, que es Mao Ye, representante de Chen y Rastar. El empresario estadounidense será máximo accionista y presidente, Garagarza se mantiene en la dirección deportiva y el barcelonés Antonio Dávila, profesor de IESE y cargo directivo en el Burnley, formará parte del consejo de administración. Por su parte, el australiano Brad Spiby, que también cursó un máster en Barcelona, será la extensión a la entidad de Alan Pace y VSP: "Es mi mano derecha, parte de nuestro grupo. Estará aquí siempre y ayudará en las comunicaciones y planificaciones".
Pace entiende que el dominio de la lengua es fundamental e irá "poco a poco". "No quiero llevar a nadie que no hable el mismo idioma que sus compañeros de trabajo", concluyó con sentido común el propietario estadounidense del Espanyol, que llega con la lección bien aprendida: quiere aprender catalán y transmite una empatía que hacía tiempo que no se respiraba en Cornellà-El Prat.