¿Tener la regla afecta al rendimiento de las deportistas?
El Barça pone en marcha un estudio pionero para encontrar respuestas a las inquietudes sobre la salud de las futbolistas
BarcelonaHablamos de la mujer en el deporte, pero no de la mujer como deportista. Relatamos los hitos conseguidos, los muros derribados o los techos de cristal reventados. Explicamos la lucha social que hay detrás del hecho de que una chica juegue profesionalmente a fútbol, pero no nos paramos a pensar cómo es ser esta deportista. La medicina ha olvidado a la mujer durante muchos años y ha basado sus teorías y diagnósticos en los cuerpos del hombre, que históricamente ha practicado el deporte de alto nivel. Ahora, con los cambios y la profesionalización de la mujer dentro de un ámbito que antes le era negado, aparecen gran cantidad de preguntas sin respuesta. Por ejemplo, ¿cómo condiciona el ciclo menstrual a las deportistas? ¿Es un factor clave para entender un tipo de lesiones? ¿Se puede personalizar un entrenamiento según las condiciones hormonales del deportista?
Todavía hay pocos estudios científicos que hayan dado respuestas a estas preguntas, que además de recientes son complejas. "Las mujeres tenemos unas necesidades que no tienen los hombres, y viceversa", sentencia Eva Ferrer, exmédico del Barça Femenino y ahora especialista en salud femenina y deporte en el Barça Innovation Hub. "Lo que se había visto hasta ahora en el ámbito médico deportivo siempre estaba relacionado con el mundo masculino. Esto hacía que basáramos en el hombres todo el proceso de rehabilitación y preparación en la medicina", refuerza Mireia Bassó, fisioterapeuta del Consejo Catalán del Deporte. Ahora, después de muchos años de falta de información, la comunidad médica pone manos a la obra.
Lo primero que hay que hacer es entender cómo es el ciclo menstrual de la mujer, para después poder comprender cómo y en qué afecta a las deportistas. "El ciclo ovárico, que se calcula en función de cómo madura el óvulo, tiene tres fases: la folicular (que va desde el día 1 de la menstruación hasta el día 14), la fase de ovulación (que dura unos 4 o 5 días) y la fase lútea (del día 19 hasta el 28)", describe Bassó. Cada una de estas etapas tiene unas características particulares y afecta a las mujeres de una determinada manera. "Hay dos hormonas muy importantes: los estrógenos y la progesterona. Suben y bajan según la fase en la que estamos y hacen que haya cambios en el sistema nervioso y muscular". La primera fase podríamos decir que es "la mejor". "Sintomatológicamente, la jugadora se encuentra mejor y muscularmente también: es más rápida a la hora de hacer activaciones musculares, tiene más capacidad de concentración y atención y no hay tanta percepción de fatiga ni daño muscular", explica la fisioterapeuta.
La segunda, en cambio, "se caracteriza porque hay un aumento de temperatura basal (temperatura del cuerpo en reposo) y esto puede ser que afecte a los ligamentos. Ahora que ha habido una lluvia de lesiones de ligamentos cruzados, se está viendo y estudiando si realmente es un factor que favorece este tipo de lesiones. No se sabe todavía al 100% si esta fase es peligrosa en este aspecto", concluye. Y, por último, la fase previa a la regla, es la "más débil" de la jugadora. "Hay cambios de humor, más hambre, más sensación de fatiga... Son cosas que pueden afectar al rendimiento. También el dolor muscular es mayor y, si hacen un trabajo de fuerza, cuesta más recuperar. Cardiovascularmente, también se cansan más", sentencia.
Así, y con esta teoría general, la tarea de adecuar la carga física tendría que ser relativamente sencilla. Pero no lo es ni mucho menos. "El ciclo menstrual de cada mujer puede ser diferente cada mes y es diferente entre mujeres. Es la personalización llevada al extremo", explica Ferrer. "El deporte de élite puede ser individual o de equipo. Cuando es individual es mucho más fácil adaptarlo todo porque lo adaptas a la persona y a la competición. Cuando es un deporte de equipo, sean 5 o 25, si todo el equipo tiene que hacer una competición es muy complejo adaptarlo de manera individual cuando todas están haciendo lo mismo. Todavía es una utopía poder adaptar un entrenamiento de campo a las necesidades individuales de cada persona. El gran objetivo, de hecho, sería adaptar el entrenamiento a los ciclos menstruales sabiendo qué nos aporta de bueno en cada momento", añade.
Estos estudios no solo sirven para preparar los entrenamientos o planificar la carga física, sino que también pueden ayudar a prevenir lesiones como por ejemplo las de ligamento cruzado, el verdugo por excelencia del deporte femenino. "Lo que nos dicen los estudios ya hechos es que en la fase preovulatoria es cuando se tiene más riesgo de sufrir lesiones ligamentosas, como las de cruzados, por ejemplo", explica Eva Ferrer.
El Barça es una de las entidades que se ha puesto las pilas y ha puesto en marcha un programa pionero. Cada semana, 21 futbolistas pasan por el centro médico azulgrana, donde se les sacan muestras de sangre y saliva. "Sirve para valorar si los ciclos que ahora están teniendo presentes, a partir de los calendarios menstruales, están basados en la realidad", explica Ferrer, responsable del estudio. Después de cuatro años recogiendo los calendarios de las deportistas, este estudio permitirá concretar las teorías que hasta ahora imperaban sobre la realidad hormonal de las futbolistas azulgranas. "Las deportistas te piden soluciones y tú no te puedes quedar atrás. Como mínimo tienes que haber intentado encontrar respuestas. Puede ser que no las tengas, pero tienes que estar ahí para poder ofrecer las soluciones que ellas puedan necesitar", concluye.