El sueño de Mia Ayats que la Federación Española no quiere hacer realidad
La familia de la campeona del mundo de BMX, de sólo 10 años, ha puesto en marcha un 'crowdfunding' para pagarle la participación en el próximo Mundial porque el ente federativo se niega a costear el viaje
BarcelonaMia Ayats tiene solo 10 años, pero ya ha tenido tiempo de ser campeona del mundo, de Europa y de España en la disciplina de ciclismo de BMX. Todo lo ganó el pasado verano, especialmente en agosto, cuando subió al escalón más alto del podio en la ciudad escocesa de Glasgow y se coronó con el título mundial. Apenas era la segunda vez que participaba en el campeonato y se convirtió en la única de todo el territorio español en conseguirlo. Su ambición por seguir rompiendo récords no se detiene y el próximo reto es correr en la siguiente edición del Mundial que se celebrará en Estados Unidos del 10 al 18 de mayo. El sueño de Mia podría volver a cumplirse. talento tiene sobradamente. Pero hay un detalle que lo dificulta: nadie paga los gastos que comporta competir en el otro lado del océano. Todo sale de los bolsillos de los padres, que han puesto en marcha un crowdfunding para financiarla.
Para tratar de revalidar el título, Mia Ayats está citada en Rock Hill, en Carolina del Sur. Es un Mundial. Por tanto, no puede representarse a sí misma, sino que debe hacerlo en nombre de su país. Ahora bien, la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) ha decidido que no paga los gastos que comporta correr en esta competición por ser menor de 16 años. "No entra en un ámbito de edad para que la Federación se responsabilice de ello", explican fuentes de la RFEC. Es una norma interna, no un imperativo legal. Y no todo el mundo está de acuerdo. Para Xavier Albert Canal, abogado especializado en derecho deportivo, la federación en cuestión debe pagar todos los gastos a cualquier persona que vaya a representar al país en alguna competición: "No importa la edad. Si va con España, la Federación Española debería pagarlo".
De padre catalán y madre rusa, Mia Ayats nació en el 2013 en San Petersburgo porque entonces sus padres vivían allí. No se estableció en Cataluña hasta el curso 2018-19. "Tengo muchas ganas de ir al Mundial, pero nadie nos lo paga", comenta, triste, Mia. "Se necesitan unos 5.000 euros, como mínimo, para ir a Estados Unidos a competir", comenta el padre, Marc Ayats. Nada más bonito que ver a una hija cumpliendo sus sueños y, a raíz de la negativa de la federación, los padres empezaron a recaudar fondos a través de la red.
Los padres siempre han tenido que pagar los gastos de la competición
Porque los padres deben hacerse cargo de todo. Los vuelos, alojamiento, equipación, dietas y otros aspectos externos que implican a la corredora, como el acompañamiento de un familiar –porque es menor de edad– o la presencia del entrenador. "Debemos comprar los billetes y pagar la estancia desde el primer día hasta el último, porque no te dicen qué día competirás", añade Marc. No es la primera vez que deben asumir estos gastos. Siempre lo han hecho.
Hace años que se pagan los trayectos por dentro de la Península y por el continente europeo, aparte del gran coste que supuso correr en Glasgow. También hay un sacrificio familiar: viven en Altafulla y deben conducir hasta Barcelona para entrenarse dos días a la semana. "Salgo muy cansada de la escuela y tengo que hacer una hora de coche hasta el circuito mientras hago los deberes", explica Mia.
Pero nada borra su sonrisa de oreja a oreja, presente en todo momento. De fondo, se están entrenando a sus compañeros, niños y niñas de edad similar a la suya. Las bicis vuelan cuando saltan las rampas de tierra del circuito de BMX del barrio de Horta. Mientras, ella sólo quiere volver a subir sobre las dos ruedas y seguir pasándolo bien con los amigos, los mismos que también estaban presentes simbólicamente en Glasgow: "Mis amigos me dijeron que hiciera alguna locura en la presentación antes de empezar la final y decidí hacer un baile gracioso sobre la bici".
"Tiene mucho potencial. Desde el primer día se le ve una motivación extra, siempre quiere mejorar y hacerlo todo perfecto. Esto le ha hecho ser la mejor hoy en día", relata Alfred Moreno, su entrenador en el Catalonia Team, equipo que la preparó para ganar en Glasgow. "Cuando atravesé la línea de meta no podía creerlo. Estaba muy feliz", añade ella. Subió a la bici por primera vez con 3 años y ya no ha vuelto a bajar. El próximo reto es conseguir el dinero y revalidar el título. Y, mientras, un deseo: conocer algún día a Marc Márquez.