Los vaqueros de la discordia que han revolucionado el mundo del ajedrez
El noruego Magnus Carlsen ha logrado que se modifique una norma sobre la forma de vestir a los mundiales de ajedrez
BarcelonaEl gran campeón de ajedrez Magnus Carlsen lleva tejanos. Como miles de personas, vaya. Pero en los grandes torneos de ajedrez estaba prohibido llevarlos. Esta última semana el defensor del título en el Mundial de ajedrez de partidas rápidas abandonó la presente edición, que se disputa en Nueva York, después de que la Federación Internacional, la FIDE, no la emparejara el viernes en la novena ronda cuando él negó a cambiarse los pantalones vaqueros que llevaba puestos. Carlsen, un genio que lo ha ganado pese a que disfruta rompiendo las normas, decidió que prefería perder el título antes que ceder a una norma que considera retrógrada.
La historia, sin embargo, es más compleja y, de hecho, dos días después la Federación cedió y cambió la normativa. La FIDE necesitaba Carlsen en el Mundial de blitz organizado a la vez que aquel de rápidas, en la misma sede, Nueva York. Así que cedieron y el escandinavo pudo competir después de dos días de descanso. Y tal y como es él, se clasificó por los cuartos de final, después por las semifinales y durante las últimas horas del año 2024, se plantó en la final. Aquí se enfrentaba al ruso Ian Nepómniaschi. Y a pocas horas para final de año, el jugador de Noruega propuso al ruso compartir el título, ya que iban empatados. Quizás estaba cansado, quizás quería ir a celebrar las campadas. Quién sabe. Ganó el Mundial....con los vaqueros de la discordia. Una forma distinta de finalizar el año.
¿Pero que había pasado antes? Nueva York era sede de la última cita del calendario del año del ajedrez, con el torneo de blitz y aquel de rápidas, donde ganó el ruso de 18 años Volodar Murzin. Carlsen, que no había empezado bien el torneo de rápidas, se plantó con vaqueros en la jornada del pasado viernes en la sede del torneo, en la calle de Wall Street, en el centro de Manhattan. Poca gente se dio cuenta. De hecho, lo que todo el mundo observaba es que Carlsen llegó dos minutos tarde a la partida, con cara de ir de bulto, con un café en la mano. Pero amparándose en las reglas del torneo, el árbitro decidió advertir al escandinavo cuando lo vio con ese pantalón. La normativa no permitía ropa deportiva o vaqueros, normas heredadas después de décadas de tradición, cuando era normal jugar con corbata. Pero Carlsen no cedió, así que le multaron primero con 200 euros. Posteriormente, le ofrecieron la posibilidad de cambiarse de ropa para poder tomar parte en la siguiente ronda, la novena del torneo. El nórdico no lo aceptó e indicó que quizás se cambiaría de pantalones al día siguiente, lo que dio paso a una situación grotesca en la que el propio árbitro afirmaba en la prensa: "Como ocurre en el fútbol, yo tengo que hacer cumplir unas normas sin que esto quiera decir que me gusten". Carlsen, que había arrancado mal el torneo y ocupaba la posición número 41, decidió no sólo no participar en esa ronda sino tampoco en las restantes.
"Que se jodan, los de la Federación"
"Es obvio que no ha sido el mejor torneo para mí. Ayer fue un día difícil, no estaba jugando bien, un poco fuera de control. Dormí bien y tuve una agradable reunión para comer antes de venir aquí. Casi no tuve tiempo de subir a la habitación para cambiarme, así que me puse una camisa, una chaqueta e incluso me cambié de zapatos, pero ni siquiera pensé en lo de vaqueros", indicó Carlsen en el canal de su propiedad Take Take Take. "Llegué aquí y, no sé si después de la primera o la segunda partida, me multaron y después me hicieron un warning diciéndome que no sería emparejado si no me cambiaba de ropa. Me dijeron que podía hacerlo después de la tercera ronda de hoy y yo les dije que me cambiaría al día siguiente", añadió. Al final, soltándose, dijo: "Que se jodan, los de la Federación".
El danés hace años que tiene una mala relación con la FIDE por diferentes cuestiones. De hecho, ya no había participado en los dos últimos Mundiales de la modalidad clásica, que recientemente ganó el indio Dommaraju Gukesh, porque no está de acuerdo con las reglas. Además, Carlsen promociona el Chess Tour Freestyle, una modalidad fuera de la FIDE en la que se sortea la disposición de las piezas para evitar las aberturas tradicionales. La FIDE ha amenazado a jugadores para evitar que firmen por el Chess Tour Freestyle", defendía el jugador de Noruega. "Soy demasiado mayor en estos momentos para preocuparme mucho por estas cosas, si esto es lo que quieren. Creo que es una cuestión de ambas partes, nadie ha querido recular y aquí estamos bien por mi parte" añadió.
Por su parte, la FIDE se defendió en un comunicado: "Magnus Carlsen violó el código de vestimenta al utilizar vaqueros, que están explícitamente prohibidos según las regulaciones de larga trayectoria para este evento. El árbitro principal le informó de la infracción, le impuso una multa de 200 dólares y le pidió que se cambiara de vestimenta. Esta decisión se tomó de forma imparcial y se aplica por igual a todos los jugadores".
De hecho, la FIDE detalló que no fue el primer caso en el mismo torneo: "Aquel mismo día Ian Nepómniaschi también fue multado por violar el código de vestimenta al utilizar calzado deportivo. Sin embargo, obedeció, se va poner la vestimenta aprobada y continuó jugando en el torneo. está compuesta por jugadores profesionales y expertos. Son normas bien conocidas por todos los participantes y se les comunican antes de cada evento", defendieron. Carlsen no parecía muy afectado. Como siempre, va a lo suyo. Y como suele ocurrir, ha ganado.
Este lunes se produjo el cambio de posición de la FIDE: "No pasa nada si lleva tejanos elegantes con una americana", dijeron los organizadores. Después del Mundial de rápidas, se ponía en marcha aquel de blitz, una modalidad igualmente espectacular con partidas con poco tiempo para pensar. Y querían tener a Carlsen jugando, ya que es la gran estrella. Así, el gran campeón pudo competir en el Mundial de blitz, llegando tarde a alguna partida, dando autógrafos cuando ya estaba sentado frente a un rival o estallando a reír tras cometer un error. Así es Magnus. Fue haciendo vía, hasta ganar un nuevo Mundial compartiendo el título con su rival.