El 77% de las sicavs desaparecen, pero las más importantes sobreviven

A pesar de que solo subsisten una de cada cinco, estas aglutinan el 44% del dinero gestionado

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Sede de la Comisión  Nacional del Mercado de Valores, en Madrid.

El alud de disoluciones de sicavs que se ha producido en España desde principios de año ya tiene un recuento oficial: el 77% de estas sociedades han desaparecido como tales tras los cambios legislativos que han endurecido los requisitos para poder seguir operando. Por el contrario, el 20% de las sicavs seguirán operando. Aún queda un 3% pendiente de comunicar si optan por seguir adelante o bajar la persiana, según los datos publicados por la CNMV, el supervisor de los mercados financieros.

Aunque son minoría, las sicavs que subsisten son las que tienen mayor patrimonio; es decir, que la reforma legal no ha impedido que los más ricos puedan mantener a estas sociedades. En concreto, el 20% de sicavs que seguirán existiendo (un total de 467, cuando a principios de año había casi 2.300) acumulan un 44% del capital que gestionaban todas estas entidades. El patrimonio que tienen estas sicavs asciende a 12.665 millones de euros, según la CNMV.

Rodrigo Buenaventura, presidente del supervisor, ya había explicado hace unos días que parecía que "varias de las entidades de mayor dimensión" continuarían como sicav, ya que "han declarado que cumplen los nuevos requisitos". Entre las que han desaparecido, lo habitual, según los expertos consultados, ha sido transferir el dinero a fondos de inversión españoles, ya que la ley ha permitido no tributar IRPF para realizar este cambio —como normalmente correspondería— para facilitar la transición.

La nueva legislación

¿Cuáles son los nuevos requisitos? Básicamente, la legislación establece criterios más rigurosos para poder ser una sicav. Las sicavs no tienen un régimen fiscal diferente al de cualquier fondo de inversión (se paga un 1% anual mientras no se toque el dinero, pero, en el momento de retirarlo, se tributa con el IRPF que corresponda). Pero las sicavs son un vehículo de inversión colectiva y, como tal, deben tener al menos 100 accionistas. Y aquí es donde se producían los engaños: muchas no tenían 100 accionistas reales, sino que estaban rellenas de hombres de paja (conocidos como mariachis en la jerga financiera).

Para evitarlo, la nueva ley establece que cada uno de los 100 accionistas debe haber invertido al menos 2.500 euros en la sicav. Este retoque ha dejado heridos de muerte a los mariachis.

Ahora bien, algunas de las sicavs que han preferido seguir operando pasarán a tributar un 25% anual sobre sus beneficios por no cumplir este requisito (como cualquier otra empresa hace con el impuesto de sociedades). Esto ha ocurrido en 83 sicavs, entre ellas Soandros. Esta sicav está controlada por Sandra Ortega (hija de Amancio Ortega y nueva presidenta de Inditex) en un 99,6% del capital.

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