Finanzas personales

¿Cómo ahorrar con la factura del agua? Mirad el calibre

El tipo de contador puede afectar cuánto se paga de mantenimiento y de cuota básica

La factura del agua es una de las que tiene añadidos más recargos, como por ejemplo tasas municipales o el canon del ACA.
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BarcelonaCon las recientes subidas de la inflación, el precio de la luz y el del gas son los que están acaparando más atención de los ciudadanos, pero el agua también es un servicio esencial con una factura complicada de entender. Uno de los principales factores que dificultan su lectura es que, más allá del consumo de agua, se añaden varios recargos, que incluyen desde tasas municipales y el canon del agua de la Generalitat hasta el mantenimiento del contador.

Otra diferencia con el gas y la electricidad es que, en el caso del agua, los consumidores no tienen dónde elegir, puesto que se trata de monopolios municipales gestionados por una sola empresa en cada población. Cada ayuntamiento decide cómo asegura el suministro de agua en su municipio: en algunos casos optan por externalizarlo a empresas privadas y en otros —una minoría— se gestiona desde una empresa pública. En el caso de la región de Barcelona, es la empresa Aigües de Barcelona (participada por el área Metropolitana de Barcelona pero con mayoría del accionariado controlado por Agbar) quien gestiona el agua y, por lo tanto, quien envía las facturas a los usuarios. En otras poblaciones, por ejemplo, está Sorea, que también forma parte del grupo Agbar, o Aqualia, filial de la constructora FCC.

Sea como fuere, tanto si se contrata el agua con una suministradora pública como privada, una parte del precio de la factura se va a pagar la conservación del contador. En la mayoría de casos, el contador es propiedad del usuario, que lo paga cuando se lo instalan en casa, junto con el resto de gastos del alta. Ahora bien, el mantenimiento va a cargo de la suministradora, que se encarga que esté en buen estado para evitar escapes u otras averías.

Este mantenimiento se cobra al consumidor a través de la factura y, igual que el precio del agua consumida, varía según el municipio. Sin embargo, en todos los casos el coste del mantenimiento depende del calibre que tiene el contador: cuanto más elevado es, más caro es el mantenimiento. 

El calibre del contador se puede consultar en la misma factura del agua, y para una vivienda acostumbra a ser de 13 o 15 milímetros, a pesar de que puede ser superior según el municipio, la vivienda y el suministro necesario. Un elemento a tener en cuenta cuando se da de alta el agua de una vivienda es asegurarse que el calibre del contador es el adecuado y que no es más grande de lo que tocaría, puesto que entonces se pagaría más sin ninguna necesidad. Es por eso que es recomendable hablar con algún técnico o arquitecto que pueda revisar cuál es el que toca.

Este calibre determina cuánto pagamos por el mantenimiento del contador, pero en muchos municipios también pagamos por la cuota de servicio, que es el precio básico que se abona mensualmente independientemente del consumo —equivalente a la potencia contratada en el caso de la factura de la luz—. Hay municipios que no distinguen entre domicilios con calibres de 13 o de 15 milímetros, pero otros que sí que cargan una cuota más alta entre uno y el otro. 

Además, la cuota de servicio también depende del caudal que se contrate, es decir, la cantidad de agua que se espera consumir. Este dato también es diferente según la vivienda y, sobre todo, según el tipo de electrodomésticos —por ejemplo, si la casa tiene lavavajillas o no— y el número de lavabos que tenga.

Tasas municipales y canon

La factura del agua puede incorporar otros elementos ajenos al consumo, sobre todo tasas municipales. El caso más conocido es el tributo de recogida de residuos del Ayuntamiento de Barcelona (que se suma al de alcantarillado). La capital catalana y otros municipios cobran este tributo a través de la factura del agua. Así mismo, el AMB también añade a la factura la tasa metropolitana de gestión de residuos. Es decir, una factura en Barcelona contiene hasta cuatro tasas.

Además, la Agencia Catalana del Agua –que depende de la Generalitat– incluye el pago del canon del agua en toda Catalunya con la factura. A estos impuestos hay que sumarles también un 10% del IVA.

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