El sabor mediterráneo de Estrella ya se produce en el centro de Inglaterra
Damm inaugura oficialmente la primera planta de producción y envasado fuera de la Península Ibérica
Bedford (Reino Unido)El Mediterráneo ha llegado al centro de Inglaterra, y no por efecto del cambio climático. Por lo menos el sabor del Mediterráneo, o uno de sus productos más conocidos en todo el mundo, Estrella Damm, se ha instalado en uno de los centros neurálgicos de la logística de las islas británicas. La histórica cervecera catalana, que el próximo año cumplirá 150 años, ha inaugurado este jueves su primera planta de producción fuera de la península Ibérica. El lugar elegido ha sido la localidad de Bedford, entre Londres y Birmingham, donde desde hace tres años la compañía ha invertido algo más de ochenta millones de euros para restaurar y renovar una antigua y tradicional cervecera, la Eagle Brewery, rebautizada ahora con el nombre de The Damm Eagle Brewery. El objetivo es consolidar la creciente expansión en el mercado británico, el segundo más importante para Damm, dentro de los sectores de las premium world lager en un entorno de máxima competitividad.
La planta, de momento, sólo produce latas y barriles (de 20, 30 y 50 litros), con una capacidad anual de envasado de 1,8 millones de hectolitros, con el objetivo de llegar a los dos millones en el 2027. No sólo se envasan los diferentes productos de Damm. También existen acuerdos para fabricar y enlatar Kirin Ichiban, una cerveza japonesa, la Brookling, de Carlsberg, al tiempo que se envasa la producción de una pequeña cervecera del norte de Inglaterra, Northern Moonk, de Leeds.
De los 1,8 millones de hectolitros de capacidad de la Damm Eagle, 800.000 serán de cerveza y el resto de otros soft drinks. Juan González, el director del negocio internacional de la compañía, considera que haber adquirido la propiedad de la planta es "lo más lógico y el siguiente paso después de haber estado trabajando en el mercado británico desde los años ochenta". De hecho, en el Eagle Brewery ya se envasaban desde el 2010 los barriles de Damm. Actualmente, el mercado británico consume 500.000 hectolitros.
Damm aspira, según González, a convertirse en el "grupo independiente más importante" de cervezas y otras bebidas del Reino Unido. El arraigo en el centro de las islas es, además, una apuesta estratégica de futuro, en la medida en que el país es "un hub que puede abastecer a muchos mercados del centro de Europa, el norte de Europa y de la exportación a Estados Unidos".
Un éxito inesperado
Uno de los casos más representativos del éxito de la compañía en Reino Unido es el caso de Damm Lemon, un éxito sorprendente para la propia empresa, tras el lanzamiento este año en el mercado británico. "De repente, el consumidor ha descubierto las cervezas con sabores", comenta también González. "No hemos hecho nada, no ha sido el resultado de ninguna estrategia desarrollada, sino que hemos detectado una necesidad de consumo y gracias a la profundidad de cartera que tenemos hemos podido cubrir la demanda".
Este éxito de Damm en Reino Unido responde también a un cambio de hábitos entre los amantes de la cerveza en el país. Porque en los últimos años, el consumidor británico se ha ido apartando de las tradicionales –las bitter y las reales alas de sabor más amargo– para abrazar las lager europeas, más ligeras y refrescantes. Entran en juego factores culturales y comerciales.
Las nuevas generaciones prefieren cervezas frías, suaves y fáciles de beber, asociadas con un estilo de vida urbano y cosmopolita. La globalización y el marketing de marcas como Estrella Damm –el sabor del Mediterráneo. Mediterráneamente–, Peroni o Heineken han consolidado esta imagen "continental" moderna de estas lager. La prueba es la búsqueda de cebos similares, como el que hay detrás del lanzamiento de Madrí, de la multinacional Molson Coors, que en octubre de 2020 irrumpió en el mercado británico e irlandés, primero en pubs y restaurantes y desde marzo de 2022 también en supermercados. A Estrella, la cerveza de Barcelona por excelencia, le nació una competidora como si fuera la cerveza del Madrid de las cañas, pero que no tiene relación alguna con la ciudad, y que, de hecho, es imposible ver ni beber en la capital de España.
En todo caso, la estandarización industrial ha reducido la oferta de aquellas auténticas ale británicas y ha favorecido la producción masiva de lager. El consumo también se ha desplazado del pub tradicional a bares, festivales y hogares, donde las cervezas embotelladas o con lata encajan mejor. La estética de la pinta fría se ha acabado imponiendo sobre la de la temperatura de bodega típica de las real alas, de entre 10 y 13 grados. Sin embargo, el auge del movimiento craft beer ha vuelto cierto prestigio a la tradición británica, aunque reinterpretada con un enfoque más creativo e internacional.