La ampliación de El Prat endurece el debate sobre el modelo económico

Las voces contrarias critican el proyecto por desfasado y el acuerdo por “incoherente” en términos climáticos

Paula Clemente, Cesc Maideu
5 min
La finca de la Ricarda,  al epicentro del debate sobre la ampliación  del Prat.

BarcelonaEl punto final al que parecía haber llegado la discusión sobre la ampliación del aeropuerto de El Prat ha resultado ser la previa de un nuevo capítulo. Mientras en Madrid los gobiernos catalán y español cerraban un acuerdo para sacar adelante el proyecto, en Barcelona este gesto no ha hecho más que evidenciar que hay dos lados enfrentados y que solo uno está contento. El otro lo forman las voces preocupadas por las cuestiones medioambientales del plan de Aena y por la apuesta que supone (propia de “la economía del siglo pasado, la del pelotazo y la especulación”, dijo ayer Ada Colau), que, con todo, encuentran suficientes inconcreciones en el acuerdo para mantener un cierto optimismo.

Según el calendario que planteó la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, en una entrevista en RAC1, el objetivo es que el nuevo aeropuerto esté a punto en 2030. Pero los primeros que reconocieron ayer que quedan muchas cuestiones por ligar fueron los más altos dirigentes del gobierno de la Generalitat.

El president Pere Aragonès aseguró que en el pacto que se cerró hace dos días solo consta la inversión de 1.700 millones de euros por parte de Aena y que a partir de aquí todavía falta por consensuar en qué medidas y reformas se traducirá.

“Básicamente no se concreta todavía el proyecto, lo que hemos dicho es que hemos puesto garantías”, reconoció también Jordi Puigneró, vicepresident de la Generalitat, en una entrevista en Catalunya Ràdio. Por garantía entiende que pasar los exámenes de la Unión Europea les asegura construir un aeropuerto respetuoso con el medio ambiente y con la biodiversidad. “Mi voluntad -manifestó-es que este sea el aeropuerto más verde de Europa”.

Conflicto medioambiental

Pero esta intención es imposible de lograr, a los ojos de Greenpeace, sobre todo porque según la ONG ningún aeropuerto puede ser verde. Así sintetizó su parecer esta organización, que acusó a las administraciones catalana y española de “incoherencia climática” por el hecho de destinar 1.700 millones a fomentar el uso de combustibles fósiles y por haber aprobado, con el acuerdo de lunes, un “ataque medioambiental”.

Depana, otra de las asociaciones ecologistas en contra de la ampliación de El Prat, optó por una estrategia alternativa: rebajar la importancia del acuerdo. “Parece que Aena se sale con la suya y en el Dora (Documento de Regulación Aeroportuaria) que presumiblemente se firmará a finales de septiembre, saldrán los 1.700 millones de los que tanto presume el ente aeroportuario y que tanto anhela el gobierno de la Generalitat”, dijo la organización.

Ahora bien, según la entidad, lo que se vio lunes fue un acuerdo de mínimos para salvar los muebles y esperar un momento en que “los vientos le sean más favorables”. Su apuesta es que el gestor aeroportuario presentará un nuevo plan director en que se minimizará el impacto sobre la zona protegida para conseguir el permiso de la Comisión, que es ahora quien lo puede determinar todo hacia un lado o hacia el otro.

Y, de hecho, la lectura política va también un poco en esta línea: la ampliación entrará en el plazo para que la Moncloa lo enmarque en este documento Dora y rebaje la presión sobre el ejecutivo catalán, que mientras tanto tendrá una prórroga para tejer una inversión que contente a todo el mundo. Ayer Aragonès ya decía que sería “difícil” de combinar, pero se comprometió a impulsar una ampliación que se haga “satisfaciendo escrupulosamente la normativa medioambiental”. Pero la decisión, efectivamente, no será del Govern: será de Bruselas, con quien dijo Aragonès que ya se han puesto en contacto. El próximo paso recaerá en la mesa institucional que el president reunirá en septiembre. De hecho, según apuntan fuentes de Presidencia, el tiempo que ganará el Govern puede ser de un año antes de que se sepa nada definitivo.

Por ahora, lo único que ha dicho la Comisión Europea es que está al corriente de los planes de ampliación del aeropuerto, avisando, eso sí, de que es cosa de los países comprobar el impacto ambiental de la construcción de cualquier gran proyecto de este estilo y asegurar la correcta aplicación de la normativa europea.

Disidencia política

Que todo esté por decidir ha calmado la mala mar interna del Govern, pero no ha apaciguado las críticas externas. Precisamente, la CUP pinchó en la división que, asegura, tiene el ejecutivo: Mireia Vehí afirmó que hay voces disidentes en el Govern y las invitó a manifestarse. Por ahora no se manifiestan, pero sí que voces discrepantes dentro de Junts y ERC han empezado a sacar la cabeza: Joan Tardà se mostró contrario a la ampliación y criticó que ERC no lo haya debatido todavía a nivel interno, y la presidenta del Parlament, Laura Borràs, afirmó que el dinero no acabará llegando.

La respuesta de Aragonès fue hacer un llamamiento a la calma: no hay nada decidido. Un hecho que también apunta al gobierno español, puesto que ayer Pedro Sánchez bendijo la inversión, mientras la otra parte de la coalición le miraba de reojo con algunas reticencias. Incluso voces del ministerio de Transición Ecológica -liderado por el PSOE- apuntaron que será difícil ampliar El Prat sin afectar al medio natural. Las voces más críticas de Podemos vienen de Catalunya: la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dijo que “es evidente” que el acuerdo incumple los compromisos con el cambio climático. Igual que Aragonès, la ministra Raquel Sánchez dijo que el proyecto tendrá la “mínima afectación posible”.

El Govern se muestra por ahora unido alrededor del acuerdo, a pesar de que el pacto no se comunicó como le habría gustado a ERC. Según la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, la idea era que Aragonés anunciara el acuerdo ayer pero que finalmente se "filtró" lunes.

LAS REACCIONES Al ACUERDO DE AMPLIACIÓN

“El acuerdo es solo un punto de partida para ampliar el aeropuerto de Barcelona, pero el proyecto tendrá que cumplir los requisitos medioambientales de la Unión Europea”

Jordi Puigneró

“Básicamente no se concreta todavía el proyecto, lo que hemos dicho es que hemos puesto garantías: mi voluntad es que este sea el aeropuerto más verde de Europa”

Ada Colau

“Aena plantea la ampliación para fomentar la economía y esto es una gran mentira. Lo que propone es de la economía del siglo pasado, la del ‘pelotazo’ y la especulación”

Vivian Loonela, portavoz de la Comisión Europea

“Es responsabilidad de los estados miembros asegurar la correcta aplicación de la legislación europea sobre impacto el medioambiental”

Pedro Sánchez

“Con este acuerdo se establecen las bases para que Catalunya se recupere a un ritmo más alto y contribuya más en la economía española”

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