La reforma de Caja Ingenieros que presagio la tía abuela Elena

BarcelonaAntes de que aterraran los ingenieros, en 1970, en el mismo local de la Via Laietana había una tienda de sombreros. Nada que ver con las cuentas de ahorro, los depósitos, los seguros ni mucho menos con la banca cooperativa. El director general de Caja Ingenieros, Joan Cavallé, recuerda que su tía abuela siempre había utilizado un nombre peculiar para referirse a esa calle kilométrica que atravesaba Ciutat Vella para comunicar el Eixample con el puerto de Barcelona. Lo llamaba "la reforma". Seguramente porque había sido un cambio urbanístico importante, pero también porque para la burguesía del momento el derribo serviría para modernizar y abrir la capital catalana en el mundo. A principios del siglo XX en el número 3 se construía el imponente edificio del Banco Hispano Colonial, entidad nacida para financiar el costoso control de las colonias españolas. Y unas décadas más tarde, a menos de diez minutos a pie, establecía su sede una cooperativa de crédito en las antípodas de aquellos vecinos que nunca llegaron a conocer.

La reinauguración de la primera oficina de Caixa Ingenieros –una reforma simbólica para incorporar la nueva imagen corporativa de la entidad, que ha perdido el apóstrofo de su nombre– ha servido para que este viernes su presidente, Félix Masjuan, pudiera recordar cómo, incluso después de abrirse a todo tipo de clientes, les seguía costando hacer entender que no era necesario un título de ingeniero para venir a abrir una cuenta. "Nuestro modus operandi pronto se expandió por toda Cataluña: siempre presentes y cercanos en el territorio siguiendo nuestro compromiso con la proximidad", ha sacado pecho el directivo, que sí cumplía con la condición de ingeniero e hizo carrera antes en el sector del automoción.

Los banqueros normalmente trabajan con intangibles, admitió Cavallé. Su materia prima son los productos y servicios para los clientes, pero los espacios físicos –y aquí aparece la parte tangible– también eran hasta hace poco inseparables de su rol. "Es por eso que no sólo estamos invirtiendo en tecnología y digitalización, sino que seguimos abriendo oficinas, mejorando los espacios de atención a los socios", ha dicho. La reforma que presagio la tía abuela Elena se ha notado en esta llegada de la banca online, pero también en que Caixa Ingenieros aún nade a contracorriente respecto a la tendencia natural del sector: durante la gran desaparición de las oficinas bancarias, la cooperativa ha aumentado de 10 a 33 los puntos de atención a los socios.

Tampoco es casual, pues, que el invitado especial a esta celebración sea parte interesada en que en los pueblos de Catalunya siga siendo posible sacar dinero en efectivo y realizar operaciones bancarias, por muy pequeños que sean éstos. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha destacado el "compromiso" de Caixa Ingenieros, que con CaixaBank se ha convertido en una de las adjudicatarias del proyecto para hacer llegar sucursales móviles además de 200 municipios catalanes: "Es un éxito compartido contra la exclusión financiera".