Banca

Bancos, economía y clima, una relación complicada

El BCE incorporará más elementos medioambientales a su política monetaria para controlar la inflación

"El riesgo climático afecta a los bancos y por eso es fundamental que sea una de las prioridades monetarias". Son palabras del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que anticipa que el Banco Central Europeo (BCE) continuará incorporando criterios medioambientales a su política monetaria con el objetivo de mejorar los instrumentos para controlar la inflación. De Cos lo ha avanzado este martes en el encuentro Energy Prospectives, organizada por la energética Naturgy e Iese Business School, donde el cambio climático ha tomado todo el protagonismo. "El cambio climático es un elemento de disrupción y se tiene que abordar", ha insistido De Cos, vinculándolo a dos palabras que desde hace tiempo ocupan los titulares: "Transición energética".

Hay impactos de la crisis climática que ya son irreversibles "por siglos y milenios" y el mundo superará seguro los 1,5 ºC de calentamiento global, como alertaba en verano un nuevo informe de los científicos de la ONU. Un aviso que nadie pone en entredicho y que el columnista jefe de Economía del Financial Times, Martin Wolf, también ponente del acto, ha resumido así: "Hemos de hacer algo ya", y lamentando que hasta ahora "no se haya hecho lo suficiente". En este punto, De Cos y Wolf han apuntado al sector privado y financiero y a sus inversiones, de la mano de la tecnología, como actores imprescindibles para conseguir revertir el escenario más pesimista, pero realista. Ahora bien, según Wolf, para que esto se produzca hace falta un contexto en el que "los países [gobiernos] apuesten por incentivos creíbles, claros y a largo plazo". "La transición energética no pone al sector financiero en riesgo", ha querido resumir el moderador y profesor de economía Jordi Canals.

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¿Los bancos tendrían que estar preocupados? A pesar de que el clima ahora se sitúa en el centro de los debates sobre el sector financiero y la política monetaria, invertir en combustibles fósiles es uno de los ejes vertebradores de los principales bancos del mundo. El último informe Banking on climate change (con información de 50 países diferentes)ha revelado que los 60 bancos más grandes del mundo han inyectado más de 3,8 billones de dólares en la industria de los combustibles fósiles desde el Acuerdo de París, y que en 2020 se logró una "cifra récord".

A su vez, un cruce que los ponentes han puesto encima de la mesa es el de la fiscalidad vinculada a la lucha contra el cambio climático. El Banco de España, de puntillas, ha apuntado a los "riesgos" vinculados a la introducción de figuras tributarias como el impuesto sobre el carbono y a la posibilidad que alimenten la espiral alcista de los precios de la luz y, a su vez, más costes para las empresas, en especial las industriales, pero también el impacto "desproporcionado" sobre la población más vulnerable. "Tenemos que resolver esta historia", ha dicho Wolf, que ha emplazado a una "colaboración total" para conseguir una "revolución energética manteniendo el crecimiento económico". La pregunta, con más dudas que respuestas, es si esto es posible.