El BCE tendrá en cuenta el acuerdo comercial entre Europa y EEUU en la próxima decisión sobre los tipos

MadridNinguno de los anuncios de Donald Trump respecto a los aranceles han pasado desapercibidos por el Banco Central Europeo (BCE), al igual que no ha pasado desapercibido el acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos para terminar, precisamente, con el caos arancelario y evitar una escalada de la guerra comercial. Este miércoles la presidenta del organismo bancario europeo, Christine Lagarde, anticipó que tendrán en cuenta el acuerdo alcanzado a la hora de tomar una decisión sobre los tipos de interés en la próxima reunión, prevista para el 14 de septiembre. El de este miércoles ha sido el primer pronunciamiento de Lagarde desde que el ejecutivo comunitario alcanzó un pacto con la Casa Blanca.

"El resultado del acuerdo comercial está muy por debajo del escenario severo de aranceles estadounidenses superiores al 20% para los bienes de la zona euro previsto [por parte del BCE] el pasado mes de junio", ha reconocido Lagarde. Sin embargo, la presidenta del organismo ha advertido de que "persiste la incertidumbre" porque sobre algunos productos, como los farmacéuticos, siguen sin ser claros. De esta forma, el BCE tendrá en cuenta las implicaciones comerciales del acuerdo en sus decisiones del Consejo de Gobierno en los próximos meses. En la última reunión de julio, el organismo decidió hacer una pausa en las bajadas de los tipos, que les dejó en el 2%.

Desaceleración económica

Lagarde también ha anticipado que el acuerdo marcará las proyecciones macroeconómicas de septiembre. De hecho, desde que se desató la guerra comercial por parte de la Casa Blanca, el BCE siempre ha advertido de su impacto sobre la economía: ya el pasado mes de marzo, la presidenta del ente anticipó que en el peor de los escenarios podría restar hasta cinco décimas el crecimiento económico de la UE en 2025 y presionar al al. Este miércoles Lagarde reiteró esta advertencia y anticipó que se prevé una desaceleración de la economía ya en el tercer trimestre del año, es decir, entre julio y septiembre.

La participación de Lagarde este miércoles en el Consejo Empresarial Internacional del Foro Económico Mundial llega a las puertas del cónclave Jackson Hole, el encuentro anual que adopta el nombre del lugar donde se produce y en el que banqueros centrales de todo el mundo, algunos ministros de economía, así como académicos y empresarios se citan para hablar sobre el delante. Más allá de las conversaciones, las conclusiones a las que llegan terminan marcando la política monetaria, como los tipos de interés, y en consecuencia cuestiones cotidianas como el coste del crédito, las hipotecas o las decisiones de las familias y los gobiernos en lo que se refiere al gasto.

Este año todas las miradas se centrarán en el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, que se prevé que hable este viernes (el cónclave bancario comienza el día 21 de agosto y termina el sábado día 23). Por el momento, la Fed ha optado por la prudencia y su última decisión fue mantener los tipos sin cambios, pese a la presión de Donald Trump para rebajarlos. La institución que preside Powell les dejó entre el 4,25% y el 4,5% y su principal motivo fue, precisamente, la guerra arancelaria. De su discurso se espera que pueda intuirse qué decidirá la Fed en la próxima reunión del 17 de septiembre.