Bruselas urge a España a aprobar la reforma laboral antes de que acabe el año

El gobierno español y los agentes sociales mantienen este viernes una nueva ronda para desencallar el acuerdo

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ayer en rueda de prensa.

Bruselas / BarcelonaEl gobierno español hace días que presume de ser el primer socio europeo en recibir los fondos antipandemia después de que la Comisión Europea diera la semana pasada la primera luz verde a la remesa de 10.000 millones de euros. Este dinero ha sido sencillos de desencallar porque está vinculado a reformas y objetivos retroactivos, mayoritariamente del año anterior, pero Pedro Sánchez no lo está teniendo tan fácil con los objetivos que tienen que desbloquear la siguiente remesa, que en realidad es la más abundante. La reforma laboral es uno de los compromisos que tiene que abrir el grifo a hasta 12.000 millones de euros la primavera que viene, pero el calendario pactado con la Comisión Europea prevé que se tiene que haber cerrado antes de que acabe este año. A 10 de diciembre no se ha conseguido, y el ejecutivo comunitario ha hecho un llamamiento este viernes para que el gobierno español cumpla las fechas pactadas.

"Urgimos a las autoridades españolas a cumplir las fechas límite fijadas para entregar el pacto de la reforma del mercado de trabajo antes de que acabe el año, tal como se anunció", ha dicho este viernes una portavoz de la Comisión Europea. Las fechas, ha dicho, "son indicativas", pero la expectativa de la Comisión es que los gobiernos "hagan todo lo posible para asegurar que se cumplen los planes a los que se han comprometido".

El fondo de recuperación antipandemia es un coloso de 800.000 millones de euros, una cifra que Bruselas tiene que ir consiguiendo a través de emisiones de deuda y que activan un engranaje burocrático complejo que se ha creado desde cero para responder al batacazo económico provocado por el coronavirus. Centenares de funcionarios de la Comisión han trabajado y trabajan desde hace meses con los gobiernos para pactar los planes de reformas y sus calendarios, y para controlar las entregas de dinero, con la lupa especialmente puesta en el ámbito de la competencia. Bruselas no quiere que se produzcan distorsiones en el mercado europeo debido a inyecciones de dinero público desproporcionadas en ciertos sectores y por eso mira con mucho detenimiento casi cada ayuda de estado concedido en el marco de estos planes. Un ejemplo es el PERTE eléctrico, que Bruselas justo ha aprobado este jueves a pesar de que la Moncloa habría querido más celeridad.

De las negociaciones para cerrar la reforma del mercado de trabajo, pues, depende que los 12.000 millones de ayudas europeas lleguen a la primavera tal como está previsto o que se atrasen. Por eso el gobierno español, con la vicepresidenta Yolanda Díaz al frente, lo está intentando hasta el último momento. El gobierno español y los agentes sociales siguen este viernes la negociación para poder cerrar un acuerdo antes de que acabe el año. De hecho, para acelerarlo, estos encuentros semanales han pasado de dos a tres. Desde el ministerio de Trabajo están absolutamente convencidos de que la reforma llegará dentro del plazo y en la forma oportuna, es decir, antes del 31 de diciembre. Además, desde la Moncloa confían en que el acuerdo sea “tripartito”, es decir, que confían en contar con la patronal a pesar de que se haya descolgado en los últimos meses del aumento del salario mínimo y de las cotizaciones para poder pagar las pensiones.

Aun así, el optimismo no es compartido. Fuentes sindicales y de la patronal rebajan las expectativas. “No hemos avanzado mucho”, explicaba una fuente sindical el miércoles a la salida de la última reunión. El obstáculo principal sigue siendo la temporalidad y el recelo de los empresarios a limitarla en exceso. En este sentido, el gobierno español ha hecho gestos como sacar el límite del 15% de contratos temporales por empresa o limitarla en función de la medida de la compañía con el objetivo de seducir a la patronal.

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