Correos, el infierno de trabajar a 32 grados: "Era asfixiante"
Los trabajadores fuerzan el cierre de una sucursal de Correos por problemas en la refrigeración
Barcelona"¿Está cerrado? ¿Por qué? ¿A qué hora abren?" Estas preguntas se repiten cada dos por tres desde hace dos días delante de la sucursal 35 de Correos, ubicada en la calle Calàbria de Barcelona, los usuarios que se encuentran que está cerrada y que no pueden entregar o recoger paquetes y no saben dónde tienen que ir. El cierre de la sucursal, en principio temporal, se debe a la presión de los sindicatos después de que los seis trabajadores de aquella oficina denunciaran durante semanas que el sistema de refrigeración estaba estropeado, con temperaturas que "superaban los 32 grados", explican los representantes sindicales de CCOO, UGT y CGT.
"Nos hemos visto obligados a actuar y a ir a Inspección de Trabajo para que se aplicara el artículo 21, que contempla el cierre por situación de riesgo grave inminente", explica el delegado de prevención de riesgos de CCOO, Pablo Rosa. "Había personas de alto riesgo y era imposible trabajar en estas condiciones", añade. Según ha explicado el delgado de prevención de la CGT, David Vicente, Correos lleva casi un año haciendo obras en esta sucursal, lo cual ha obligado a los trabajadores a trasladarse a una pequeña parte del local donde el sistema de climatización es antiguo y ha dejado de funcionar. Según los técnicos, la máquina de aire acondicionado "hace semanas" que está desmontada, a la espera de una pieza de repuesto que no llega.
Durante la mañana de este jueves, Inspección de Trabajo se ha personado en la sucursal para revisar la situación y ahora los sindicatos restan a la espera de que la autoridad laboral ratifique el cierre y determine las medidas necesarias que tiene que tomar la dirección de Correos para su reapertura.
Trabajar a 32 grados
"Era asfixiante, del todo insostenible", explican los representantes sindicales. "La temperatura era de unos 32 grados y en algunos momentos incluso superaba los 33", replican, mientras aseguran que los trabajadores tenían que salir a la calle para tomar el aire y huir "del calor insoportable" de la oficina en plena ola de calor. Por esta oficina cada día pasan, de media, unas 30 personas por hora a hacer trámites. "Gente esperando a esta temperatura, criaturas y gente mayor, y una condensación importante... era insostenible".
Entre los seis trabajadores, había como mínimo dos de riesgo: una trabajadora con un embarazo muy avanzado y un empleado con problemas cardiovasculares. "Nos han llegado a preguntar si podían negarse a trabajar por el calor", explican los sindicatos, "y es cuando hemos visto que teníamos que actuar sí o sí".
Durante el cierre, la empresa ha reubicado a los seis trabajadores a otras oficinas del barrio.
Sin informadores
Una de las cosas más chocantes es la falta de información por parte de Correos a los usuarios. Durante el par de horas que el diario ARA ha estado delante de la sucursal la mañana de este jueves, han pasado por la oficina más de una cincuentena de personas que querían hacer alguna gestión en Correos, y no entendían el cierre. Correos no ha puesto ni un informador en la puerta que diera alternativas a los usuarios y eso que, recuerdan los sindicatos, "es una empresa pública".
La comunicación por parte de la empresa se limita a un cartel donde dice que las recogidas de paquetes se pueden hacer en una oficina cercana, la de la calle Còrsega. Nada más. "Es indignante, ¿y yo ahora cómo hago este pago?", se quejaba un vecino. "¿Hasta Letamendi tengo que ir a enviar esta carta?", replicaba una mujer mayor que apenas podía andar.
La intención de Correos, sin embargo, es abrir como tarde el próximo martes día 9 de agosto, pero los sindicatos prefieren "esperar a ver qué dice el Departamento de Trabajo" para anunciar la reapertura.