Crónica

Del 'destape' de Jaume Giró al ‘Bienvenido, Mister Draghi’

El Cercle cierra la reunión anual con una jornada intensa

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Pedro Sánchez y el presidente de Planeta, José Creuheras, abrazándose en un reservado durante el encuentro del Círculo.

La última jornada de la reunión del Cercle de Economía ha sido seguramente la más jugosa de las tres que ha habido. Normalmente el presidente de España es quien la clausura, por lo tanto esto no era ninguna novedad. El gran cambio de este año es la invitación a Mario Draghi, ex presidente del BCE y actual primer ministro de Italia. Personalidades como Draghi (hace unos años eran Mario Monti o Angela Merkel) son tan veneradas entre las élites barcelonesas, que claman recurrentemente por la aparición de un equivalente catalán o español. De momento, no lo han encontrado.

Antes de Sánchez y de Draghi, quien se ha llevado los focos ha sido Jaume Giró. Hace dos semanas, en su primera intervención en el Parlament como conseller, declaró haber sido "desheredado" por las élites económicas y hoy estas lo han invitado, como se acostumbra a hacer con los consellers de Economía.

Giró ha dejado claro que no ha llegado a la Generalitat para mantener un perfil de tecnócrata; bien al contrario, su discurso ha sido marcadamente político. Ha denunciado el déficit fiscal, el exilio de Puigdemont, la prisión de Junqueras y la persecución a Mas-Colell. También ha lamentado el centralismo de Madrid, la falta de infraestructuras como el Corredor Mediterráneo y unas Cercanías eficientes. Y finalmente ha proclamado: "A estas alturas, y quizás ya es del todo innecesario decirlo, yo soy de los muchos que pensamos que la mejor manera de ser económicamente eficientes es que Catalunya se vuelva, democráticamente, un nuevo estado de la Unión Europea".

Las palabras de Giró han tenido impacto en el auditorio, donde posteriormente han sido ampliamente comentadas. Uno de los habituales de estas jornadas ha asegurado que "desde Marisol que no se veía uno destape como este".

Jaume Giró revisando su discurso con un asesor antes de pronunciarlo.

A la llegada de Pedro Sánchez, una hilera de autoridades (entre ellos el mismo Giró y Roger Torrent, ahora conseller de empresa) le han dado la bienvenida y, una vez saludados, la comitiva ha entrado en una zona reservada del hotel W. Los socialistas catalanes tienen la sensación que actualmente surfean una buena ola: hicieron una apuesta por los indultos y ya no parece que la derecha les pueda hacer daño en este asunto. La animosidad socialista se ha podido comprobar cuando, a medida que la comitiva entraba en el hotel, el ministro Miquel Iceta y la delegada del gobierno, Teresa Cunillera, han llegado a hacer una especie de conga mientras susurraban alguna canción.

Después las autoridades se han encerrado en una zona reservada en la cual (además de Javier Faus, presidente del Cercle) solo ha entrado un empresario. Era José Creuheras, el presidente de Planeta y de Atresmedia. Creuheras se ha enganchado a Sánchez y no lo ha soltado en un buen rato. Después, Giró también ha accedido al reservado y ha estado hablando con el presidente español que, riendo, le ha dicho: "Esto de la política..." En seguida, Creuheras se le ha vuelto a enganchar.

De los indultos a las mascarillas

Al inicio de su conferencia, Sánchez ha anunciado que el próximo jueves convocaría un consejo de ministros extraordinario en el que "es propondría a todos los españoles..." Entonces ha hecho una pausa dramática y, cuando más de uno se pensaba que anunciaría los indultos, ha comunicado que el que se aprobaría será que la mascarilla deje de ser obligatoria en exteriores el 26 de junio. Ha sido su gran titular del día.

Javier Faus, Pedro Sánchez y Mario Draghi, a la llegada del 'premier' italiano en el hotel W.

Y, finalmente, Mario Draghi. Como mesías que es, ha habido casi bofetadas para saludar al premier italiano, que ha chocado el puño con toda la primera fila, donde había empresarios como Carles Tusquets y Pedro Fontana. También Jordi Gual y José Ignacio Goirigolzarri, a quien no hace tanto supervisaba desde el Banco Central Europeo. Lluís Bassat, que aparentemente tenía muchas ganas de saludar a Draghi, ha luchado con tenacidad para hacerse un hueco y, con la ayuda de Salvador Illa, que le ha abierto camino, finalmente lo ha conseguido.

La jornada del Cercle ha acabado y su presidente, Javier Faus, que quería sacudir esta reunión anual, ha cumplido su objetivo. 

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