Las comercializadoras eléctricas se han encontrado este junio con dos novedades que han estresado algunos sistemas, según reconocen fuentes del sector. Por un lado, el cambio de tarifas, con una factura por tramos a partir del 1 de junio. Esto ha provocado que a algunas personas se les hayan remitido dos facturas del mes de mayo, una hasta el día habitual de facturación, que en algunos casos es el día 20 del mes, y otra para el resto del mes de mayo, en la mayoría de los casos del día 21 al día 31. Este sistema permite a las eléctricas empezar la facturación del mes de junio con el nuevo sistema de tres tramos horarios –punta, llano y valle– sin mezclar dos sistemas de tarificación absolutamente diferente. Por el otro, el hecho de que a partir del mes de junio se tiene que modificar el IVA de cada uno de los recibos emitidos, que ahora es del 10% en vez del 21% anterior.
La electricidad se dispara un 172% en un año
La bajada 'in extremis' del IVA del 21% al 10% por parte del gobierno evita el recibo más caro de la historia
BarcelonaEl precio de la electricidad ha cerrado el junio con un récord histórico. La media del megavatio hora (MWh) ha sido de 83,3 euros, un nivel que hace añicos el anterior récord, logrado en enero del año 2017, cuando el MWh se situó en 71,49 euros. Además, si se compara con el de junio del año pasado, se ha disparado hasta un 172%, a pesar de que es cierto que entonces el precio bajó mucho debido a la caída del consumo por la pandemia. Pero este junio que ahora se cierra, el precio medio en el mercado mayorista ha sido un 76,5% superior a junio del 2019, cuando todavía no había estallado la crisis del coronavirus. La Asociación de Empresas de Gran Consumo Energético (AEGE) ya ha dado la voz de alarma sobre el impacto que esto puede tener en sus costes.
A pesar de este aumento del precio de la electricidad en el mercado mayorista, el impacto en el recibo de los clientes es menor. Por un lado, porque el mayorista solo incide en un tercio del recibo, puesto que el resto son impuestos, peajes y costes regulados. Por el otro, porque la bajada del IVA del 21% al 10% aprobada in extremis por el gobierno de Pedro Sánchez ha permitido evitar un recibo de récord.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha hecho los cálculos. El recibo para un hogar mediano se situará en junio en 69,3 euros, prácticamente igual que en mayo y un 28% superior a junio del año pasado.
El cálculo se ha hecho para el que se podría considerar un consumidor tipo, es decir, que tiene una potencia contratada de 4,6 kilovatios (kW) y un consumo de 292 kilovatios hora (kWh) mensuales. La OCU cree que sin la rebaja del IVA de la electricidad aprobada por el gobierno español la semana pasada el recibo para este perfil de cliente habría alcanzado los 76,3 euros y se habría convertido “sin duda en la factura más alta de la historia”, según ha indicado este martes en un comunicado.
Para esta organización de consumidores, el precio de la electricidad no solo ha subido en junio, sino que ya marca una tendencia alcista durante todo el año. En el primer semestre de 2021 el recibo de la luz ha sido un 22% superior al primer semestre del año pasado. Una diferencia de 72,4 euros para un consumidor tipo. Esto equivale a unos 40 días de consumo eléctrico de diferencia. O dicho de otro modo, este año, en seis meses, para un hogar tipo el coste de la electricidad equivale al de siete meses del año pasado.
Pero la OCU, que valora positivamente la rebaja del IVA, cree que es una medida insuficiente para reducir el coste de la electricidad. Sin embargo, no acaba de explicarse este incremento, y por eso la entidad ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que abra una investigación sobre “la espectacular subida del precio de la electricidad de los últimos meses” porque “no hay una explicación completa y satisfactoria al espectacular e histórico aumento de la electricidad”.
Competencia avala el recorte
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado, por su parte, el informe que avala el anteproyecto de ley sobre la retribución del CO2 no emitido en la generación eléctrica. Es una propuesta del ministerio para la Transición Ecológica que quiere acabar con los denominados beneficios caídos del cielo. El proyecto, que con los precios actuales de los derechos de emisión del CO2 podría comportar un recorte de más de 1.000 millones a las eléctricas, quiere quitar el coste del CO2 en la generación de energía eléctrica producida sin emisiones –por ejemplo hidráulica y nuclear– en instalaciones en funcionamiento antes de entrar en vigor el mercado de CO2.
A pesar del aval del proyecto de recorte de los ingresos de las eléctricas, el organismo que preside Cani Fernández considera que el ahorro conseguido no tendría que ir a una rebaja de los costes del sistema eléctrico, sino directamente a reducir el recibo de los consumidores.