Empresas familiares: el arraigo como ventaja competitiva

BarcelonaEl mundo cambia. Todo aquel sistema internacional y geopolítico surgido de la Segunda Guerra Mundial ha dado paso a otro en el que predomina la lucha y competencia por el poder, con dos gigantes como EE.UU. y China, aunque el dólar es el que por el momento ha ganado la batalla. Y "en un mundo fragmentado, ser local y tener raíces es hoy una ventaja" competitiva. Es una afirmación de José Juan Ruiz, presidente del Real Instituto Elcano, un reputado think tank privado, que participó en la edición 28 del Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado en Burgos bajo el lema Origen/Destino.

Y añadió, frente a los cientos de patrones y directivos asistentes a este encuentro anual, que el hecho de estar vinculado a un territorio determinado es una de las grandes ventajas de las empresas familiares, aquellas que están controladas por personas con vínculos parentales, como padres e hijos, hermanos, primos... Es, por ejemplo, el caso de una pastelería, una de cuyas promotoras, la madre del actual consejero delegado, se planteó años atrás por qué las magdalenas eran redondas y porque no podían ser cuadradas. Esta idea fue uno de los impulsos de lo que con los años sería Vicky Foods (cuyo nombre se puso en homenaje a esta mujer emprendedora, Victoria), un grupo industrial internacional. Esto, gracias a las magdalenas cuadradas y la marca Dulcesol que, además, quedó arraigada en Villalonga, Valencia, donde nació en los años 50, explica su consejero delegado, Rafael Juan, miembro de la tercera generación.

De hecho, son el ingenio y la innovación las que provocaron la creación y posterior crecimiento de otros negocios convertidos hoy en grandes compañías socias del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que reúne alrededor de un centenar de las más importantes. La última incorporada es la cadena hotelera Hotusa, con sede central en Barcelona; fundada hace más de 40 años por Amancio López Seijas, que se estrenó en Burgos como miembro de este potente lobi empresarial. Sus hijas Clara y Marina forman parte ya también de la cúpula.

Pero así como con el cambio radical en la forma de las magdalenas de Vicky Foods, otros negocios familiares nacieron de una idea o innovación, como Pikolín, de la familia Soláns. En 1948 nace Pikolín, fabricante de colchones que hoy se venden en todo el mundo, pero con sede central en su lugar de origen, Zaragoza. También es el caso de Persán, especializada en productos para el cuidado personal y del hogar, fundada en 1941 por el abuelo de la actual presidenta, Concepción Yoldi, que surgió de la producción de jabón a partir de los residuos del aceite de oliva y que hoy está internacionalizada pero radicada en Sevilla, donde nació.

Otro caso es el grupo Antolin, a partir de un pequeño taller mecánico regentado por Avelino Antolín López junto a sus hijos Avelino y José, que produce y distribuye interiores de vehículos por todo el planeta, con central en Burgos desde sus inicios. O bien la multinacional de la cosmética, los perfumes y la moda, Puig, creada en 1914 por Antoni Puig Castelló, que empezó su ascenso ocho años después a partir del pintalabios Milady. Hoy los nietos del fundador dirigen una multinacional que cotiza en bolsa y que mantiene su sede social en Hospitalet de Llobregat.

O bien la vallesana Fluidra, hoy un gigante de todo lo que tiene que ver con las piscinas, después de engullir a la estadounidense Zodiac en el 2018. Presidida por Eloi Planes, que relevó a su padre Joan, que murió los cuatro Garritas y los que son uno de los representantes de las Corbera), la compañía forma parte hoy del Ibex-35, al igual que Puig, y tiene su sede central en Sant Cugat del Vallès. Astral Construcciones Metálicas, en 1969, fue el origen de esta actual multinacional.

Al final se trata de tener el ingenio para innovar con productos y servicios para cubrir necesidades. La razón es que este rasgo de las compañías controladas por parientes, que suponen más de 90 de cada 100 de las existentes y el 70% del empleo privado, proporciona ventajas competitivas. La evolución de este tipo de compañías lo demuestra: crecen en valor más del doble que las que están en el mercado continuo, el 7% anualizado frente al 3% entre 2014 y 2023; y 3% de crecimiento anualizado en empleo frente al 0% durante el mismo período, según un estudio encargado por el IEF a la consultora McKinsey.

Además, tienen menor endeudamiento y obtienen retornos sobre el capital invertido superiores a la media del mercado continuo. Y algo similar ocurre con el empleo, ya que registran niveles de rotación de las plantillas inferiores a la media, lo que supone una mayor retención de sus profesionales, a los que dedican más horas de formación que el resto. Además de la innovación, otros rasgos definitorios de estas empresas son la internacionalización –muchas de ellas empezaron a hacerlo incluso en época autárquica en España– o la diversificación y la formación de las personas.

Durante el congreso en Burgos se llevó a cabo una encuesta interactiva entre los empresarios asistentes, como se hace en cada encuentro anual, y la mayoría pusieron sobre la mesa como principal preocupación y lastre para la competitividad el absentismo laboral. Es "una nube negra en el horizonte", describió al presidente del IEF, Ignacio Rivera, que es el principal ejecutivo de Corporación Hijos de Rivera, productora, entre otros, de la cerveza Estrella Galicia.

En todo caso, el 52% de los encuestados considera la situación económica del país algo mejor que hace un año y la mayoría prevé mantener sus plantillas. Los consultados defienden el arraigo, aunque el 68% afirman que no reciben apoyo alguno para continuar en su territorio de origen y que el 71% revelan dificultades para encontrar profesionales para trabajar en el lugar de origen. Y ésta es una traba que afecta a las compañías de zonas menos pobladas, más que a las ubicadas en Madrid o Barcelona, ​​según Rivera.

Por su parte, insistiendo en el vínculo con una zona, el presidente de KPMG –consultora especializada–, Juanjo Cano, durante su intervención en el congreso en Burgos explicó que "cuando una empresa familiar invierte en transformación, también está invirtiendo en el desarrollo del territorio". Asegura que este tipo de compañías "son actores esenciales del progreso económico y social del país". Y, según añadió, los valores como el arraigo, el legado o la tradición "no son un freno a la innovación sino palancas de crecimiento y modernización cuando se aplican con una estrategia clara".

El consejero delegado de Vicky Foods está convencido de que en su caso, como en el de otras empresas familiares, "la causa principal de crecimiento ha sido la innovación: cuando mi madre inventó las magdalenas cuadradas, y así siguió a lo largo de los años". Y lo mismo con la innovación de procesos. "Los productos en este sector no son tan distintos, y los procesos nos permiten ser más rápidos y flexibles" y singulares. Y lo mismo ocurre con la distribución. Y, añade otros dos elementos esenciales: la internacionalización y la diversificación.

Una de las conclusiones es que estas compañías ven el arraigo como una herramienta de competitividad. El presidente de Pikolín, Álvaro Soláns, que heredó el cargo de su padre, explica que pese a tener mucho negocio en Francia, lo que justificaría tener su sede en París, se mantienen fieles a los orígenes y "por convicción" decidieron quedarse en Zaragoza. Y el vicepresidente de Persán explica que el arraigo "otorga valores y da una identidad única. No es nostalgia ni inmovilismo. En un mundo cada vez más individualista tener valores únicos supone ventajas competitivas y facilita atraer talento. La singularidad proporciona una identidad única y una ventaja diferencial". Y Soláns resume: el vínculo con el territorio "te recuerda de dónde vienes. No lo es toda la cuenta de resultados, sino que hay un legado que debe cuidarse".