Ferran Poca: "Soy tan feliz que no pienso en la remuneración"
El empresario y activista por los derechos LGBTIQ+ explica su relación personal con el dinero
Nacido en Juneda, en Les Garrigues, Ferran Poca, actual empresario y activista por los derechos LGBTIQ+, fue durante 35 años la persona que la gente esperaba que iba a ser: "Trabajaba en La Caixa y llegué a ser gerente de zona con muchos empleados a mi cargo y con un sueldo que nunca he tenido más". Pero su vida dio un giro inesperado: "Oía un ruido interno que me decía que esto no era lo que yo había venido a hacer aquí".
"De joven llevaba escondida mi orientación", explica. De hecho, de adolescente era discriminado: "Los machitos del pueblo no me soltaban en las fiestas porque era maricón". Y decidió ponerse en las comisiones de fiestas.
Así pues, después de una etapa muy feliz en el banco decidió apostar por su pasión. Poca es el fundador de Locamente, la promotora más importante del Estado de eventos dirigidos a la comunidad LGBTIQ+: "He venido aquí a crear espacios para que no le ocurra a nadie lo mismo que me pasó a mí, ser excluido por ser afeminado o por vestir de una manera determinada".
"Mi padre, cuando le dije que dejaba el banco, me dijo que acudiera al psicólogo, que tenía un problema de disfunción cognitiva y durante un año estuvimos sin hablarnos, en una situación muy tensa", confiesa. Y su abuela, que le ha hecho de madre, aún le dice que ya estaba bien donde trabajaba antes, pero él tiene claro que no: "No cambiaría lo que hago por nada del mundo". Poca tomó la decisión después de pasar por una enfermedad complicada: "Cuando me reconstruí me replanteé qué era la vida: ¿qué he venido a hacer yo aquí?".
Con más de 300 eventos, Poca es el propietario de una empresa con 25 trabajadores que emplea a más de 250 personas: "Damos trabajo a personas del colectivo. Hay gente que en otro lugar no habría encontrado trabajo, personas trans, personas que se han dedicado a la vida, oa otros trabajos".
Por otra parte, Poca es el presidente del comité organizador del Pride Barcelona: "No es un cargo remunerado, por el contrario, recurro a mi gente, porque reunir a medio millón de personas una vez al año requiere unos esfuerzos que una entidad pequeña como la del Pride no puede asumir". Además, el presidente está emocionado porque Barcelona está posicionada como ciudad candidata a acoger el World Pride 2030.
"Cuando trabajaba en el banco miraba cuando cobraba la nómina cada mes, pero ahora no. Y no es porque tenga una gran nómina, sino porque soy tan feliz que no pienso en la remuneración". De hecho, asegura que trabaja como nunca: "Duermo más de 200 noches al año fuera de casa", haciendo viajes de trabajo.
Dificultades durante la pandemia
También ha sufrido económicamente, sobre todo durante la pandemia: "Habíamos hecho inversiones, habíamos sacado nuevos productos, nos habíamos endeudado mucho y, de repente, pasamos de facturar X a facturar cero". Con escasos dineros en la cuenta, él avalaba a la compañía: "Fue muy duro, lloré mucho y tuve mucha ansiedad. Me sentía muy responsable", sobre todo por los trabajadores. "141 euros era lo que me quedaba por pasar el mes y me acuerdo de que mi padre me pasaba dinero porque se lo imaginaba", añade, algo que Poca agradecía. Para solucionarlo la empresa se endeudó: "Ya sólo quedan cuatro o cinco cuotas del último crédito".
En este sentido, asegura que la compañía debe mirarse en su conjunto: "Hay verticales que van muy bien y dan mucho rendimiento, y otros que no tienen el retorno que esperamos. Pero pensamos que una cosa compensa la otra". En este caso, se refiere a la gira Gran Hotel de las Reinas: "Es una barbaridad llevar a 40 personas de tour por toda España, carísimo". Pero asegura que no le sabe mal: "Fue muy deficitaria en sus tres ediciones. Pero hemos hecho historia: es la primera gira íntegramente hecha por personas del colectivo, trans, drag-queens. Incluso los técnicos. Llevamos el movimiento drag en los teatros".
En cuanto a vivienda, tiene sólo un piso en Barcelona que se compró cuando trabajaba en el banco por las facilidades que tenía: "Sigo pagando la hipoteca. No lo amortizaré anticipadamente, para mí vivir tiene un coste y lo entiendo así. No me compraré otro piso para alquilarlo, no creo que tengamos que especular con la vivienda". "Por mucho dinero que haya hecho, nunca me he comprado una segunda residencia ni lo haré. Lo metería en la economía social, en hacer crecer otra empresa o lo destinaría como siempre he hecho en Locamente, que no hemos repartido beneficios en sus once años de historia. Todo el dinero se ha reinvertido", sentencia.