"Ya nos va bien que la gente compre los cuchillos al Ikea y nos los lleve para afilar"
La Cuchillería Roca, en la plaza del Pi, es uno de los referentes en la herramienta de corte de todo el Estado
"Casa de confianza". Lo dice bien claro en el cartel que todo el mundo pisa cuando entra en la Cuchillería Roca de la plaza del Pi. Un referente de la ciudad, el primer comercio emblemático catalogado como tal que aparece en esta serie de artículos que se llama De toda la vida. Pero no todo son flores y violas; no es una vida regalada ser "comercio emblemático" en Barcelona. Es un placer para los ojos contemplar los escaparates, mostradores, paneles y vitrinas de la tienda, una lección de instinto comercial y estético.
Los escaparates, por ejemplo, en primera línea de la vista de los cientos de turistas que en temporada alta pasan cada día por la plaza del Pi, son un espectáculo. Me los explica Lluís Torrente, gerente del establecimiento y trabajador suyo desde 1991.
Están ordenados por temas: navajas, barbería, sacacorchos, manicura, máquinas para el pelo, tijeras, cuchillería y menaje de mesa. Un reclamo que, sobre todo, llama la atención de los pasavolantes, que seguramente echan de menos una tienda tan especializada en sus países de origen. "Algunos sólo miran, otros compran y otros toman nota y después nos hacen un pedido online", relata Torrente.
El cliente autóctono, el de toda la vida, tiene otra personalidad. Éste viene expresamente a comprar oa afilar sus utensilios. Sí, Roca es un referente en cuanto a la herramienta de corte en Barcelona y en el Estado. Cada semana se hacen medio mil afilamentos. "Nos hace mucha ilusión cuando nos traen una herramienta comprada aquí hace setenta años y que, debido a su extraordinaria calidad y al valor que le ha dado el propietario, todavía tiene vida".
Roca nació en 1911 en la placeta del Pi, al otro lado de la iglesia que preside la plaza, fruto del instinto comercial de Ramon Roca, que había estudiado el oficio del utensilio de corte en Francia y en Alemania, referentes de la profesión a nivel europeo. De ahí el cartel que preside la fachada: "Solingen, París, Barcelona". Dos ciudades, la alemana y la francesa, fundamentales para entender el gremio.
La primera especialidad, las navajas de afeitar y el corte fino (los bisturís, por ejemplo), siempre con el compromiso de la calidad por delante de todo. En 1916 el comercio se movió unos metros para trasladarse a la plaza del Pi número 3, la ubicación inamovible hasta la fecha. Dos generaciones de la familia Roca llevaron el negocio hasta el año 2000, cuando las hermanas Montserrat y Roser Roca le traspasaron a la sociedad Ganiveteria Roca SL, buenos conocedores del oficio, comandados por Torrente, que lo aprendió junto a las dos hermanas.
Hay oficios que sólo pasan de padres a hijos al hablar de los vendedores. También ocurre con los compradores: "Vamos a comprar unas tijeras buenas y las tendrás de por vida", una frase recurrente de la buena clientela que llena de orgullo can Roca. Con ocho trabajadores y con el compromiso del trato de mostrador, la proximidad, la atención personalizada, el consejo de tú a tú y una gama inmensa de productos –más de 7.000 disponibles en tienda y en la web–, Roca es uno de los comercios centenarios que aún sobreviven en Barcelona y, singularmente, en Ciutat Vella, algo que no es fácil.
Antes el barrio era un corolario de oficios y la gente venía a comprar de todo. Ahora esto no es posible. "Para venir a comprar un cuchillo hemos perdido toda la mañana", les dicen a menudo. La congestión –Vía Laietana y la Rambla levantadas– y la presión turística son fuertes. "Da la sensación de que el Ayuntamiento actúa como si aquí ya no viviera nadie ni hubiera comercios autóctonos", denuncia Torrente.
Roca ya hace tiempo que pertenece a la red autoorganizada de los "emblemáticos": "No tenemos ayudas, no vivimos del aire ni del pedigrí de emblemático, sino del oficio, de movernos, de conocer el mercado, de ir a ferias, de la interacción con el gremio en todo el mundo". El alquiler sube y debe renegociarse periódicamente. "Nosotros salimos adelante, pero hay comercios de toda la vida que van muy estrangulados. Es necesario que el Ayuntamiento cuide más y mejor su comercio", reclama.
"Quería una tijera para las uñas, por favor", pide una clienta. "Muy bien: recta, curvada, inoxidable, niquelada, para manos, para pies, con la punta fina, gruesa...?", responde el vendedor. La variedad, por supuesto, es otro secreto para añadir a la calidad. El cliente puede elegir una tijera de uñas de una gama de entre 25 y 70 euros. Pero todas deben cortar perfectamente.
"Ya nos va bien que la gente compre cuchillos al Ikea y les venga a afilar a nuestra casa. Así podrán valorar más, si quieren, nuestra calidad", explica. Por cierto, si eres zurdo, tienes la vida cotidiana llena de pequeñas complicaciones añadidas. Visita la Cuchillería Roca, no te arrepentirás.