Vilafranca sonríe de nuevo con el renacimiento de la histórica empresa de medias Marie Claire
La compañía ha reanudado la actividad después de que la comprara la firma For Men de Ángel Pío Sánchez
ValenciaSólo quedaba un pequeño resquicio que evitara que la fábrica de medias, calcetines y calzoncillos Marie Claire dijera adiós a más de cien años de historia, pero, finalmente, la compañía del municipio valenciano de Vilafranca (Els Ports, Castellón) ha conseguido esquivar el cierre y ha reanudado la actividad.
El renacimiento de la empresa se confirmó hace dos semanas cuando la nueva propietaria, la firma For Men, firmó la compra después de que en agosto el juzgado mercantil número 1 de Castellón autorizara la operación y pusiera punto final a un extenuante concurso de acreedores de más de un año y, sobre todo, a una auténtica montaña rusa de sentimientos de unos trabajadores que un día festejaban la presentación de dos ofertas –la de For Men y la compañía valenciana Ferry's– y en el otro lloraban la negativa del tribunal a la venta por falta de garantías económicas y de compromiso de continuar con la actividad.
Como es habitual en estos casos, el toma y daca se resolvió cuando el inversor Ángel Pío Sánchez, propietario del 90% del capital de For Men e impulsor de los históricos almacenes Celso de Madrid –absorbidos después por Galerías Preciados y El Corte Inglés–, mejoró su oferta. En concreto, aportó un aval bancario y aceptó incluir en la operación la compra de las plantas de gas y tratamiento de aguas residuales de la fábrica. Se trataba de una exigencia del Fondo de Garantía Salarial –el principal acreedor de Marie Claire con una deuda a su favor de 1,3 millones de euros–, que subrayaba que son instalaciones imprescindibles para la actividad de empresa y que alertaba de que su ausencia hacía poco creíble la voluntad de la nueva propiedad de continuar con la producción. Resueltas estas discrepancias, For Men abonó 250.000 euros, asumió las obligaciones con la plantilla y se comprometió a seguir con la actividad durante al menos tres años. Si no lo hace, perderá todos los bienes adquiridos.
Final feliz pero con regusto agridulce
Aunque la historia tiene en estos momentos un final feliz, también tiene un regusto agridulce: por el camino han quedado los 190 trabajadores despedidos a partir de junio del 2023. Más suerte han tenido los 76 empleados que colgaban de un expediente de regulación temporal de empleo que iba a caducar. Quien mejor resume esa ambivalencia de sentimientos es Candi Andrés, representante de UGT. En conversación con el ARA, el dirigente sindical explica que los operarios que han recuperado su trabajo "tienen muchas esperanzas", pero también viven el momento "con mucha prudencia". "Sabemos que las cosas no van a ser fáciles", insiste. Andrés utiliza la misma cautela para referirse al ansiado regreso de los 190 trabajadores despedidos hace más de un año. En este sentido, admite que el acuerdo no incluye referencia alguna a su contratación y que no será fácil. Sin embargo, aprovecha la oportunidad para recordar que es muy necesaria. "Algunos se han jubilado, otros han encontrado trabajo, pero la mayoría están en paro", destaca.
Para evitar que Marie Claire vuelva a sucumbir a la competencia internacional, los nuevos propietarios explican al ARA que sus planes pasan por la "expansión del catálogo de productos" de la compañía. Pretenden sumar "ropa interior, ropa deportiva, ropa de baño para hombres y mujeres y productos sanitarios" a la tradicional producción de medias, calcetines y calzoncillos. Además, descartan trasladar la producción a países con mano de obra más barata. "Contamos con unas instalaciones importantes y no tenemos planteado fabricar fuera de ellas", enfatizan.
Sobre el motivo la elección de Vilafranca, la empresa señala que apuestan "firmemente" por la revitalización de la "España despejada" y que están convencidos de que ésta "está llena de oportunidades por descubrir". También lo creen en el montañero municipio del norte del País Valenciano de 2.162 habitantes –de los 6.893 que tiene toda la comarca– que había visto desaparecer su pulmón económico. Saben que es difícil que la compañía vuelva a emplear a 500 personas como lo hacía en el 2005 oa casi un millar como ocurría a principios de la década de los 90, pero aspiran a que los tan repetidos planes para industrializar el mundo rural de las administraciones , por una vez, se cumplan. De eso depende, en buena parte, que se frene la tan temida despoblación.