Energía

100 M€ a un micropueblo de la Noguera para hacer la planta de biogás más grande de Catalunya

Generará la energía equivalente al consumo de 20.000 hogares

Albert González Farran
3 min
Render de la futura planta de biogás de la Sentiu de Sió.

LleidaUna inversión de 100 millones de euros para una planta que ocupará más de seis hectáreas, tratará cerca de medio millón de toneladas anuales de purines, lodos y restos de animales procedentes de más de 200 explotaciones ganaderas, inyectará gas renovable (biogás) en la red y permitirá generar 200 GWh al año (equivalente al consumo energético de 20.000 hogares catalanes). Son las dimensiones de la futura planta de biogás que el grupo danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), a través de la sociedad local La Sentiu Bioenergy, pretende levantar en la Sentiu de Sió, un pequeño pueblo de 400 habitantes de la Noguera.

Se trata de la planta de biogás más potente de Cataluña y una de las mayores de todo el estado español, que actualmente todavía está en período de exposición pública y que, si todo avanza favorablemente, empezará a construirse en el primer semestre del próximo año. Si los plazos se cumplen, los promotores confían en arrancar la actividad entre finales de 2025 y principios de 2026.

Una planta de biogás es una instalación donde se acelera el ciclo natural de descomposición de la materia orgánica, sobre todo deyecciones ganaderas mezcladas con restos de animales, encerrándola dentro de digestores herméticos. Es ahí donde las bacterias actúan: Se produce la llamada digestión anaerobia controlada (descomposición de la materia), de la que se obtiene el biogás y un subproducto sólido que se utiliza como fertilizante agrícola. El biogás se utiliza como único combustible en equipos de cogeneración que lo transforman en energía eléctrica y térmica.

La empresa promotora lo vende como un proyecto de economía circular, que quiere aportar "una solución sostenible al problema medioambiental de la gestión de los purines". La propia empresa asegura que el 85% de las deyecciones que tratará la planta provendrán de explotaciones ganaderas cercanas. Cabe recordar que la demarcación de Lleida, con una cabaña de más de cuatro millones de cerdos, genera alrededor de tres millones de metros cúbicos de purines anuales, más de la mitad de todas las deyecciones porcinas de Catalunya.

La iniciativa es avalada por la Generalitat. El departamento de Empresa lo declaró proyecto estratégico para agilizar sus trámites. Urbanismo ya otorgó su aprobación inicial en mayo. Y el departamento de Acción Climática, a pesar de estar pendiente de su evaluación ambiental, la defiende como la solución a los desafíos de gestión de residuos, demanda energética y economía circular. Cabe recordar que el Gobierno presentó el Plan de Biogás de Catalunya el pasado marzo, al que destina 25 millones para apoyar el desarrollo de iniciativas industriales en la materia.

Movilización ecologista

El proyecto no está exento de polémica. En la Sentiu ha nacido Pobles Vius, una plataforma vecinal que ha convocado para mañana un acto informativo para denunciar los perjuicios de la planta. Cuenta con el apoyo incondicional de Ipcena, una de las principales (e históricas) organizaciones ecologistas de Ponent. Su portavoz, Joan Vàzquez, la califica de “refinería desproporcionada” y pide una política de diversificación de plantas más pequeñas y alejadas de los núcleos habitados, a ser posible en polígonos industriales, “y no en zonas de cultivo altamente productivas como éstas”, añade.

De hecho, la planta se sitúa a poco más de un kilómetro de la Sentiu ya dos de los municipios de Bellcaire d'Urgell y la Ràpita. Los opositores aseguran que la población sufrirá inevitablemente los malos olores procedentes de los residuos orgánicos. La empresa lo asume y promete paliarlo al máximo aplicando luz ultravioleta y filtros de carbón activo a los flujos, además de liberar los malos olores a través de una chimenea de 60 metros de altura.

La plataforma Pobles Vius denuncia el riesgo de contaminación de los regadíos de la zona, la destrucción del paisaje y el peligro derivado del transporte de gas licuado hacia el exterior, que la propia firma calcula en 25.000 toneladas anuales (de dióxido de carbono).

El alcalde Pepe Torres insiste en que, una vez terminado el período de alegaciones (a finales de octubre) y cuando reciba la posterior autorización ambiental, el Ayuntamiento no podrá denegar el permiso de obras a un proyecto que, “ además de responder a la demanda de nuestros ganaderos, traerá riqueza al municipio”. En este sentido, se promete la creación de hasta 40 puestos de trabajo directos y otros 200 indirectos.

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