Energía

15.230 millones: el ahorro en combustibles fósiles por las renovables en España

La balanza comercial deja un saldo neto importador por la dependencia asiática del sector fotovoltaico

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Un parque eólico en las comarcas centrales de Catalunya.

MADRIDUna fría y otra caliente. Es lo que deja la balanza comercial española (exportaciones e importaciones de equipos y servicios) de las renovables en 2022. Gracias a la aportación de estas tecnologías, el Estado se ahorró hasta 15.230 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles a lo largo del año, lo que se traduce en un incremento del ahorro de un 43% si se compara con el de 2021 (8.613 millones de euros). Sin embargo, hay que tener en cuenta que comprar en el 2022 era más caro: los precios energéticos, en particular los del gas, estaban por las nubes, lo que infla al alza el ahorro. Mientras que en 2021 el precio del gas rondó los 47 euros/MWh de media, el año pasado se situó en los 90 euros/MWh.

Ahora bien, España sigue importando mucho petróleo y mucho gas. Y no sólo eso, sino que pese al ahorro que permiten las renovables, la balanza comercial de éstas registró un saldo neto importador por valor de 2.598 millones de euros: se importa más que se exporta, tal como se desprende del estudio publicado este lunes sobre el impacto macroeconómico de las energías renovables en España en 2022, elaborado por la consultora Deloitte y la asociación APPA renovables.

Tras este saldo neto importador hay un sector y una geografía claves: el fotovoltaico y su sello asiático, principalmente China. A lo largo de 2022, todas las tecnologías renovables menos la solar fueron netamente exportadoras (tanto en los equipos como en los servicios asociados). En el caso, por ejemplo, de la energía eólica se exportaron bienes por valor de unos 1.600 millones de euros, y sólo se importaron por valor de 700 millones (balanza comercial positiva). Pero en el sector fotovoltaico ocurre justo lo contrario y, de hecho, las exportaciones de equipos fabricados a España sólo supusieron 300 millones de euros, tal y como ha destacado el director general de la asociación, José María González Moya, durante la presentación del informe, una cifra muy por debajo de las importaciones.

Con todo, el saldo neto importador de las renovables (2.598 millones) en 2022 se añade al del conjunto del sector energético (52.617 millones de euros), que se dispara por los combustibles fósiles (gas y petróleo) y los sus precios. "La balanza comercial española es negativa", ha sintetizado González, quien ha lamentado que sea "más negativa que nunca".

Más allá del impacto económico en cuanto a la importación de combustibles fósiles, la generación de renovables (generación eléctrica, usos térmicos, es decir, calor, así como los biocombustibles) también ha tenido un impacto positivo en la emisión de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera. En concreto, durante el año 2022 se evitó la emisión de 55,8 millones de toneladas de CO₂ gracias a estas energías, lo que supuso un ahorro de unos 4.510 millones de euros para la economía española por lo que hace al pago que debe afrontar por sus emisiones.

Crece el peso en la economía

El estudio viene a confirmar la buena salud del sector de las renovables en el conjunto del Estado. Tanto el récord de instalación como el escenario de precios energéticos disparados han llevado a las renovables a aportar 21.961 millones de euros al PIB español. El sector ya supone un 1,65% del PIB español (19.484 millones de euros) y durante el pasado año propició la creación de hasta 130.815 puestos de trabajo, de los que 80.322 fueron directos, tal y como se desprende del estudio de APPA.

En 2022, la potencia instalada de renovables registró un récord de 8.919 MW nuevos. 6.269 MW se conectaron a la red, mientras que 2.649 MW fueron fruto de las instalaciones de autoconsumo (240.000 nuevas instalaciones), recoge el informe. Sin embargo, la generación de energía renovable disminuyó en comparación con el año 2021 por el descenso de la producción hidráulica, que tocó mínimos históricos en el conjunto del Estado a consecuencia de la falta de lluvias y la sequía.

Rebaja de la factura de la luz

Quien también notó (y lo hará cada vez más) el auge de los renovables son los hogares, en particular aquellos que optan por la tarifa de la luz regulada. Las renovables supusieron un balón de oxígeno para el precio de la electricidad en el mercado mayorista de la electricidad –se compra y vende la energía que se va a consumir al día siguiente–, que estos días ha rozado los cero euros el MWh precisamente gracias a la energía eólica.

En el conjunto del año, las renovables redujeron el precio del mercado eléctrico en 43,10 euros/MWh, según las estimaciones de APPA. Así, de no haber contado con la generación eléctrica por parte de estas energías, el precio a pagar por los consumidores del mercado mayorista en 2022 habría sido de 210,62 euros/MWh, en lugar de los 167,52 euros que registró de media.

Asimismo, el mercado eléctrico mayorista se ve acondicionado por el tope al gas o excepción ibérica, que decae el próximo 31 de diciembre. Aunque la medida está inactiva desde el mes de febrero por la caída del precio del gas (para que se active la cotización del gas debe ser igual o superior a 63,9 euros MWh, una cifra que se aleja de los 34 euros actuales), el gobierno español explora pedir a Bruselas una prórroga. En cualquier caso, la solicitud no será inminente.

¿Cómo funciona la excepción ibérica?

El mecanismo ideado por el gobierno español supone aplicar un tope al precio del gas que se utiliza para generar electricidad (principalmente a través de las centrales térmicas o de ciclo combinado). Esto supone que las tecnologías como las renovables o la nuclear, que no utilizan gas durante el proceso de generación eléctrica, no se vean salpicadas por el precio real del combustible fósil. Sin embargo, a las centrales de ciclo combinado sí se las acaba compensando por el precio real que pagan por el combustible fósil. En 2022 la compensación supuso 6.237 millones de euros, pero la rebaja del precio del mercado mayorista es superior, apuntaron desde la asociación APPA.

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