Energía

Los residuos de los hogares catalanes podrían mover 300.000 coches durante un año

Convertir los residuos en biogás impulsa a la economía y evita emisiones, según los expertos

ARA
y ARA

BarcelonaLos residuos orgánicos que se producen en los hogares catalanes permitirían hacer funcionar durante un año 300.000 coches de motor de combustión, con una media de 12.000 kilómetros cada uno. Lo ha dicho Xavier Flotats, profesor emérito de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), en el transcurso de una mesa sobre el futuro del biogás y su papel en la transición energética organizado por el ARA y Naturgy, moderada por la subdirectora del diario, Carla Turró, y en el que han participado Màrius Aguirre, del Clúster de la Bioenergía de Cataluña, y Rubén Martínez, director de la zona mediterránea de gases renovables de Naturgy.

El biogás se genera a partir de materias orgánicas –la basura orgánica o los purines de la industria ganadera, por ejemplo– pero, una vez depurado, se convierte en CH4, es decir, metano que puede sustituir sin problemas el gas natural de origen fósil. Por eso los participantes no han dudado en pedir políticas transversales para conseguir que los residuos orgánicos, las deyecciones ganaderas y los residuos forestales pasen a ser un recurso energético y, además, colaboren en la descarbonización de la economía. "Debemos sustituir un problema [los residuos] con una oportunidad [con la valorización energética]", ha destacado Xavier Flotats.

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De hecho, si se aprovechara todo el metano que producen estos residuos, en España se conseguirían 163 TWh de biogás, es decir, la mitad del consumo actual de gas natural, y en Cataluña, 15 TWh. Esto permitiría suministrar biogás a todos los hogares y muchas pymes que actualmente utilizan gas natural de origen fósil, ha destacado Rubén Martínez. Además, existen otras ventajas: la tecnología para conseguir convertir residuos en biogás está bastante contrastada y forma parte de la estrategia europea de renovables, ha indicado Màrius Aguirre.

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La estrategia catalana del biogás establece como objetivos alcanzar una producción de 2 TWh en 2030 y 8 TWh en 2050, ha señalado Xavier Flotats, pero a pesar de que Cataluña es pionera en el Estado en esta tecnología la generación actual es de 597 GWh. Para ello, el profesor Flotats ha recalcado que es necesaria la conjunción a la vez de políticas de reducción de emisión de gases de efecto invernadero, políticas de gestión de recursos, políticas de autosuficiencia energética y políticas de desarrollo rural. Una alineación de cuatro elementos que, según destacó Flotats, no se dio en España hasta hace poco. "No ha habido estas políticas coordinadas hasta su llegada al ministerio de Teresa Ribera", ha dicho.

La conjunción de estas políticas, sin embargo, no es suficiente. Es necesaria también concienciación. Por ejemplo, los residuos orgánicos conllevan la emisión de 200 millones de metros cúbicos a la atmósfera en Cataluña. Capturar el gas de estos residuos permitiría obtener biometano, dice el profesor Flotats. Pero es necesario que la piel de plátano, por ejemplo, vaya a la bolsa de residuos orgánicos sin mezclarse con otros tipos de basura, como plásticos. "Se pueden hacer muchas cosas para aprovechar los residuos", dice Flotats, pero hay que ser conscientes de estos gestos cómo separar los residuos orgánicos.

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Este aprovechamiento de los residuos orgánicos, además, tiene otro efecto positivo, asegura Màrius Aguirre. Los residuos orgánicos en un vertedero "son una fuente de emisión de contaminación", dice, porque liberan gas metano, cuyo efecto invernadero "28 veces superior al del CO₂", destaca. Por tanto, capturar este metano no sólo sirve para sustituir el gas fósil actual, sino que, además, evita una gran emisión de gases de efecto invernadero. "Un problema que tenemos [las emisiones] se puede sustituir por una oportunidad", destaca Xavier Flotats.

Deyecciones ganaderas

Un papel importante en la obtención del biogás son las deyecciones ganaderas, especialmente en Cataluña, con una importante cabaña de cerdos. Ahora los purines se almacenan en balsas, donde a veces permanecen meses o años. Y, mientras están ahí, van emitiendo metano y amoníaco a la atmósfera. Obtener biogás de estas deyecciones permitiría valorizarlas, evitar emisiones y, además, daría una ventaja a los productores de porcino, indica Flotats. "Cuando haya que etiquetar medioambientalmente la carne, los productores que no hagan biogás tendrán que cerrar el negocio porque no podrán incluir esta etiqueta medioambiental", dice Flotats.

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La ventaja no es sólo para los ganaderos. Puede extenderse a toda la comunidad. Los participantes en la mesa destacaron que cuando se plantea instalar una planta de biogás siempre aparecen plataformas en contra en el territorio. Pero esto podría aportar ventajas para el municipio que acoja este tipo de plantas. "Un municipio podría ser más eficiente, con menor coste por el tratamiento de residuos, si captura las emisiones", indica Rubén Martínez. La clave, dice Martínez, es "convertir un residuo en un recurso".

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Flotats, por su parte, apuesta por la participación de los ganaderos locales en la estructura del accionariado de estas plantas. Y pone el ejemplo de Francia, donde se abren entre dos y tres plantas de biometano a la semana, con participación local, porque se asegura la compra del gas en un futuro a un precio pactado. "Aquí no existe esta estructura de tarifas y hay que ir al mercado, lo que provoca dependencia de los grandes inversores", dice Flotats. Es decir, la inversión depende de grandes fondos inversores normalmente internacionales no arraigados en el territorio. Y este sistema, remarca, ralentiza mucho las inversiones.