Farmacéuticas

Grifols encauza la deuda y vuelve al optimismo

La empresa catalana ve resueltos los vencimientos de préstamos de los próximos tres años

Sede de Grifols en Parets del Vallès.
12/12/2024
3 min

BarcelonaEl miércoles por la tarde, con pocas horas de diferencia, Grifols anunciaba una emisión de bonos de 1.300 millones de euros y la agencia de calificación de deuda S&P mejoraba la nota de la deuda de la farmacéutica catalana de B a B+. Con estas calificaciones, la agencia de rating independiente envía mensajes a los inversores respecto a la fortaleza financiera de empresas e instituciones y su capacidad de devolver la deuda.

La consecuencia se ha visto este jueves, con un fuerte repunte de las acciones de la compañía catalana en bolsa. A lo largo del día fue el valor del Ibex 35 que más subía y sellaba un alza del 8,4%, situando la acción por encima de los 9,5 euros y secando, en parte, la caída que sufrió después de que el fondo Brookfield desestimara lanzar una opa a 10,5 euros el precio de la acción.

Pero más allá de los acontecimientos puntuales de este jueves, la compañía vislumbra tras la emisión del miércoles un nuevo escenario donde, precisamente, pueda distanciarse de la tormenta bursátil en la que ha estado inmersa en los dos últimos años. Las fuentes consultadas por el ARA se mostraban optimistas en este sentido: "Esta es una compañía estable, con un negocio bueno y un producto que salva vidas", exponían desde la compañía.

"El camino es ahora recuperar la confianza alejados del ruido y al margen de lo que puedan decir los fondos activistas y atraer a accionistas estables", añadían.

Regreso a la normalidad

¿Qué metas tiene por delante Grifols para recuperar esa confianza? Fuentes bursátiles apuntan dos hitos. En primer lugar, a finales de enero la compañía presentará los resultados del conjunto de 2024. Las expectativas son muy buenas y se especula con un ebitda (beneficio antes del pago de los intereses y la deuda, entre otros) que ronde los 1.750 millones de euros. Este dato es clave para los bancos, porque las entidades financieras recuperan sus préstamos a partir del ebitda positivo.

En segundo lugar, se espera que Grifols recupere el día del inversor para explicar a los fondos las interioridades y perspectivas del negocio. Este año, cuando dejó de realizar estos encuentros, recibió críticas; ahora se da por supuesto que en febrero o marzo la compañía de los Grífols se reunirá con los analistas.

Al margen del buen funcionamiento del negocio, la gran carta de la empresa familiar catalana para abrir una etapa sin sustos está en función de tener deuda bajo control. Las fuentes consultadas explican que con la emisión de esta semana los vencimientos de 2025 están encarrilados. Además, Grifols mantiene un 6% en la china Shanghai RAAS que podría darle liquidez automática. Además, con los tipos a la baja y el endeudamiento más barato, fuentes del mercado apuntan a que incluso el vencimiento del 2027 puede estar encauzado sólo con las ganancias esperadas en los próximos años.

Por el camino, Grifols ha dado un giro a su gobernanza, dejando a la familia fuera de la gestión y llevando caras nuevas a los puestos clave. Solo Tomás Dagá, un histórico de la compañía estrechamente ligado a la familia fundadora, sigue en el punto de mira de los fondos que reclaman cambios en la dirección de la compañía catalana.

Con todo, Grifols da por cerrado un bienio convulso y ya mira a la recuperación del negocio y de la acción. Los títulos habían superado los 30 euros y ahora rozan los diez. En el mercado existe división de voces, pero las fuentes consultadas aseguran que la acción está muy infravalorada y que su precio objetivo podría rozar los 20 euros.

stats