Francia congela el precio del gas y limita al 4% el aumento del recibo de la luz
La escalada de precios de la energía también se ha notado en el país, que ha registrado el aumento más elevado de los últimos 8 años
ParísA siete meses de las elecciones presidenciales, el gobierno de Emmanuel Macron intenta que la crisis de precios de la energía no le acabe explotando en las manos. Después de meses de críticas ciudadanas por el aumento del recibo del gas, el ejecutivo francés ha decidido actuar. El primer ministro del país, Jean Castex, ha anunciado una congelación del precio del gas, que en los últimos meses no ha parado de subir, una situación similar a la de otros países europeos.
Este viernes el aumento ha sido del 12,6%, el más elevado de los últimos ocho años, pero la subida acumulada desde enero llega al 60%. “El aumento del 12,6% se aplicará, pero será el último”, prometía el jueves por la noche Castex en una entrevista a la televisión pública TF1. París congela el precio del gas al menos hasta abril del año que viene, cuando ya habrán pasado los meses de invierno y, según los expertos citados por Castex, los precios del gas se empezarán a moderar.
En cuanto a la electricidad, el gobierno francés limitará el aumento al 4% cuando se revise la tarifa, en febrero, mediante una rebaja de impuestos que todavía se tiene que concretar con una modificación legal que Macron cuenta con aprobar antes de finales de año. En Francia la actualización del precio de la luz es anual y hasta ahora la crisis de precios energéticos no ha tenido impacto en los recibos de los consumidores del país, pero en febrero podría aumentar alrededor del 12% si no hubiera intervención del ejecutivo. En cualquier caso, en Francia el precio de la luz no subirá tanto como en España porque más del 70% de la electricidad proviene de la energía nuclear y, por lo tanto, no está sometida a tanta volatilidad, porque los factores que disparan el precio –el gas y los derechos de emisión de CO2– solo impactan en el 30% restante.
12% de pobreza energética
El ejecutivo francés quiere evitar que el poder adquisitivo de los ciudadanos se vea afectado por el aumento generalizado de los precios de la energía. Según una encuesta publicada por el diario económico Les Echos, la pérdida de poder adquisitivo es la principal preocupación de los ciudadanos, incluso por encima de la seguridad. El 12% de los hogares franceses se encuentran en situación de pobreza energética y se ven especialmente afectadas por la crisis de precios. El gobierno de Macron ya aprobó este año ayudas para las familias vulnerables y prevé aumentarlas si las medidas tomadas no son suficientes.
En el Elíseo preocupa que la subida del precio de la energía provoque una nueva oleada de protestas en la calle como la que se produjo en 2018 con los chalecos amarillos. En esa ocasión fue la subida de los precios de la gasolina el detonante de las manifestaciones. Ahora, junto con los recibos de la luz y del gas, el precio de los carburantes también está aumentando –casi un 16% la gasolina sin plomo y un 12% el gasóleo desde el 1 de enero–, pero el gobierno francés quita hierro a la situación y atribuye el encarecimiento al hecho de que durante la pandemia el precio bajó y por eso ahora es lógico, sostiene el ejecutivo, que los precios se recuperen.