Energía

Gasolineras cerradas y cuatro horas de cola: Francia, a un paso del colapso por la falta de carburantes

La huelga de los trabajadores de las refinerías del país ha dejado sin gasolina a un tercio de las estaciones de servicio

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Una gasolinera  cerrada por carencia de combustible hoy en Niza.

ParísDespués de casi dos semanas de huelga de los trabajadores de la mayoría de refinerías de Francia, encontrar una gasolinera abierta en París es complicado. La mayoría se han quedado sin carburante y a las que todavía están abiertas solo les queda un tipo de carburante. Las colas son interminables. “He venido a las 9 de la mañana y he hecho cuatro horas de cola”, asegura el conductor de una moto de Deliveroo que ha conseguido llenar el depósito en una de las pocas estaciones de servicio de la capital francesa que sigue abierta, en el Boulevard de la Chapelle. 

Es la una del mediodía y la cola de vehículos, que ocupa todo un carril del bulevar, provoca problemas de tráfico. Las motocicletas invaden toda la acera y no dejan espacio a los peatones. En la misma cola, un joven que va en moto al trabajo también se queja de la situación: “Estamos hablando de tener que esperar 3 o 4 horas cada vez que quieres poner gasolina. Es horrible”, lamenta. Un tercio de los coches que esperan para llenar el depósito son taxistas, uno de los colectivos más afectados. “Hemos pedido que los taxis tengamos prioridad en las gasolineras, pero no nos han hecho caso”, explica un taxista que espera, resignado, su turno. 

Según las cifras oficiales, una de cada tres gasolineras de Francia está cerrada porque no tiene carburante o le falta algún tipo de gasolina. En París y en el norte, sobre todo en la región de Altos de Francia, la cifra es muy superior. El gobierno habla de “colapso” inminente si no se reabren las refinerías para que los carburantes puedan llegar a las gasolineras e incluso el presidente, Emmanuel Macron, ha pedido públicamente a los trabajadores que dejen la huelga: “El bloqueo no es la manera de negociar”, advirtió el lunes. El llamamiento, sin embargo, no ha tenido éxito. 

Ambulancias y autocares aparcados

De las siete refinerías que hay en la Francia metropolitana, seis están bloqueadas. La falta de carburante ya ha provocado problemas que han alterado la normalidad de muchos ciudadanos en algunas regiones: hay autocares que llevan a niños a la escuela que han dejado de hacer rutas, ambulancias de transporte no urgente que han quedado aparcadas y autoescuelas que han suspendido las clases prácticas. También se han prohibido algunas competiciones de motos y hay partidos de fútbol de diferentes categorías que han quedado aplazados. Y hay transportistas, repartidores y taxis que han dejado de hacer rutas largas o incluso han dejado de trabajar. La lista de sectores afectados también es interminable. 

Los trabajadores hacen huelga para reclamar un aumento salarial del 10% para compensar la subida de la inflación, a pesar de que los precios en Francia han subido muy por debajo de esta cifra, poco más del 5%. Los sindicatos argumentan que las energéticas tienen que compartir con los trabajadores los beneficios que les está suponiendo el aumento de precios de los carburantes. En el primer semestre de este año, TotalEnergies ha tenido un beneficio neto de 10.600 millones de dólares. La dirección de la empresa –la principal compañía en Francia y la que tiene más refinerías– se ha sentado por primera vez a negociar con la CGT. La reunión, sin embargo, ha acabado sin grandes adelantos. La empresa proponía a los trabajadores que sigan la huelga pero que se avengan a permitir que se retome la salida de los carburantes mientras negocian. En cambio, los sindicatos quieren que haya un acuerdo antes de desbloquear las refinerías.

Requisa a trabajadores

El gobierno francés presiona para que haya un acuerdo inminente y ha puesto encima de la mesa una medida excepcional: está dispuesto a obligar a una parte de los trabajadores, los que sean “indispensables para el funcionamiento” de las refinerías, a volver al trabajo para permitir que salgan los camiones llenos de carburantes. "El gobierno hace un llamamiento a la responsabilidad para negociar. Un desacuerdo salarial no justifica el bloqueo del país", advertía el martes la primera ministra, Élisabeth Borne.

De hecho, este miércoles ya ha lanzado la primera "requisa" de trabajadores para la refinería de Esso-ExxonMobil en Port-Jérôme, en Normandía, y asegura que está dispuesto a hacerlo con otras refinerías si el bloqueo continúa. "El impacto de este conflicto social se ha convertido en insoportable para demasiados ciudadanos franceses", advertía este miércoles Olivier Véran, el portavoz gubernamental. Véran ha prometido que la situación mejorará en las próximas horas, pero ha admitido que no se podrá volver a la normalidad hasta dentro de unos cuantos días.

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