Moda

Los grandes retos de Marta Ortega al frente de Inditex

La hija de Amancio Ortega toma este viernes el timón del grupo de moda más importante del mundo

Amancio Ortega y su hija Marta Ortega
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BarcelonaMarta Ortega, la hija de Amancio Ortega, el creador de Inditex, toma este viernes el timón de la multinacional en sustitución de su padre. Será la presidenta no ejecutiva de la primera empresa de moda del mundo y tendrá como consejero delegado a Óscar García Maceiras, que debutó el noviembre pasado en sustitución de Pablo Isla, y con quien tiene en común que los dos han sido abogados del Estado.

A pesar de que varias fuentes del sector consultadas por el ARA coinciden en decir que el funcionamiento del grupo es el de una empresa familiar, Ortega toma las riendas de un imperio de 6.500 tiendas repartidas por el mundo, con unos beneficios de 3.243 millones de euros en su último ejercicio fiscal (del 1 de febrero del 2021 al 31 de enero del 2022), un récord de ventas de 27.716 millones y una capitalización bursátil que ha aumentado hasta los 52.000 millones desde el 2005. "Funcionan como una empresa familiar porque los Ortega son muy conscientes de que tienen el control de un 60% de la compañía, por eso el comportamiento del grupo en bolsa les preocupa relativamente", apuntan estas fuentes. Ante el altísimo listón que ha dejado Isla, ¿cuáles son los retos que tendrá que encarar la nueva presidenta del grupo?

En los últimos años Inditex ha hecho una apuesta por su canal online, acelerada debido a las restricciones provocadas por la pandemia, y que el sector califica "de excelente". Aun así, uno de los grandes retos de Marta Ortega será encontrar el equilibrio entre las tiendas físicas y la venta por internet. "No es un debate cerrado que la venta vaya hacia el online, de hecho depende mucho de la parte del mundo", explican fuentes del sector, que ponen como ejemplo Amazon, que a pesar de ser el referente del comercio en línea, está apostando por la apertura de tiendas físicas.

El otro caballo de batalla será la internacionalización. La compañía ha tenido mejor acogida de la que se esperaba en países como Estados Unidos, Rusia –un mercado ahora truncado por la guerra– o China. Pero su asignatura pendiente es India. A pesar de ser el segundo país más poblado del mundo, después de China, actualmente Inditex tiene poco más de una veintena de tiendas, mientras que en Rusia, con mucha menos población, tiene medio millar. "A diferencia de China, que ha abrazado las firmas europeas de moda, el gran reto de India es que continúan vistiendo con el sello del país", explican las fuentes. Además, para entrar en el país han cogido como socio al gigante empresarial local Tata, que se está introduciendo en el mundo de la moda. "Se podría dar el caso que cuando haya aprendido, Tata opte para deshacer la alianza y expandirse en solitario", alertan las mismas fuentes.

La sostenibilidad es otro de los grandes retos. Inditex fue uno de los impulsores de lo que se conoce como fast fashion, basada en un consumo continuo, a pesar de que ayudó a democratizar la moda. "Ahora, sin embargo, este modelo de negocio no es sostenible", apunta Sònia Flotats, editora de So Good Sonido Cute Magazine, especializada precisamente en moda sostenible, y cofundadora de la asociación Moda Sostenible de Barcelona. En este sentido, añaden fuentes cercanas al grupo, Inditex tiene que cambiar su cadena de valores y acompañar a sus proveedores para que se adapten. "Actualmente no se está haciendo del todo bien, porque su relación con los proveedores es de grande a pequeño, y para conseguir este giro hacia la sostenibilidad hace falta que vayan de la mano", puntualizan estas fuentes. Para Flotats, el grupo ya está invirtiendo mucho dinero para acercar los proveedores y garantizar unas buenas condiciones de trabajo. "Ahora bien –añade–, tiene mucho trabajo porque hay mucho camino que deshacer y hacer girar un transatlántico como Inditex no es fácil".

Un sueldo de un millón de euros

Finalmente, el último caballo de batalla de Ortega será conseguir una imagen "neutra" de la empresa. En los últimos años, partidos como Podemos o Más País han generado una mala imagen del grupo asegurando que Amancio Ortega no paga suficientes impuestos o mostrando su rechazo al relevo de padre a hija. "La nueva presidenta tendrá que conseguir que la empresa pase desapercibida como hacen las grandes compañías de moda francesas", remachan las fuentes.

Para hacer todo este trabajo, Marta Ortega cobrará un millón de euros al año: 900.000 euros como presidenta del consejo de administración y los otros 100.000 en calidad de consejera. Bajo su responsabilidad tendrá las áreas de auditoría interna, secretaría general y del consejo, y comunicación.

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