Histórico fracaso danés en la energía eólica marina
La puja de seis nuevos parques eólicos, que debían convertir al país nórdico en una potencia de la energía verde, termina en fracaso
CopenhagueEn 1991 en la isla danesa de Lolland se construyó el primer parque eólico marítimo del mundo. En alta mar, el viento sopla más fuerte y, además, los aerogeneradores podían ser más altos y tener mayor potencia. Asimismo, no generaban el mismo grado de molestias que los parques eólicos terrestres.
Tres décadas después de ese pequeño y carísimo experimento colocando turbinas en medio del mar, la energía eólica marina es una fuente clave en Dinamarca para alcanzar la transición hacia la energía libre de combustibles fósiles. Actualmente los parques eólicos daneses del mar del Norte y del mar Báltico generan el 24% de la demanda de electricidad del país, con la virtud de que los aerogeneradores marítimos producen más en invierno, cuando la necesidad y el precio de la electricidad son más elevados.
Con estas ventajas, el gobierno del país nórdico tiene grandes ambiciones para ampliar la capacidad de sus parques eólicos marítimos desde los 2,7 gigavatios actuales hasta los 14 gigavatios en 2030, convirtiéndose así en una potencia de la energía verde en Europa. Por eso, el fracaso en la mayor licitación de la historia del país para construir tres nuevos parques eólicos marinos ha caído como un cubo de agua fría en los planes del gobierno. "Es extremadamente decepcionante y un problema serio, porque necesitamos más energía eólica marina –admitió el ministro de Energía danés, Lars Aagaard–, pero debemos averiguar por qué ninguna empresa ha pujado".
La oferta de licitación que presentó el gobierno hace ocho meses era para la construcción de una primera fase, con tres parques eólicos de un total de seis nuevos parques que había proyectado el ejecutivo. El gobierno había calculado que la construcción de cada parque costaría 16.000 millones de coronas a las empresas (2.145 millones de euros) y que debían terminarse de construir en cinco años. El plazo para la segunda parte de la licitación termina el próximo mes de abril, pero visto el fracaso inicial y que ninguna empresa haya presentado una propuesta de inversión, el gobierno se plantea reformular la licitación.
En conjunto, los seis parques eólicos marinos proyectados deben proporcionar entre 6 y 9 gigavatios de energía, lo que se traduce en la electricidad consumida por 10 millones de hogares (en un país de 5,9 millones de habitantes). Además, el gobierno también esperaba que la energía de los aerogeneradores marítimos pudiera convertirse en hidrógeno verde, especialmente importante para la transformación ecológica de la industria y del transporte aéreo y marítimo. En este sentido, el gobierno había prometido la construcción de un gasoducto conectado con Alemania para exportar el hidrógeno verde, aunque ahora los planes han quedado aplazados.
En la presentación del proyecto de los seis parques eólicos marinos, el anuncio del gobierno se hizo a bombo y platillo y con grandes expectativas. Una de las cláusulas de la licitación era que el estado será propietario del 20% de los parques, por lo que el gobierno esperaba que la ampliación de la energía eólica marina se convirtiera en "una fuente de ingresos del tamaño del fondo del petróleo noruego, que contribuirá enormemente al bienestar de los daneses", aseguró en su día el ministro Lars Aagaard.
Sin embargo, la respuesta en verano del gigante eléctrico sueco Vattenfall hizo saltar las primeras alarmas de que la puja no tendría el éxito que había previsto el ejecutivo danés: "Hemos mirado la oferta, hay buen viento y uno buen fondo marino para construir parques eólicos, pero el estado de la economía global no justifica tan importante inversión", dijo la empresa en un comunicado. Otra de las empresas que han dado la espalda al proyecto es Ørsted, la compañía danesa líder en el mercado eólico marino, después de que en los últimos meses haya retirado también su participación en tres proyectos en Estados Unidos. De hecho, los expertos alertan de que no sólo en Dinamarca soplan vientos en contra de la energía eólica marina, ya que el pasado año una gran puja por construir parques eólicos marinos en el Reino Unido también acabó sin oferta alguna.
Para el director general de Green Power Denmark, Kristian Jensen, la inflación en la economía mundial y los altos intereses han provocado que construir nuevos parques eólicos marinos, que requieren una infraestructura significativamente mayor que los terrestres, "se haya hecho demasiado caro y, por tanto, los riesgos para las empresas son demasiado grandes". Jensen también cree que la electrificación de la industria y de sectores clave como el transporte "avanzan demasiado lentamente y, en consecuencia, la demanda de electricidad proveniente de fuentes verdes no aumenta lo suficientemente rápido para que las empresas energéticas quieran duplicar su producción". Peter Sorknæs, investigador en la Universidad de Aalborg, explica que actualmente las empresas energéticas pueden ser más reacias a la hora de invertir en nuevos megaproyectos como los parques eólicos marinos "por el miedo a vender la electricidad a un precio demasiado bajo, ya que si la demanda de electricidad no aumenta y se añade mayor producción, los precios caen y las inversiones de las empresas no tienen un retorno".
Sin embargo, Sorknæs alerta del riesgo de que la desaceleración en la energía eólica marina pueda implicar un retraso a la hora de alcanzar los objetivos de cero emisiones: "No creo que en Dinamarca seamos capaces de alcanzar los objetivos climáticos, salvo que instalamos turbinas eólicas en alta mar a un nivel más alto que ahora; por tanto, debemos discutir las condiciones para poder sacarlo adelante".