Rafael Villaseca: "Celsa ha salido de la UCI, pero todavía está en el hospital"
La nueva cúpula presenta una empresa renovada y con una recapitalización de la deuda de 1.418 millones de euros
BarcelonaLa nueva etapa de Celsa es ya una realidad. El flamante nuevo gobierno de la metalúrgica, con Rafael Villaseca como presidente y Jordi Cazorla como consejero delegado, se ha dirigido este martes a la prensa para explicar cómo está la empresa tras la salida de la familia Rubiralta y la convulsa situación económica que arrastraba desde hacía años. "Podemos decir que Celsa ha salido de la UCI, pero todavía está en el hospital", ha resumido el presidente.
La compañía, que se presenta con una cara renovada, ha estrenado este mismo martes –en el marco de una junta extraordinaria– su nuevo consejo de administración, en el que han entrado Hilario Albarracín, Elena Guede, Juan José Nieto y Mario Longhi como consejeros independientes. Asimismo, Villaseca celebró que se empieza a "restablecer el equilibrio patrimonial gracias a la recapitalización de la deuda por importe de 1.418 millones de euros".
Sin embargo, no hay noticias, todavía, de un socio industrial español que pueda entrar en la compañía, tal y como ha reclamado el gobierno del Estado. "Es prematuro hablar de la búsqueda del nuevo inversor, pero obviamente nos comprometemos a cumplir con esa condición", ha dicho en este sentido el presidente de Celsa.
Saneamiento de cuentas
"Los objetivos inmediatos de la nueva cúpula eran, ante todo, estudiar con profundidad la situación de la compañía, que estaba a punto de quebrar ya partir de ahí centrar los planes de futuro", ha dicho Villaseca. De hecho, el plan estratégico a seguir todavía "no está completado", pero la compañía espera tenerlo listo después del verano. "Esperamos que a mediados del segundo semestre estemos en condiciones de relanzar la compañía y entrar en una etapa de tranquilidad y normalidad", ha dicho el presidente. Aunque no descarta que en el 2025 la compañía sea rentable, no quiso marcar horizontes temporales.
"Ha habido una reestructuración de la deuda que también nos sitúa en una situación de tranquilidad y normalidad; todavía no está todo resuelto, pero estamos en el camino", aseveró Villaseca. A su vez, Cazorla detalló la situación económica de la empresa, que tras el proceso de reestructuración cerró 2023 con una recapitalización de deuda por importe de 1.418 millones de euros y fondos propios consolidados por 326 millones.
Así pues, después de estos ajustes contables, se ha determinado que el resultado anual consolidado después de impuestos es de 459 millones. Hay que tener en cuenta también que en estos resultados se reconoce la pérdida por el crédito incobrable a la familia Rubiralta, los antiguos propietarios, y del deterioro de activos por 245 millones de euros. Según apuntan desde el grupo, sin el proceso de reestructuración, en 2023 habría registrado unas pérdidas de 918 millones y fondos propios negativos de hasta 1.187 millones.
Aunque no se descartan la desinversión de activos extranjeros, como ya había comentado con anterioridad la compañía, de momento "se está trabajando para conocer exactamente la situación y no hay nada en firme", detalló el presidente . Sin embargo, aseguraron también que no se plantean "reducir la plantilla". Actualmente, el grupo tiene 4.000 trabajadores directos y 10.000 indirectos. "Es necesario tener siempre muy presente de dónde venimos. Estamos en marcha, estamos contentos con el reto y tenemos las bases para saber hacia dónde enfocarnos", ha concluido Villaseca.