Infraestructuras

Talgo y Hungría, un binomio que el Estado quiere evitar cueste lo que cueste

El ejecutivo de Pedro Sánchez, contrario a la opa de Magyar Vagon, está alimentando una contraopa con inversores españoles

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Imagen de archivo de una fábrica de la empresa española Talgo.

MADRIDEl binomio Talgo y Hungría no gusta al gobierno español. De hecho, busca evitarlo cueste lo que cueste. Desde hace meses, el fabricante español de trenes está en el punto de mira de la empresa Magyar Vagon, con sede en Budapest. El runrún en torno a su interés se confirmó el 4 de abril, cuando la compañía húngara registró una solicitud formal ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores para pedir la autorización del gobierno español para adquirir el 100% de Talgo por 619 millones de euros.

Si bien las expresiones públicas del ejecutivo de Pedro Sánchez ya dejaban entrever que la idea no gustaba, la negativa ha quedado ratificada esta misma semana por el ministro de Transportes, Óscar Puente (PSOE): "Observamos la opa [de Magyar Vagon] con el máximo cuidado ya la espera de que otros actores entren en juego, entre inversores y fabricantes. Se puede constituir una alternativa [una contraopa] sin el auspicio del gobierno, pero si fuera necesario favorecerla [la contraopa], valoraríamos esta opción", dijo Puente. De hecho, la Moncloa ya ha llamado a la puerta de CriteriaCaixa, el brazo inversor de La Caixa, al que tantea para que lidere esta respuesta, según ha podido confirmar el ARA. Desde el ministerio de Transportes se limitan en recordar las palabras de Puente, y Criteria no hace valoraciones.

Vínculos con Orbán

¿Le gusta al gobierno español más el capital árabe que el húngaro? La pregunta surge cuando se compara la reacción del ejecutivo sobre la operación en Talgo con el movimiento de los Emiratos Árabes Unidos sobre Naturgy. En cualquier caso, para entender la taxativa negativa al movimiento de Magyar Vagon hay que mirar a fondo a la empresa.

Detrás está el consorcio Ganz-Mavag Europe, uno de los mayores conglomerados de Hungría y especializado en transporte ferroviario. El grupo está participado por Magyar Vagon (55%) y el fondo estatal Corvinus (45%). Y esto es lo que enciende las alarmas: la adquisición de Talgo llevaría el sello del gobierno de Viktor Orbán, actual presidente de Hungría. Y uno de los principales directivos del consorcio, el millonario Andras Tambor, es hombre de confianza del primer ministro de Hungría, con el que trabajó durante años.

Orbán no ha escondido la sintonía que mantiene con Rusia pese a la guerra en Ucrania. Después de que Vladimir Putin arrasara en unas nuevas elecciones sin oposición en marzo, el primer ministro húngaro le dirigió una carta donde le felicitaba por su victoria, y fue el único dirigente de la Unión Europea que lo hizo.

Es por eso que existe el miedo a que Rusia esté vinculada al interés de Hungría en el sector ferroviario español. El paso abriría sus puertas al gobierno de Orbán a tener trenes que permiten el cambio de eje y conectar territorios con anchos de vía diferentes, como son el europeo y el ruso. De hecho, la tecnología española, y en concreto la que lleva el nombre de Talgo, ya une a Moscú y Berlín. El 17 de diciembre de 2023 la empresa rusa RZD ponía en marcha el servicio nocturno entre las dos capitales, y lo hacía en un tren Talgo, tal y como anunciaba la compañía española.

Más allá de los vínculos con Rusia, ni en España ni en Bruselas les gusta que Orbán despliegue sus tentáculos en el resto de los estados miembros. Por su forma de gobernar, contrario a los estándares y valores europeos, Orbán es visto como un socio poco fiable política y económicamente.

¿Una empresa estratégica?

Puente ha sido muy claro: "La tecnología [de Talgo] es estratégica". La compañía es el principal fabricante de trenes de Renfe, tanto de la alta velocidad como del servicio de Cercanías, y fruto del trabajo con la operadora pública, pero también con Adif, conoce de primera mano el funcionamiento de la alta velocidad .

En la posible contraopa para frenar la opción húngara, por ahora Criteria no tendría prisa por liderar la operación, aseguran fuentes consultadas por el ARA. Aunque la relación entre Criteria y el gobierno español es más estrecha que nunca por el posible cambio de accionistas en Naturgy, de momento Talgo no forma parte de los sectores que ha querido priorizar a Criteria. Sólo mirando los dividendos del holding queda claro que la energía (Naturgy), la banca (CaixaBank), las telecomunicaciones (Telefónica y Cellnex) y el agua (Aigües de Barcelona, ​​presidida por Àngel Simón, flamante consejero delegado de CriteriaCaixa) son las actividades predilectas de la entidad que preside Isidre Fainé. En cualquier caso, las dudas sobre Talgo podrían desvanecerse si se añadiera un socio industrial al movimiento, según ha publicado Expansión. Varios medios de comunicación apuntaron a CAF, el otro gran fabricante español de trenes.

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