La 'zona 0' de la DANA es donde más se edificó durante el boom inmobiliario
El parque de viviendas de l'Horta Sud creció mucho más que el conjunto de la provincia de 2001 a 2011
BarcelonaEl número de construcciones expuestas al riesgo de inundación ha aumentado en los últimos cincuenta años en todo el mundo, sobre todo en zonas costeras. El cambio climático agravará esta situación si no se toman medidas, pero la causa de esta sobreexposición es otra, al menos en la costa mediterránea que transcurre desde Murcia a Catalunya. En este tramo la construcción se concentró en dos booms inmobiliarios: el de sol y playa de los años 70 y el de la burbuja de 2000. Según un estudio de tres profesores de geografía de la Universidad de Murcia, el aumento de la exposición a inundaciones en esta zona se debe a una planificación espacial y unas estrategias de reducción de inundaciones ineficientes.
Es precisamente en el territorio que separa a estas dos comunidades, en la misma costa mediterránea, donde ahora se buscan las explicaciones a una sobreexposición que ha resultado fatal. La DANA del 29 de octubre ha inundado decenas de miles de construcciones, especialmente en l'Horta Sud del País Valencià, donde viven unas 325.000 personas. La mayoría de estos pueblos se expandieron durante el primer boom de los años 60 y 70, con la urbanización de parte de la huerta de la zona, que da nombre a la comarca. Pero años más tarde, en la década de los 90, la fiebre constructora que se esparció por toda España también acabó de impermeabilizar la zona con nuevas viviendas, pero sobre todo con naves y polígonos, que han acabado de sellar buena parte del suelo .
Boom logístico en Pista de Silla
La prueba de ello es que la DANA no sólo afectó a viviendas. En el cinturón que rodea la autovía V-31 –también llamada Pista de Silla–, que conecta Valencia con los pueblos del sur, se desplegó durante la burbuja inmobiliaria gran parte de la expansión industrial de la zona. La autovía, que se convirtió en un río artificial durante las inundaciones de hace doce días, separa la albufera –integrada por humedales no urbanizados– de los polígonos de Sedaví, Benetússer, Alfafar, Massanassa, Catarroja y Albal, entre otros. "Se han perdido muchísimas empresas, prácticamente han quedado desguazadas", explica al ARA el profesor de geografía de la Universidad de Valencia Joan Membrado.
Este profesor destaca el papel que tuvo la ley del Suelo impulsada por el gobierno de José María Aznar en 1998, que dio mayor flexibilidad a los constructores. Lo cierto es que la burbuja inmobiliaria se extiende desde mediados de los 90 hasta el estallido de la crisis financiera en 2007.
El impacto de la burbuja
La mayoría de las viviendas de l'Horta Sud se construyeron en los años 60 y 70, y sólo una parte se alzaron después del 2003, cuando se aprobó el Plan de Acción Territorial para la Prevención del Riesgo de Inundación ( Patricova). Hasta entonces no existía ninguna gran normativa urbanística relativa a inundaciones. "Por lo general, durante la burbuja se cambió el suelo y esto ha podido provocar que el Patricova quedara poco representativo de la realidad, es decir, que una zona que era inundable, pero con cierto suelo de huerta y que tenía unas defensas (los campos), ahora se haya quedado sin ella", explica a este diario David de la Osada, doctorado en geografía por la Universidad de Valencia. Para este experto, Patricova ha hecho corto porque "la manifestación de la inundación ha sido mucho mayor de lo que decía".
Además, durante los años del boom de la construcción, l'Horta Sud fue el territorio del entorno de Valencia que más hizo crecer su parque de vivienda, por delante de l'Horta Nord y l'Horta Oest . De 2001 a 2011 el parque de viviendas de l'Horta Sud experimentó un crecimiento del 28%, hasta las 83.815 viviendas, según un estudio de la Cátedra de Estudios Territoriales Valencianos (Esteval). Este incremento superaba con creces a los registrados por el conjunto de la provincia, con un crecimiento del 19,3%, y supuso 18.554 viviendas más en l'Horta Sud, de las cuales el 93% eran viviendas principales.
El boom en Picanya, un caso paradigmático
En el pueblo de Picanya, que según muestran las imágenes de Copernicus quedó completamente inundado, este crecimiento en los años de la burbuja es bien visible. Donde antes del 2000 había una zona de campos, en el sureste del pueblo, que le separaba de Paiporta, a los doce años ya era una zona totalmente urbanizada, llena de naves industriales. "El flujo se ha desbordado entre Picanya y Paiporta, especialmente en el polígono de Paiporta hace una fuerza enorme", dice al ARA el doctor en geografía física y profesor de la Universidad de Valencia, Iván Portugués.
De hecho, este pueblo, inicialmente más pequeño, se había decantado por un crecimiento de baja densidad, por adosados, pero teniendo en cuenta su tamaño, es de los que más ha crecido, y lo ha hecho hacia el barranco y ha incrementado su exposición. "En Picanya, proporcionalmente, la destrucción ha sido mucho mayor porque, por un lado, su forma de crecer ha sido en una zona inundable y acercándose a la rambla, y por otra, por la tipología de las viviendas; son casas más bajas", añade.