Clamo por la vivienda: "¿Cómo salgo de aquí? ¿Tengo que quedarme en casa mis padres hasta los 40 años?"
Miles de personas desbordan a Maria Cristina por el derecho a la vivienda en una marcha que ha tenido réplica en más de 40 ciudades españolas

Barcelona / PalmaDe la letra A de Alicante, Albacete y Almería hasta la Vde Valladolid y la X de Xixón. Los miles de personas que este sábado han desbordado a la avenida Maria Cristina de Barcelona han celebrado con una exclamación de victoria el nombre de cada ciudad que se ha sumado a la primera gran movilización estatal en defensa del derecho a la vivienda. Más de 40 poblaciones españolas han reclamado de forma coordinada más soluciones a la emergencia habitacional en el gobierno español —ya los ejecutivos autonómicos—, a quienes reprochan haber centrado sus medidas en las ayudas fiscales a los propietarios. "Hoy hemos vuelto a hacer historia", ha reivindicado en declaraciones a los medios antes de la concentración la portavoz del Sindicato de Alquiladoras, Carme Arcarazo.
Bajo el lema "Acabamos con el negocio de la vivienda", 100.000 personas según los organizadores y 12.000 según la Guardia Urbana han llenado la explanada que se extiende desde la plaza Espanya, con el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC) como telón. Por el escenario del acto central han pasado los protagonistas de algunas de las luchas que intentan evitar la expulsión de vecinos de bloques enteros o resistir huelgas de alquileres en pisos propiedad de grandes entidades financieras. Éste es el caso de personas comoÁgueda Amestoy, portavoz de los residentes de Sentmenat, Banyoles, Vilanova y la Geltrú y Sitges que han decidido dejar de pagar sus mensualidades a la inmobiliaria InmoCriteria, de La Caixa. Estos inmuebles forman parte de las promociones de viviendas públicas que están perdiendo la calificación de protección oficial y que el Sindicato pide al Incasol que recupere. "Los derechos se ganan desobedeciendo", ha defendido Amestoy.
La multitud concentrada en Barcelona ha aplaudido con fuerza el discurso de Mouad Kassoubi en nombre del bloque Dar Zwina, un edificio de Premià de Mar (Maresme) propiedad del fondo de inversión Blackstone y ahora ocupado por el movimiento de la vivienda para evitar el desahucio de los vecinos para realizar alquileres de temporada o pisos turísticos. "Parece que esto sólo es un problema cuando afecta al centro de la ciudad ya las familias de clase media con nombres fáciles de pronunciar", ha lamentado y ha alertado de las "consecuencias terribles" de esta crisis para los "barrios obreros donde la crisis de 2008 nunca ha terminado del todo". El acto también ha dado voz en los asentamientos de barracas que están bajo amenaza de desalojo en lugares como el barrio de Vallcarca, donde vive Florina Drosu: "Somos ciudadanos de segunda. Cuando nos echen, ¿dónde iremos?".
Después de que la manifestación del 23 de noviembre en Barcelona ya fuera un grito de alerta, los organizadores han hecho aún más explícito que las respuestas de la clase política les parecen insuficientes. El portavoz del Sindicato de Inquilinos, Enric Aragonès, ha acusado a los gobiernos de "trilerismo" y de "tomarnos el pelo" simulando que cambiaban su discurso, mientras han beneficiado a los propietarios con rebajas en el IRPF. "Pero nosotros no hemos parado, ni nos detendremos ahora", avisó. A lo largo del acto se ha hecho un llamamiento a la ciudadanía a organizarse en los barrios y pueblos a través de los sindicatos de vivienda y poner en marcha nuevas huelgas de alquileres: "Han venido para quedarse. Si dejamos de pagar, se les cae el negocio", ha dicho Aragonès.
Algunos ya se han acercado a la organización para intentar mejorar su situación, como es el caso de Mireia, de 27 años. Comparte piso de alquiler en la Sagrada Familia en una finca de 1930 en malas condiciones y han pedido ayuda al Sindicato para conseguir que al menos les aíslen las ventanas: "Es una zona turística donde apenas se puede dormir". "Debemos dejar de lado a los gobiernos y empezar a ayudarnos entre inquilinos. Ya hace muchos años que intentamos que defiendan algo que está en la Constitución", critica. Isabel, de 24 años, quiere independizarse por primera vez con su pareja y le gustaría seguir viviendo en Nou Barris, pero de momento se ha encontrado que es imposible: "En mi barrio los alquileres son de 1.000 o 1.200 euros y cuando justo empiezas a trabajar cobras demasiado poco para poder pagar esto. ¿Cómo salgo de?
El precio del alquiler en Cataluña ha crecido un 29% en la última década, mientras que los salarios subieron un 0,39%. Paula, de 29 años, cree que tiene una situación "suficientemente excepcional" porque los propietarios del piso que comparte en Barcelona no le han subido mucho el precio desde que vive allí. De todas formas, con su sueldo de 1.400 euros llega justa para cubrir los gastos de cada mes: "Todo ha subido". Javi, de 32 años, paga 500 euros por una habitación en la capital catalana, pero ahora convive con la incertidumbre de tener que renegociar año a año si podrá quedarse o tendrá que volver a hacer las maletas. "La situación es desesperanzadora, es imposible. La única opción que veo si se me acaba el contrato es devolver a casa a mis padres y ahorrar, porque ahora los precios son ya de 700 u 800 euros por una habitación", dice.
Manifestaciones en Madrid y Palma
En Madrid, la manifestación por el derecho a la vivienda digna ha arrancado a mediodía desde la estación de Atocha hasta la plaza Espanya, y ha concentrado a miles de personas que han gritado proclamas como "propietarios ladrones", "hace falta una huelga de alquileres ya, hace falta una huelga general ya", "Madrid será la tumba del rendismo"; "rendistas culpables, gobierno responsable" y "a los rentistas queremos preguntarle cuánto tiempo puede aguantar si todas te dejamos de pagar?".
Mientras España se llenaba de protestas contra la especulación, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha asegurado en un mensaje a X que comparte las reclamaciones: "Las viviendas deben estar para vivir y no para especular. Sólo lo conseguiremos si todas las administraciones (ayuntamientos, comunidades). En un hilo, ha recogido las medidas impulsadas por el gobierno español en ese ámbito.
En Palma, también por la mañana, han salido 10.000 personas a la calle, según los organizadores -3.500 según la Policía Nacional-, para manifestarse contra el aumento de los precios de la vivienda en las Islas Baleares. Ésta es una de las preocupaciones más importantes de la ciudadanía, según el CIS, y Baleares es uno de los territorios en los que el mercado está más tensionado. En un ambiente tranquilo y reivindicativo, los manifestantes han gritado que quieren poder "vivir en Mallorca". Durante la protesta, se han escuchado gritos especialmente contra los pisos de temporada: "Alquiler turístico, fuera de Mallorca". También se han hecho llamadas a la movilización —"Despierta, vecino, desahucian en tu casa"— y consignas como "Pagar el alquiler es una estafa" y "Fuera rentistas de nuestras calles".