Hoy hablamos de
Los jugadores del Barça celebran uno de los goles frente al Borussia Dortmund.
10/04/2025
2 min
Regala este articulo

BarcelonaHansi Flick decretó hace una semana que el estado de optimismo estaba permitido. "Dreaming is allowed", soltó en inglés, porque a estas alturas ya ha entendido que seguir haciéndose el alemán le va bien y suma a su favor y al de su equipo. Así, se ahorra las riñas, las polémicas absurdas, contesta a lo que quiere y evita lo que no le convenga. Está firmando una de las páginas más impresionantes del barcelonismo: en solo nueve meses ha sido capaz de girar como un calcetín no solo la plantilla, sino también un ambiente, una sensación de oscuridad y peaje largo en las tinieblas para transformarla en luz, alegría, jolgorio, buen juego y apego identitario hacia una idea y unos futbolistas criados mayoritariamente en la escuela Barça.

Flick ha resucitado el orgullo culé, pero a la idea abstracta de la ilusión colectiva la acompañan toda una serie de datos que demuestran que existen razones, que acompaña la lógica, para entusiasmarse. El Barça encadena una racha de 23 partidos invicto y suma ya 145 goles en todas las competiciones con un tridente en ataque con números estratosféricos. Raphinha ha marcado 12 goles en la Champions y ha dado siete asistencias, lo que lo convierte en el máximo goleador y asistente de la competición, y, al loro, se empieza a mirar en el espejo de un tal Leo Messi, que en la temporada 2011-2012 logró 14 goles y cinco asistencias. Lewandowski, con 36 años, ha alcanzado ya la cifra de 40 goles, y entre él y el brasileño han anotado 23 de los 36 en Europa. ¿Más? Lamine Yamal, con 12 goles y 14 asistencias en total, es la guinda del pastel y ni siquiera tiene el carnet de conducir porque es menor de edad. ¿Más? De los 48 partidos oficiales que ha disputado el conjunto azulgrana, en 21 ha marcado al menos cuatro goles.

Hay otros aspectos que no se pueden cuantificar con números, como el de la presión después de pérdida, el equilibrio entre control y vértigo que están perfeccionando, el hambre y que todos los jugadores forman parte de una estructura, de una idea, de un buen rollo en común que traspasa el césped y llega a la grada. Así que soñar no solo está permitido, sino que hay argumentos de sobra para pensar y sentir que este año sí. Por supuesto que sí.

stats