Hoy hablamos de
La crisis de la vivienda

El precio del alquiler en Cataluña crece en la última década un 29% y los salarios un 0,39%

El modelo de crecimiento económico y la falta de oferta de viviendas, entre los motivos que agravan la diferencia

Vivienda en la ciudad de Barcelona.
02/03/2025
6 min
1
Regala este articulo

BarcelonaCuando se habla de vivienda a menudo se acaba discutiendo sobre salarios. Y cuando se mezclan vivienda y salarios, el debate vira hacia el país y su modelo económico. Respecto a esto último, en febrero una pregunta ha sido recurrente en varios medios internacionales. "¿Is Spain booming?", titulaban, sobre el "milagroso" crecimiento de la economía española, entre ellos los británicos The Times, The Guardian y la BBC. Sin embargo, algunos de ellos reducían la euforia unas líneas más abajo: el PIB per cápita (el indicador que se asocia a la productividad) resulta que no ha crecido tanto.

Cataluña no es ajena a esta realidad: el PIB catalán creció un 3,6% el pasado año, por delante del 3,2% de España y muy por encima de la media de la Unión Europea (0,8%), pero muchos de sus ciudadanos no han visto que se trasladara en su bienestar económico, sino todo lo contrario. De hecho, el PIB per cápita catalán ha crecido un 0,46% de media en los últimos 20 años, tal y como detalló el economista Jordi Galí en un artículo en el ARA hace unos meses. La ola inflacionaria que arrancó con la pandemia, y que se agravó con la guerra en Ucrania, ha encarecido el coste de la vida en los últimos años, especialmente a través de los bienes más básicos –como los alimentos, que han crecido cerca de un 30% en tres años, y la energía–. El aumento del precio de estos dos elementos ha afectado más a las rentas más bajas porque tienen un peso proporcionalmente mayor en sus bolsillos.

La vivienda, un agujero en el bolsillo

Sin embargo, el ejemplo paradigmático de la pérdida de poder adquisitivo, es decir, la menor cantidad de bienes y servicios que se pueden adquirir con una cantidad determinada de dinero, va más allá de la cesta de la compra. De hecho, existe un ámbito de consumo en el que la distancia entre ingresos y gasto ha sido categórica: de 2014 a 2023 el precio del alquiler en Catalunya ha crecido un 29% y los salarios un 0,39%, según datos del Incasòl y de la Encuesta Anual de Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE). En la capital catalana, esta diferencia también se pone de manifiesto: el coste mensual de alquilar una vivienda ha crecido un 37% en 10 años, según Incasòl, mientras que el salario medio de los barceloneses ha aumentado un 3%, según el Ayuntamiento de Barcelona. Por tanto, en Barcelona, ​​el alquiler ha aumentado 12,5 veces más que los sueldos.

Estos datos están en términos reales –es decir, actualizados con el índice de precios de consumo (IPC)–, lo que permite conocer el encarecimiento de un valor eliminando el efecto de la inflación. Si se excluye este incremento generalizado de los precios –esto se llama deflactar–, queda el aumento neto, en este caso del precio del alquiler y de los salarios, respecto a una especie de moneda que no se ha devaluado por el efecto de la subida de precios a lo largo del tiempo.

Por tanto, con este aumento del 0,39%, los catalanes han mantenido el poder adquisitivo en términos generales en la última década, pero lo han perdido considerablemente respecto al alquiler de una vivienda. Dicho de otro modo, éste último ha pasado a significar una parte más importante de sus ingresos. Pero ésta no es una realidad sólo de Cataluña: durante la mencionada década, el IPC ha crecido –más o menos– un 19,75% tanto en Cataluña como en toda España, pero mientras que en el Principado los salarios han crecido un 0,39%, en el Estado han caído un 1,72% de media en los datos de . Esto significa que los españoles, en esta década concreta, han perdido poder adquisitivo.

"Durante estos años, en vez de aumentar los salarios, lo que ha aumentado es el número de salarios. Hemos elegido un modelo económico fundamentalmente de salarios de bajo nivel y poco valor añadido, y eso no elimina la mayor demanda de vivienda, sino que la aumenta", explica al ARA el consejero ejecutivo de la Asociación Española de Asesores (Planifica). Lo que sucede, dice este economista, es que los salarios pierden poder adquisitivo respecto a la vivienda: “Lo que es seguro es que al tener unos precios de la vivienda más elevados se ha tenido que reducir el resto de consumo. a per cápita, no se ve", añade.

Por tanto, ante la pregunta de si España está prosperando –¿Is Spain booming?, en inglés–, y por extensión también Cataluña, la respuesta puede ser otra para el ciudadano medio español y catalán. Sobre todo, en función de qué relación tiene con la vivienda: si tiene uno o más en propiedad –y los alquila–, si quiere comprar uno o si vive de alquiler.

España, a la cola de Europa en el ratio salarios-vivienda

Esta diferencia entre salarios y vivienda también se hace visible cuando comparamos los sueldos con el precio de la vivienda –es decir, el valor de compra, no de alquiler– en términos reales. El índice de precios de vivienda (IPV, en castellano), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha crecido en términos reales un 27,6% en España durante la década 2014-2023, 10 puntos porcentuales por debajo del de Cataluña (37,18%), que sólo ha sido superado por la Comunidad6 (4) crecido en términos reales un 0,19% y 2,18%, respectivamente.

Evolució del preu de l'habitatge
Variació en percentatge del 2013 al 2024 en termes reals

Con datos de Eurostat, de 2014 a 2023, los precios en la UE han aumentado un 26,52% y los salarios han crecido un 1,85% en términos reales –es decir, eliminando el efecto de este encarecimiento del 26,52%–, con lo que los europeos han visto incrementar ligeramente. En el caso de España, según datos de la oficina de estadística de la Unión Europea, el salario anual ajustado a tiempo completo entre el 2014 y el 2023 creció de los 26.701 euros a los 32.587 euros, un incremento que en términos reales –esto es, descontando una inflación que en %4,1% media europea (1,85%). Sin embargo, en términos absolutos, estos 32.587 euros son 5.276 euros brutos anuales menos que el salario medio de la UE, situado en 37.863 euros.

Además, España es uno de los países de la UE que presenta mayor distancia entre el incremento real de los salarios (2,44%) y el aumento real del precio de la vivienda (28,41%), que es bastante superior a la media europea (19,72%). Así, en comparación, España ha registrado en esta década una inflación por debajo de la media europea –del 19,14% frente al 26,5% de la UE–, pero un incremento real del precio de las viviendas por encima de la media –del 28,4% frente al 19,7% de la UE–. Y respecto a las grandes potencias europeas, España (28,4%) presenta un incremento real del precio de la vivienda bastante por encima de Alemania (22,8%), Francia (7,37%) e Italia, donde cayeron un 14%. A escala salarial, los ciudadanos españoles (2,44%) ganaron poder adquisitivo en términos generales por encima de Francia e Italia, pero no por encima de Alemania (3,96%). Ahora bien, no puede decirse lo mismo respecto a la vivienda.

On ha pujat més el preu de l'habitatge respecte als salaris
Variació entre el 2014 i el 2023 en termes reals

Austria es el país de la Unión Europea que sale peor parado en la foto: la vivienda ha crecido un 31,5% y los salarios un 1,3%. Ahora bien, este estado tiene una condición distinta a la española. En este país el salario anual ajustado a tiempo completo fue de 54.508 euros en 2023 y la mayoría de su población vive de alquiler, especialmente en su capital, donde la vivienda supone un menor esfuerzo económico que en el resto de grandes capitales europeas –el 60% de los vieneses viven en viviendas "sociales"–. De hecho, Austria es el segundo país de la UE con mayor porcentaje de población arrendataria (46%), por detrás de Alemania (51%) y por delante de Dinamarca (40,8%), países que tienen una realidad muy similar a la austríaca: salen malparados en cuanto a la diferencia entre el incremento del precio de las viviendas y de los salarios5, pero. 998 y 67.604 euros, respectivamente. En España, sólo el 24,2% viven de alquiler, según datos de Eurostat.

Para el catedrático de economía de la UB Joan Tugores, esa distancia entre salarios y vivienda refleja un problema "crónico" del modelo de crecimiento de Catalunya y España. "Cuando el empleo va bien presumen del crecimiento por encima de la media europea, pero España tiene un problema de carencia de productividad crónica: genera empleo a escala salarial por debajo de la media de los países con los que se quiere comparar", añade. Sobre la distancia entre salarios y vivienda, Tugores destaca el desequilibrio actual entre oferta y demanda. "Las condiciones salariales bajas y precarias dificultan el acceso a la vivienda, es una conjunción de factores complejos: lo más importante es el desequilibrio entre oferta y demanda. La construcción ha sido estigmatizada por la crisis inmobiliaria desde hace años y no se ha permitido crecer la oferta al ritmo que lo hacía de todo, pero empuja también por la un porcentaje mínimo de lo deseable.

Trocear la vivienda como síntoma

Para el gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, ​​Òscar Gorgues, en ciudades como Barcelona la vivienda no es el problema, sino la consecuencia de otro problema: un modelo económico basado en sectores de baja productividad, como el turismo, que generan puestos de trabajo con bajos salarios. "Esto genera deseconomía social porque estos salarios no pagan impuestos suficientes para mejorar servicios como la educación o la sanidad. En un aula puedes poner cuatro alumnos más, en un hospital puedes poner más horas de servicio, pero en una vivienda es más difícil. Lo acabas troceando, y eso ya se ha visto con el alquiler de habitaciones", explica Gorgues.

Este experto asegura que la distancia entre salarios y viviendas se ha acortado en el caso de los trabajadores que cobran el salario mínimo interprofesional (SMI), que ha aumentado un 61% desde el año 2018. "A pesar del aumento del precio de la vivienda, este colectivo menos bien retribuido ahora. ellos sigue siendo un esfuerzo muy elevado", añade Gorgues.

stats