El precio de los alquileres

Alquilar una habitación en Barcelona cuesta ya la mitad del salario mínimo

La capital catalana es la ciudad de España donde se paga más por vivir en una cámara, con 565 euros de media, según Idealista

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Una habitación de alquiler en Barcelona en un piso compartido.

BarcelonaLa escalada del precio del alquiler en Barcelona se ha hecho extensiva a una modalidad en alza que hasta hace unos años era casi patrimonio exclusivo de los estudiantes: el alquiler por habitaciones. En la capital catalana, el precio de las habitaciones en oferta es de 565 euros, el más alto de toda España, según datos de Idealista publicados este martes.

Esto significa que la oferta de alquiler de una cámara en un piso compartido ya se sitúa casi a la mitad del salario mínimo, situado desde enero en 1.134 euros en 14 pagas, y se acerca también a la mitad del alquiler de un piso en Barcelona, que cuesta 1.193,4 euros de media, según los últimos datos de fianzas de alquiler depositadas en el Incasol. No existe un registro oficial de los precios de las habitaciones ya alquiladas.

Una de cada diez habitaciones, en Barcelona

De hecho, en el último año, la oferta disponible de habitaciones de alquiler creció un 29% en toda España. Barcelona, ​​con un 26%, es la tercera capital de provincia con mayor incremento de cámaras, por detrás de Alicante (76%) y Málaga (29%). Paralelamente, la capital catalana es la segunda gran ciudad de España donde más ha crecido su precio en un año (13%), sólo por detrás de Alicante (16%), según los datos del propio portal inmobiliario. El único dato positivo es que el número de personas interesadas en cada habitación ha disminuido un 8% en Barcelona, ​​mientras que la media estatal ha incrementado un 15%. El mercado del alquiler de habitaciones está bastante concentrado: sólo cinco ciudades de todo el Estado tiene más de la mitad (51%) de las ofertas de habitaciones de alquiler. La mayoría están en Madrid (23%) y Barcelona (14%), y también en Valencia (8%), Sevilla (4%) y Granada (3%).

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La oferta se ralentiza, los precios aceleran

"Estamos asistiendo a un aprovechamiento más intensivo de las viviendas de acuerdo con las habitaciones: hay gente que alquila las habitaciones de las viviendas que tiene en propiedad, gente que se especializa en alquilar habitaciones, y inquilinos que hacen un realquiler. Algunos propietarios hacen el negocio por su parte, gestionan las habitaciones de su vivienda sin vivir", explica al ARA el gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, ​​Òscar Gorgues.

Son las diferentes formas que han ido aflorando para explotar un nuevo modelo que hace tiempo que va al alza. El pasado año el crecimiento de la oferta en Barcelona respecto al segundo trimestre de 2022 fue del 63%, mientras que en Madrid de un 10%, según Idealista. Entonces, el precio de la habitación en Barcelona era de 485 euros, una opción que, a pesar de encarecerse un 8%, podía llegar a salir más barata que otras opciones, como las residencias y colegios mayores universitarios –estos últimos están adscritos a un centro determinado.

Los datos del año pasado indican que la oferta de habitaciones de alquiler en Barcelona ha crecido mucho menos, ya que ha pasado del 63% al 26% de este año, mientras que el precio ha pasado de crecer un 8% en un 13%. Debe tenerse en cuenta que a menudo el precio de las habitaciones incluye gastos comunes de los suministros, como luz, gas y agua, y del internet.

Un mercado poco transparente y difícil de regular

El alquiler de habitaciones en España es legal, puede establecerse a través de un contrato por escrito o verbal, quedando fuera del índice estatal de regulación del precio del alquiler, en vigor sólo en Cataluña desde marzo, ya que es la única comunidad autónoma que declaró zonas tensionadas.

En abril la Generalitat intentó regular el alquiler de habitaciones para evitar que pisos de alquiler ordinario se desplacen a esta modalidad: la vía fue un decreto ley que especificaba que arrendar una vivienda en una zona tensionada por habitaciones no suponía que dejaba de ser permanente, y que, por tanto, la suma de los precios de las diferentes habitaciones no podía eludir el control de rentas. El decreto ley no superó el trámite parlamentario y la norma no llegó a estar en vigor.

"Regular este mercado es muy complicado. Regular el precio, que es lo que pretendía la Generalitat, acabaría generando un mercado negro, donde puedes escaparte de una forma muy fácil", sostiene Gorgues. Este experto recuerda que el contrato de alquiler de habitación existe pero se formaliza en dinero negro y sin necesariamente salir al mercado. "Muchas de las habitaciones que se realquilan no salen al mercado: lo que vemos en las redes y en los portales es la punta del iceberg", añade.

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