Tecnológicas

Los límites del pulso de Pedro Sánchez en las grandes tecnológicas

El presidente español promete una investigación contra Meta por una presunta vulneración de la privacidad de los usuarios

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, durante la presentación del informe "Infancia, adolescencia y bienestar digital".
24/11/2025
4 min

MadridLos GAFAM se han convertido en los emperadores del nuevo mundo. Cada una de las siglas corresponde a Google –también Alphabet–, Apple, Facebook –ahora Meta–, Amazon y Microsoft, por ese orden. Son los gigantes tecnológicos estadounidenses, donde han crecido al amparo de todos los gobiernos, y en particular los de Donald Trump. De hecho, al otro lado del Atlántico se habla de los "siete magníficos" y en la lista se incluyen Nvidia y Tesla. Su poder traspasa la esfera económica –se hizo evidente en la toma de posesión de Trump este 2025–, algo que no pasa por alto a algunos gobiernos, entre ellos el español. De hecho, Pedro Sánchez arrancó el año hablando de "tecnocasta" e instando a la Unión Europa a "plantarle cara". Abría un pulso a las grandes tecnológicas que once meses después ha recuperado.

El jefe del ejecutivo español no solo ha prometido que abrirá una investigación contra Meta –matriz de Facebook e Instagram y que el año pasado facturó 90 millones sólo en España– por una presunta vulneración de la privacidad de millones de usuarios, sino que también tiene intención de impulsar durante la primera mitad del 202 de odio, la vulneración de la privacidad y la desprotección de los menores. "Internet es un estado fallido", aseveró el jefe del ejecutivo español esta semana, y puso en el punto de mira el desmadre del mundo digital y las redes sociales.

La verdad es que hace apenas dos semanas Sánchez ya lanzaba una advertencia a estas grandes corporaciones. Lo hacía durante la presentación de un informe sobre la exposición de la infancia en el entorno digital. "Aquí todos jugamos un papel", advertía Sánchez, y apelaba directamente a estas corporaciones: "También las grandes tecnológicas. Debemos exigir y exigiremos que pongan de su parte [...] Cuando hablemos con ellas, todo son buenas palabras. Nos dicen que están ninguno mirándonos, pero luego nada. haya casos de ciberacoso. Aquí no hay negocio, aquí hay una violación de los derechos humanos".

De momento, el gobierno español no ha revelado por dónde pasan sus planes, aunque el socio minoritario, Sumar, ya presiona para dar pasos adelante en cuanto a la presión fiscal. La formación que lidera la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha exigido al PSOE una "tasa Trump" para que estas grandes tecnológicas estadounidenses tributen en España. El anuncio, que llega a las puertas de un nuevo ciclo electoral autonómico, no ha sido detallado, aunque implicaría incrementar la llamada "tasa Google" del 3% aprobada en 2021.

Discusión europea

Pero, ¿cuál es la capacidad del ejecutivo central para influir en estas grandes corporaciones? "La mayoría de interacciones [con estas compañías] se realizan a través de las instituciones europeas [...], que son corporaciones que no actúan en un solo estado, sino a escala europea", explica Joan Calzada, profesor en la UB School of Economics, quien añade que Europa ha sido "pionera" en su control.

Los estados miembros suelen adoptar, pues, la normativa europea, que con el tiempo se ha endurecido, tanto en lo que se refiere a evitar un monopolio de estas tecnológicas –es decir, evitar un abuso de posición dominante–, como para controlar su contenido. El último ejemplo es la normativa tecnológica que entró en vigor hace poco más de un año, AI Act, que, entre otras cosas, buscaba combatir la desinformación. Sin embargo, fruto de las presiones de Trump y de las tecnológicas americanas, las expectativas se han acabado aguando. En el caso español, Competencia impuso una multa a Amazon y Apple de 194 millones por restringir la competencia.

"Si es más estricto, es una cuestión que se dirimirá a escala europea, donde es cierto que los avances son más difíciles de conseguir, pero [un estado miembro] puede generar un debate social a su alrededor y sobre la necesidad de aumentar su vigilancia", indica Calzada. Para el economista, el gobierno español podría jugar la carta de Teresa Ribera, la máxima responsable de Competencia de la Comisión Europea y encargada de que estas corporaciones cumplan con el reglamento del mercado digital. "Tiene una comisión que le permite ser confrontativa", reconoce Calzada. Quien fue ministra con Pedro Sánchez ya ha advertido en más de una ocasión de que no será complaciente con las tecnológicas. Ahora bien, su posición, y también la de Sánchez y otros países como Francia, choca con la posición de los países nórdicos, como Alemania y Países Bajos, mucho más reacios a un control estricto.

Más acceso a la ciudadanía

El profesor de la UB plantea que una forma por la que se podría empezar a abrir camino sería "facilitar" el acceso de la ciudadanía a espacios donde trasladar conflictos con estas corporaciones. "Quejarte ante una compañía así es muy costoso [...] Facilitar la interacción es un paso adelante y hay medidas que podrían implementarse para tener una acción colectiva mayor. Pero como no conocemos qué quiere todavía el gobierno, no sabemos qué instrumento es necesario", reflexiona.

Con todo, el tono de Pedro Sánchez no ha sido siempre el mismo. El gobierno español se ha reunido en más de una ocasión con directivos de algunas big tech, empezando por Google y Microsoft, buscando sus inversiones en un momento en el que España ha destinado, y seguirá destinando, una parte importante de la inversión pública a la digitalización de la economía.

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