El crecimiento de la economía enfría la euforia
El PIB del segundo trimestre registra un alza de un 0,4%, dos décimas menos que en los tres meses anteriores
MadridNo todas las frutas de un árbol salen buenas. Lo saben en Lérida, que cuando han crecido las tienen que recoger y separar para que las malas no terminen en la cesta. Salvando las distancias, lo mismo ocurre con la subida de los tipos de interés que ha aprobado el Banco Central Europeo (BCE) y sus consecuencias. La diferencia es que en el caso de Fráncfort todas las frutas terminan en el mismo capazo: tanto el fruto bueno –la caída de la inflación– como el malo –la contracción de la demanda y de la capacidad de inversión–.
El fruto malo, el enfriamiento de la economía, ha empezado ahora a asomarse y hay que ver qué profundidad tendrá. El impacto no es homogéneo en la zona euro –que ya ha entrado en recesión técnica– o, al menos, no en dos de sus principales economías, que este viernes han publicado las pulsaciones de la actividad económica en el segundo trimestre: España y Alemania.
La economía española creció un 0,4% entre abril y junio, según anticipó el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque se trata de un crecimiento positivo, es una décima menor que el crecimiento intertrimestral del primer trimestre, cuando el producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica) registró un repunte del 0,5%.
Además, queda por debajo de lo previsto por algunos analistas. A modo de ejemplo, el centro de estudios del BBVA había estimado un crecimiento intertrimestral de un 0,7% y el Banco de España apuntaba a un rebote de un 0,6%. Por lo que respecta al crecimiento en términos anuales, el PIB español se desacelera con fuerza y crece un 1,8%, lejos del crecimiento interanual registrado en el trimestre anterior (4,2%).
El dato modera la euforia que han dejado la buena marcha del mercado laboral, con récord de afiliados, y la revisión al alza de la previsión del Fondo Monetario Internacional, que incluso apunta a que la economía española crecerá el triple que la de la zona euro. Hay que tener en cuenta que la economía en España fue de las que más cayeron durante la pandemia y el retorno a niveles previos a la crisis apenas se ha alcanzado ahora.
Dos velocidades
Ahora bien, si la mirada se pone en la economía germánica, España puede estar satisfecha. El PIB de Alemania se estancó durante el segundo trimestre en comparación con los tres primeros meses del año, cuando entró en recesión técnica tras disminuir un 0,3% y encadenar dos trimestres consecutivos en negativo. En estos momentos la locomotora europea se ha convertido en una de las economías más débiles, según la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras anunciar una subida de los tipos de 0,25 puntos, hasta el 4,25%, este jueves.
Durante la rueda de prensa del jueves habló de la existencia de "dos velocidades". Así, mientras que España mantiene el nivel en cuanto a la actividad y ha logrado derribar la inflación (ha repuntado un 2,3%, por debajo de la media europea), en Alemania el encarecimiento de precios es todavía elevado (el de junio se situó en el 6,4%). Para el BCE la única herramienta para afrontarlo es la subida de tipos, aunque no todos los frutos de esta política sean buenos.
Por ahora el consumo privado en España aguanta y según la Oficina Federal de Estadística alemana (Destatis) en el país germánico se ha "normalizado". De hecho, en el caso español ha sido el consumo de los hogares (registra una subida del 1,6% respecto al primer trimestre y deja atrás dos trimestres en negativo), junto al consumo de las administraciones públicas, lo que ha mantenido el PIB en este segundo trimestre. También la inversión, sobre todo en la construcción –en un momento de lluvia de dinero proveniente de los fondos europeos–, de la mano con las actividades artísticas, de recreación y otros servicios como la hostelería, así como las actividades dedicadas a la información y la comunicación. Y, sobre todo, lo que sigue sosteniendo la economía es el mercado laboral y los casi 600.000 puestos de trabajo creados en el segundo trimestre.
La nota negativa, por el contrario, la dan las exportaciones. Hasta ahora lograban impulsar el crecimiento del PIB, sobre todo por unos precios competitivos de España. Sin embargo, entre abril y junio perdieron fuerza. Y aquí, más allá del Estado, quien también juega un papel es Alemania, que es el segundo país exportador de productos españoles.