Presupuestos del Estado

El Estado plantea unos presupuestos para 2026 con gasto e ingresos disparados

La intención del ministerio de Hacienda es presentar las cuentas públicas en el primer trimestre del año

MadridEl gobierno español planteará unos presupuestos generales del Estado para el año 2026 –siguen prorrogadas las cuentas públicas del 2023– con un gasto e ingresos por las nubes. A pesar de la dificultad de aprobarlos en el Congreso de los Diputados después de que Juntos haya roto la relación con el PSOE, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tiene intención de intentar aprobarlos y, de momento, ya ha dado un paso adelante con la aprobación del techo de gasto y la vía de estabilidad. "Serán unos presupuestos expansivos y responsables", anticipó Montero en rueda de prensa este martes.

En concreto, el consejo de ministros ha aprobado un techo de gasto (cantidad máxima que pueden gastar en un año el conjunto de las administraciones públicas del Estado) que vuelve a ser de récord: 212.026 millones de euros sin los fondos europeos. Con la llegada de los últimos fondos de este maná aprobado a raíz de la cóvid-19 –hay que ejecutarlo en el 2026–, el techo de gasto se dispara hasta los 216.177 millones. Se trata de un límite del gasto un 8,5% superior al límite del 2025 (195.353 millones de euros), que nunca llegó a ver la luz por falta de acuerdo político y el adelanto electoral en Catalunya. "Este techo de gasto lleva el ADN del gobierno progresista", afirmó Montero.

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Tras este incremento del techo de gasto Hacienda dibuja unos ingresos tributarios por las nubes. En concreto, Montero ha anticipado que estima para 2025 unos ingresos por encima de los 325.000 millones de euros. "Y en 2026 aumentarán un 8,5%", aseveró. Una parte de esta evolución de los recursos se explica por el contexto inflacionista (la mayoría de organismos estimanuna inflación media por encima de un 2% para este 2025 y ligeramente por debajo de 2026). Esto, por ejemplo, se notará en los ingresos que provienen del IRPF, que suponen el grueso de los recursos que entran en las arcas públicas. Ahora bien, Hacienda también lo vincula a la buena marcha de la economía española, mientras enfría la vía de subir impuestos. "El incremento de los recursos no supondrá ninguna actuación que requiera una ley [...], muchas figuras fiscales tienen capacidad de crecimiento", indicó Montero.

Unos presupuestos "atractivos"

"Serán unos presupuestos atractivos con un techo de gasto que permitirá consolidar partidas sociales [...] Algunos partidos políticos piensan que pueden tumbarlos sin justificarlo, pero tendrán que explicar por qué no quieren que se invierta más en políticas de salud, becas...", ha reiterado Montero, quien ha asegurado que el ejecutivo de Pedro Sánchez.

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La intención de Hacienda es presentar y aprobar un anteproyecto de presupuestos del Estado en el primer trimestre del próximo año, seguramente a mediados de febrero, indican fuentes del ministerio, lo que hará que coincidan con el trámite de la condonación de la deuda autonómica en el Congreso y la presentación del modelo de financiación autonómica. Sin embargo, esta agenda no preocupa a Hacienda.

Entre las grandes partidas presupuestarias que deberá afrontar el gobierno español el próximo año está el incremento de las pensiones, que se volverán a revalorizar con la inflación media de este 2025. De hecho, hasta el 2050 se prevé que esta partida crezca fruto de la jubilación de la generación del baby boom. También habrá un incremento de los sueldos públicos. Y por último el compromiso de gastar más en defensa. Con los presupuestos prorrogados, el ejecutivo de Pedro Sánchez ha optado por vías alternativas, sobre todo transferencias de crédito, para cumplir con el compromiso con la OTAN de alcanzar el 2% del PIB en defensa en 2025.

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Reducción del déficit y la deuda

Antes, sin embargo, la vía de estabilidad (objetivos de déficit, deuda y regla de gasto) para el periodo 2026-2028, que también se ha aprobado este martes, deberá dar el salto al Congreso de los Diputados. La intención es que el trámite parlamentario comience y acabe este mes de diciembre. Sin embargo, esta vía nace herida de muerte si se tiene en cuenta la posición del PP y de Junts. El motivo es que, de entrada, no ven bien el objetivo de déficit que se ha planteado para las comunidades autónomas, que es el mismo que el de 2024, cuando ya descarriló: un objetivo de déficit de un 0,1% del PIB en 2026, tal y como se detalló este lunes en el marco de un Consejo de Política Fiscal eclipsado por el futuro modelo de financiación autonómica. Es por ello que la posibilidad de ligar votos suficientes para unas nuevas cuentas públicas es, ahora mismo, prácticamente nula.

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En caso de que la vía se tumbe dos veces, Montero asumirá la propuesta incorporada al Plan Fiscal Estructural enviado a Bruselas. A partir de ahí, empezará la ingeniería para unos nuevos presupuestos. Fuentes gubernamentales se muestran optimistas y "no descartan" que Junts cambie de opinión. De hecho, las mismas fuentes valoran que si Carles Puigdemont pudiera volver podría abrirse una "ventana de oportunidad" para aprobar las cuentas públicas.

Para el conjunto de las administraciones públicas, Hacienda plantea un objetivo de déficit de un 2,1% del PIB en 2026, por lo que el Estado cumpliría con las reglas fiscales. De cara a 2028, el déficit público del Estado caería hasta el 1,8% del PIB. Por subsectores, la administración central debería cerrar el próximo año con un déficit público de un 1,8% del PIB; los ayuntamientos, con equilibrio fiscal (0,0% del PIB), en tanto que para la Seguridad Social se plantea un objetivo de déficit de un 0,2% del PIB. "Espero que cuando se vote la vía de estabilidad en el Congreso de los Diputados, los grupos políticos estén a la altura", reiteró Montero.

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En cuanto a la deuda, Hacienda prevé que se sitúe en el 100,9% del PIB el próximo año y que vaya disminuyendo progresivamente hasta quedarse por debajo de la línea psicológica de los tres dígitos, con lo que en 2028 se situaría en el 99% del PIB.

Con estas cifras sobre la mesa, el gobierno español saca pecho de su "compromiso con la responsabilidad fiscal". De hecho, el ejecutivo de Pedro Sánchez ha defendido siempre un equilibrio entre el desembolso de recursos públicos y la progresiva reducción del déficit y la deuda.

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Nuevo cuadro macroeconómico

El consejo de ministros de este martes también aprobó un nuevo cuadro macroeconómico, que sustentará la base de los presupuestos. En cuanto al crecimiento del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica de un territorio) este 2025, el ejecutivo lo sube hasta el 2,9%, tal y como ha detallado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en rueda de prensa tras el consejo de ministros. Esto supone una revisión al alza de 2 décimas respecto a la última previsión de septiembre, pero también equipararse a la previsión de este lunes de la Comisión Europea. "España sigue creciendo con fuerza", ha afirmado Cuerpo, quien ha asegurado que esto se traduce en "una mejora de la renta de los ciudadanos, pero también en una reducción de la desigualdad y la pobreza".

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De hecho, por primera vez el ministerio de Economía introduce en el cuadro macroindicadores sobre desigualdad y pobreza para hacer un seguimiento de su evolución en el Estado. Cuerpo ha defendido que la introducción de estos indicadores permite realizar "un análisis más completo" de la economía española. En términos de desigualdad, el gobierno español se fijará en el Índice de Gin y el indicador S80/20, mientras que utilizará las previsiones de la tasa de riesgo de pobreza del Instituto Nacional de Estadística.