La crisis de precios

Los precios comienzan el año bajo control

El IPC se sitúa en el 3,4% en España

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Imagen de un supermercado en la ciudad de Barcelona.

BarcelonaLos precios de bienes y servicios de consumo han aumentado ligeramente este mes de enero en España, según datos adelantados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La electricidad es uno de los elementos que más han contribuido al repunte de la inflación, mientras que el coste de los carburantes ha continuado la tendencia a la baja de los últimos meses.

En concreto, el índice de precios de consumo (IPC, indicador que mide la evolución del coste de la vida) ha crecido 0,1 puntos respecto a diciembre, mientras que en comparación con un año atrás los precios se han situado un 3,4% más elevados que en enero de 2023. Cabe recordar que, en diciembre, la inflación fue del 3,1% interanual en el conjunto del Estado y del 3,2% en Cataluña.

Evolució dels preus de béns i serveis de consum
Índex en què 100=gener 2020

El encarecimiento de la factura eléctrica se debe al levantamiento de algunas medidas de apoyo del gobierno español en vigor durante buena parte de 2022 y 2023, cuando los precios de la energía se dispararon con la invasión rusa de Ucrania . A 31 de diciembre caducaron la rebaja del IVA a la electricidad, que volvió a pasar del 5% al ​​10%, y las eliminaciones temporales de los impuestos a la electricidad ya la producción, que volvieron a ser del 2 ,5% y del 3,5%, respectivamente.

El secretario de estado de Economía y Empresa del gobierno español, Israel Arroyo, ha destacado que el fin de las medidas antiinflacionarias a lo largo de este año podrá añadir "alguna décima más" en el IPC de los próximos meses, pero que eso no impedirá que los precios sigan moderándose. En este sentido, Arroyo ha destacado que la inflación ha cogido una "inercia" a la baja una vez superados dos "choques": el primero, en la primavera de 2022, cuando se disparó el coste de la energía por la guerra en Ucrania , y el segundo, derivado del primero, a finales de 2022 y durante buena parte de 2023, cuando se trasladó la subida de precios a los alimentos.

Arroyo ha dicho que la tasa anual de inflación acabará convergiendo al 2%, que es el objetivo marcado por el Banco Central Europeo. "Creo que iremos volviendo al 2%. Si el ritmo es algo más rápido o más lento no es tan relevante", afirmó en rueda de prensa en Madrid.

Creixement dels preus
Evolució dels preus de béns i serveis de consum a Espanya. Índex en què 100=gener 2020

Sin embargo, Carlos Puig de Travy, decano del Colegio de Economistas de Catalunya, se ha mostrado menos optimista que el ejecutivo central. "Seguramente en los próximos meses continuarán unas tasas de inflación demasiado elevadas, a consecuencia del impacto derivado de la retirada progresiva de las medidas fiscales contra la inflación –ha dicho Puig de Travy en un comunicado–. Esto tendrá su incidencia negativa en el buen comportamiento que registra la inflación subyacente desde el verano de 2023", ha añadido.

En el otro extremo, el hecho de que, pese a las tensiones geopolíticas, el precio del petróleo se haya mantenido estable o incluso haya caído ligeramente ha permitido que el precio de los carburantes haya empujado a la baja al IPC. Se trata de un hecho inusual, ya que en crisis geopolíticas similares en el pasado, el precio de los combustibles solía dispararse.

Caída de la inflación subyacente

Los datos apuntan a una normalización de los precios. Se refleja también en el dato del IPC subyacente (lo que no tiene en cuenta la energía ni los alimentos frescos, más volátiles), que ha caído unos notables 0,4 puntos respecto al mes pasado. Asimismo, en comparación con enero del pasado año, el indicador ha crecido un 3,6%, sólo dos décimas por encima del IPC completo.

El ministro de Economía ha destacado que ese 3,6% es "el valor prácticamente mínimo" del IPC subyacente de los "últimos dos años". De hecho, la inflación subyacente encadena seis meses de moderación desde julio cuando la tasa de crecimiento anual era del 6,2%. Y entre enero de 2022 y 2023 creció un 7,5%.

Este indicador es uno de los que más preocupa a los bancos centrales, debido a que mide los elementos de la cesta de la compra con precios más estables. Por tanto, cuando se encuentra en cifras tan altas apunta a una mayor pérdida de poder adquisitivo para las familias y empuja a los organismos a actuar.

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