“En Madrid no tienen ni idea de la realidad de Barcelona”

BarcelonaPaloma M. Badalian nació en la capital armenia, Ereván, pero con pocos meses llegó a Madrid, en 1994. Sus padres, músicos de profesión, tuvieron que luchar duro para salir y se esforzaron para darle una educación de calidad, de forma que Paloma fue al Colegio Británico, primero, y al Alemán, después, siempre con becas y ayudas públicas. Quedamos cerca del Idibaps, el centro de investigación adscrito al Hospital Clínic, en la calle Rosselló. Llegó a Barcelona en 2015 para estudiar ciencias biomédicas en la Universitat de Barcelona, puesto que en Madrid no había tanta oferta en este ámbito concreto, sobre todo en la pública. "Aún recuerdo cuando me llegó el correo de la UB diciéndome que me habían aceptado. Estaba en catalán y me costó entender lo que decía", explica riendo. Al principio le costó un poco porque la carrera era en catalán, pero al cabo de pocos meses ya dominaba suficiente la lengua para seguir las clases.

"Lo que más me gusta de esta ciudad es que puedes ir a pie a todas partes. Cuando voy a Madrid estoy en mi barrio del Pilar y no bajo hasta Sol, pero aquí en un momento estamos en el centro", comenta. Como en el mítico diálogo de Pulp fiction entre Vincent Vega y Jules Winfield, la gracia está en las pequeñas diferencias. "En Madrid se marcan más las diferencias sociales, los pijos van vestidos de pijos y hay más corbata que en Barcelona. Aquí los pijos van más casuales. Por eso se dice que Barcelona es la ciudad de los hipsters", afirma.

Después de acabar la carrera, Paloma envió decenas de solicitudes para hacer un máster, la mayoría en Barcelona. "Es que estaba aquí y veía los centros de investigación que hay en la ciudad, algunos junto a la playa, como el Parc de Recerca Biomédica de Barcelona, y yo decía: «¡Yo quiero estudiar aquí!»" Al final recibió la llamada del Idibaps, donde hace un máster de medicina traslacional en el equipo que lidera el especialista en cáncer de hígado Josep Maria Llovet, uno de los más punteros del mundo en su ámbito.

Ayudas públicas

"Tengo amigas de Madrid que están haciendo doctorados en otras cosas, en física o química, y me dicen que les cuesta mucho conseguir una beca. Aquí yo tengo una beca de la Generalitat y allí parece que no hay tanta facilidad para acceder a ayudas", explica. "A mí Barcelona me ha abierto muchos caminos. Quizás en Madrid también los habría encontrado, pero aquí me ha ido muy bien –concluye–. Y después hay otra cosa, cuando estaba en Irlanda y decía que venía de la Universitat de Barcelona, a la gente le brillaban los ojos; en cambio, con la Complutense no pasa", afirma.

¿Qué diferencias has visto más con Madrid? "Allí tengo amigas del colegio que están haciendo oposiciones; aquí, en cambio, todos tienen un MBA, trabajan para un app en un coworking...", dice riendo. "En Madrid no tienen ni idea de la realidad de Barcelona, los medios han hecho mucho daño. Lo que les explican no tiene nada que ver con la realidad", concluye.