Pronovias, crisis en el tótem catalán de la moda nupcial
La firma, en manos de sus acreedores, despedirá a empleados por revertir una situación complicada
BarcelonaEn todas las empresas –y más si son de tamaño medio, del textil y tienen un origen familiar– hace falta un líder. Alguien con una visión de lo que quiere transmitir a través de la ropa, una persona con oficio y que no sólo se encargue de gestionar la firma, sino de sumarle valor. Esta reflexión la hacía hace unos días en el ARA un empresario de los tejidos para quien –después de conocer las últimas noticias sobre el despido de 85 empleados en la sede central– el liderazgo del tótem catalán de la moda nupcial Pronovias continúa "vacío" ya la deriva desde la salida de la familia Palatchi. "La experiencia con los fondos es que aportan muy poco a las empresas de moda", sentencia este directivo.
Como con otro gran empresario de la moda catalana (Isak Andic, de Mango), la historia de Pronovias también comienza con un judío sefardí que se estableció en Barcelona, en este caso después de la Primera Guerra Mundial. Alberto Palatchi Bienveniste abrió en 1922 su primera tienda de bordados en la capital catalana con el nombre de El Suizo, un pequeño taller que su hijo –Alberto Palatchi Ribera, que asumió la dirección general antes de cumplir 30 años– convertiría en una empresa multinacional especializada en vestir novias en todo el mundo.
En 2017, sin embargo, la familia decidió vender el negocio al fondo de capital riesgo británico BC Partners por 550 millones de euros. Palatchi recompró entonces el 10% del capital de Pronovias, aunque se desvinculó totalmente de la gestión diaria. En ese momento la firma facturaba unos 108 millones de euros anuales y tenía un balance saneado con ganancias de 52,6 millones. En cambio, si nos fijamos en las cuentas del último ejercicio disponibles en el Registro Mercantil –las de 2022– en estos cinco años los ingresos descendieron hasta los 68,8 millones y el año se cerró con unas pérdidas de 190 millones de euros.
Entre estas dos fechas ocurrió una emergencia global que explica parte del desastre financiero: la pandemia de la cóvido y sus nefastas consecuencias en el negocio de las bodas. Además, a finales del 2022 la compañía pasó a manos de Bain Capital, su principal acreedor, un consorcio de entidades con las que el grupo se había endeudado.
La "coyuntura adversa" de los últimos años es una de las explicaciones que daba Pronovias esta semana en el comunicado para justificar el expediente de regulación de empleo (ERE) que quiere aplicar. Sin embargo, en la industria de la moda nupcial no todas las lecturas coinciden con la que hace la empresa. "Si bien ha costado recuperar el ritmo de las ventas respecto al precovido, no es cierto que el sector haya cambiado mucho después de la pandemia", rebate una fuente del sector. Esta misma voz considera que todo el mundo ha tenido que reajustarse y aplicar ciertas medidas para volver a estimular el funcionamiento de sus respectivas empresas, pero remarca que no todas están "en caída libre": "En el caso de Pronovias es público y notorio que ha habido mala gestión del negocio".
Otra directiva del mundo de la moda coincide en diagnosticar que el grupo está controlado por un "fondo buitre" y reconoce que el anuncio del ERE ha generado cierta extrañeza entre la competencia, tras el despliegue que hizo Pronovias en abril con su desfile durante la Barcelona Bridal Fashion Week. "Con lo que te cuesta llevar Olivia Palermo [la it girl estadounidense que la marca invitó al evento] puedes pagar unas cuantas nóminas", remacha esta fuente. Asimismo insiste en que sigue habiendo bodas, pero que los presupuestos y exigencias de los novios y novias son diferentes a los de antes de la pandemia: "Quizás no hay tantas fiestas de 200 o 400 invitados, pero ahora son eventos con menos gente y más intensos durante todo un fin de semana"
Cambios en el sector
Cristina Escudero lleva muchos años vinculada a este negocio y es la consejera delegada y directora creativa de Whoswhite, una plataforma que analiza las tendencias nupciales. "Pienso que esta crisis es algo más puntual de Pronovias, el sector está fuerte". En este sentido, opina que cada vez más novias –y especialmente las europeas– buscan un factor de personalización en sus trajes, lo que podría perjudicar a marcas como su respeto a diseñadores emergentes y atelieres con modelos más únicos. "En Estados Unidos o Asia esto no es tan importante y quizá por eso quieren enfocar más hacia estos mercados", añade.
Así pues, Escudero considera que la compañía todavía se está resituando después de la salida de la familia Palatchi y que los nuevos propietarios tendrán que seguir aplicando cambios. Los resultados de 2023 (pendientes de la auditoría) muestran que la facturación de la firma se redujo en casi un 9% y que el resultado neto final fue de 98,1 millones de euros en negativo. Desde el pasado año, el consejero delegado de Pronovias es Marc Calabia, proveniente de Springfield.
Por cierto, este 2024 Alberto Palatchi ocupaba el puesto número 36 en el ranking de fortunas españolas deEl Mundo y el representante de la tercera generación de la familia –Alberto Palatchi Gallardo, hijo del matrimonio con la heredera de la farmacéutica Almirall, Susana Gallardo– ha abierto su propio negocio de moda nupcial.