Todas las batallas (ganadas) de Garamendi
El presidente de la CEOE mantiene la simpatía de la gran empresa pero se juega un tercer mandato al frente de la patronal
Barcelona / MadridEl presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garamendi, es toda una entidad en sí mismo. Un personaje que, en los casi ocho años que lleva al frente de la entidad, ha tenido que proteger su trono en varias ocasiones, y de momento ha salido adelante. Sin embargo, su figura empieza a debilitarse, ya pesar de que ya se encargó de modificar los estatutos de la patronal para eliminar la limitación de dos mandatos de cuatro años por presidente para poder optar a un tercer mandato, las próximas elecciones deberían celebrarse en 2026, y los últimos acontecimientos no lo sitúan en su mejor momento.
La última batalla se ha librado a las elecciones de Cepyme –la patronal de las pequeñas y medianas empresas de ámbito español integrada en la CEOE–, celebradas esta semana, en la que la candidata favorita de Antonio Garamendi, Ángela de Miguel –hasta ahora presidenta de la CEOE-Cepyme en 2 ahora presidente, Gerardo Cuerva, que optaba a la reelección. Hace tiempo que, pese a formar parte de la propia organización, el expresidente de Cepyme y Garamendi se habían ido distanciando, y de hecho, esta campaña de Cuerva se ha basado principalmente en una crítica enconada contra el presidente de la CEOE. Cuerva, de quien se ha puesto de manifiesto su proximidad y complicidad con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticaba, precisamente, la "falta de autonomía" de Cepyme ante la CEOE, y acusaba a Garamendi de dividir a los empresarios y facilitar la aprobación de la reducción de la jornada laboral.
Aunque finalmente es una batalla que ha ganado Garamendi, según fuentes empresariales consultadas por el ARA el resultado final denota que "Garamendi no sale demasiado reforzado". El margen de votos con el que De Miguel se impuso es justo –solo 30 votos– y "evidencia cierta disconformidad del empresariado madrileño con el presidente de la CEOE", apuntan estas fuentes. Un destacado conocedor de las organizaciones patronales lo expresa de la siguiente manera: "Doy por hecho que Cuerva no se marchará así como así [de la patronal] y con este resultado tan ajustado quién sabe si podría dar el salto a la CEOE presentando una candidatura a las elecciones", previstas para el próximo año.
Un movimiento político
Fuentes del entorno de los agentes sociales leen la batalla de Cuerva con Garamendi como un "movimiento político interno muy importante" en la patronal española por la proximidad de Cuerva al PP de Ayuso, e incluso a Vox. Sin ir más lejos, la propia Ayuso presentó a Gerardo Cuerva, el pasado 5 de mayo, a un desayuno informativo en Madrid con estas palabras: "Gerardo ha destacado por su defensa valiente y real de las pymes españolas, ante todos y ante todo, algo que le quiero reconocer porque no son tiempos fáciles".
Otras fuentes ven en la victoria de la candidata a De Miguel una situación "paradójica". Al fin y al cabo, la CEOE como patronal mayor es quien elige al representante de la patronal de las pymes, aunque en algunos casos pueden tener intereses distintos. "Es como si Fomento eligiera al candidato de Pimec", espeta una fuente. En cuanto al perfil de De Miguel, existe disparidad: desde fuera, algunos consideran que mantendrá un perfil bajo y seguirá la línea de Garamendi, mientras que desde dentro de la patronal, defienden que tendrá "un papel mucho más activo del que Cepyme ha tenido hasta ahora".
Una voz muy cercana al presidente de la CEOE en Madrid explica que la sensación general es que tiene el apoyo de la empresa española, pero sobre todo "de la gran gran empresa", lo que le deja en una situación bastante blindada. Al fin y al cabo, explica la misma fuente, Garamendi puede ser de derechas en lo económico, pero "no coge la bandera de la ultraderecha". "Políticamente, es más centrado de lo que la gente piensa", asevera esta voz.
"A la CEOE, en general, esta bandera [la de la ultraderecha] no gusta, sobre todo a los sectores que más se dedican a la exportación y que son más dinámicos –aseveran–. Esto se puede leer como el primer combate de la patronal con la línea más dura de la derecha española". "Garamendi tiene el apoyo cerrado de las grandes empresas", dicen otros. El tema de los indultos ha sido, tal vez, el elemento de mayor tensión o que más lo ha expuesto al empresariado, "también por cómo la prensa madrileña lo abordó".
Más batallas
Ésta no es la única batalla que Garamendi ha tenido que luchar en los últimos años. En 2022, se debatió la presidencia de la CEOE con la vicepresidenta de Foment del Treball, Virginia Guinda. Un movimiento que evidenció la mala marejada entre la patronal catalana y la madrileña, pese a que Fomento es uno de los fundadores y ocupa una vicepresidencia en la CEOE. Guinda no logró votos suficientes, y finalmente Garamendi y el presidente de Fomento, Josep Sánchez Llibre, sellaron la paz con el segundo manteniendo la vicepresidencia de la CEOE y yendo a la una, desde entonces, con la mayoría de los posicionamientos de Garamendi. "Hay una gran cordialidad con la CEOE y complicidad con Garamendi –aseguran fuentes de Foment–. La tensión político-social ha hecho que estemos alineados".
También van a la par con la cruzada con Pimec y Conpymes y su batalla para entrar en el diálogo social con una silla en el Consejo Económico y Social (CES). "Lamentamos que el gobierno español quiera dinamitar el diálogo social haciendo entrar a Pimec", critican. Lo mismo ocurre con la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos (CCNCC), que la CEOE, con el apoyo de Fomento, ya ha llevado a los tribunales para evitar la entrada de la patronal de las pymes.
Con todo, Garamendi no puede bajar la guardia. El próximo año se celebrarán las elecciones a la CEOE y lo más probable es que Garamendi vuelva a presentarse, aunque el movimiento de eliminar la limitación ya no gustó a todo el mundo. Es posible, pues, que le salgan fuertes contrincantes.