El saneamiento del agua, clave para la salud de las personas
Veolia refuerza su compromiso con este servicio esencial para contribuir a la seguridad ecológica ya la resiliencia de las comunidades
El crecimiento demográfico, la urbanización acelerada y la necesidad de infraestructuras más resilientes ante el cambio climático son algunos de los retos globales que ponen de relieve la importancia de conmemorar cada 19 de noviembre el Día Mundial del Saneamiento. La jornada, impulsada por Naciones Unidas, pretende concienciar sobre un servicio esencial para la salud y el medio ambiente.
La falta de un saneamiento adecuado provoca contaminación ambiental por aguas residuales y constituye una amenaza grave para casi la mitad de la población mundial, que todavía no tiene acceso a estos servicios básicos, según datos recogidos en 2025 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
En Cataluña, la combinación de sequías prolongadas y lluvias torrenciales —fenómenos cada vez más frecuentes a causa del calentamiento global— pone a prueba la capacidad y la resiliencia de las infraestructuras vinculadas al ciclo del agua. Aunque España dispone de estándares elevados en los servicios de agua urbana, persisten tres retos clave: la recogida y el tratamiento de las aguas residuales, su regeneración y la inversión en instalaciones preparadas para afrontar la emergencia climática.
Compromiso con la transformación ecológica
Para dar respuesta a estos desafíos, Veolia, referente mundial en servicios medioambientales de agua, energía y residuos, aplica su experiencia técnica y operativa en la gestión eficiente de los recursos hídricos y redes de saneamiento. La empresa impulsa proyectos basados en la sostenibilidad y la economía circular, a menudo mediante alianzas público-privadas, con el objetivo de contribuir a la transformación ecológica de las ciudades y territorios.
El modelo de ecofactoría
En todo el Estado, Veolia suministra agua a 13,5 millones de personas en más de 1.100 municipios y lidera la gestión de los servicios de depuración, tratando más del 25% de las aguas residuales generadas en España. Un 14% de estas aguas se reutilizan, un hito que se explica por el modelo de ecofactoría, que transforma las depuradoras tradicionales en infraestructuras verdes y autosuficientes, diseñadas para cerrar el ciclo del agua y los recursos.
Este modelo se basa en cuatro pilares: regenerar y reutilizar el agua para usos urbanos, agrícolas o industriales; valorizar los residuos convirtiéndolos en nuevos recursos; reducir el consumo energético y maximizar la producción de energía verde; y minimizar el impacto ambiental de las instalaciones mediante su renaturalización.
El ejemplo del Baix Llobregat
En Cataluña, la Ecofactoría del Baix Llobregat, operada por Aigües de Barcelona, es un referente de este modelo. El agua regenerada que se trata se utiliza para mantener el caudal ecológico del río Llobregat y para recargar el acuífero de las balsas de Sant Vicenç dels Horts. También actúa como barrera contra la intrusión salina en la fachada litoral de Barcelona y El Prat de Llobregat, protegiendo así la calidad del agua del delta del Llobregat, una reserva subterránea fundamental para el área metropolitana.
En materia de revalorización, el 100% de las más de 230.000 toneladas de barro generadas en 2024 en las depuradoras gestionadas por Aigües de Barcelona fueron valorizadas mediante el compostaje o aplicación agrícola directa, con un ahorro de emisiones cerca de 15.000 toneladas2. Una iniciativa destacada en este ámbito es la nueva plataforma de recepción y rehidratación de fangos en la misma ecofactoría, que permitirá tratar más de 40.000 toneladas anuales provenientes de la depuradora del Besòs y aprovechar parte de su potencial energético en forma de biogás para la generación eléctrica.
Innovación y digitalización del ciclo del agua
Entre las iniciativas que impulsan la transformación de las ecofactorías destaca el proyecto RESSONA, financiado por el programa PERTE de digitalización del ciclo urbano del agua. El proyecto, desarrollado también por Aigües de Barcelona, permite cuantificar y caracterizar los vertidos que se producen en los sistemas de saneamiento metropolitanos durante episodios de lluvia.
Con una inversión de más de 35 millones de euros, RESSONA está subvencionado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y cofinanciado por el Área Metropolitana de Barcelona y la Agencia Catalana del Agua. El pasado septiembre, el ministerio reconoció la iniciativa por su carácter innovador y por mejorar la resiliencia y sostenibilidad del ciclo del agua en un momento de emergencia hídrica estructural.
El saneamiento como vigilancia sanitaria
El saneamiento también desempeña un papel esencial en la vigilancia epidemiológica. El análisis de las aguas residuales es hoy una herramienta clave para anticipar riesgos sanitarios, activar medidas preventivas y aumentar la eficacia de las respuestas en salud pública. En el marco del programa EU4Health, la Agencia Ejecutiva Europea de Salud y Digital (HaDEA) ha puesto en marcha en 2025 un proyecto para optimizar la monitorización de patógenos y contaminantes en aguas residuales a escala europea con el objetivo de crear un sistema de alerta temprana ante futuras pandemias.
Veolia es la única empresa del sector que forma parte de esta iniciativa, en la que analiza hasta 500 muestras de aguas residuales recogidas en ciudades europeas a través de sus laboratorios en España. Cada muestra está sometida a más de 500 análisis exhaustivos para detectar contaminantes, virus, bacterias y residuos farmacológicos. El proyecto, desarrollado conjuntamente con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro Tecnológico del Agua de Veolia (Cetaqua) y la Universidad de Santiago de Compostela, parte de más de una década de experiencia en la monitorización de aguas en ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla.
Compromiso con la salud y el medio ambiente
En un mundo en constante transformación, Veolia reafirma su compromiso con la seguridad ecológica y la protección de la salud pública a través de acciones tangibles y efectivas. Las iniciativas contribuyen a garantizar un entorno más sano, una gestión sostenible de los recursos y una mejor calidad de vida para personas y comunidades.