Las cervezas, los quesos y los bombones entran en el calendario de adviento

Las experiencias 'gourmet' se cuelan en el tradicional almanaque, que cada vez se vende más como un producto para adultos

BarcelonaLa gastronomía ha encontrado un filón gourmet y también comercial en los calendarios de adviento, tradicionales norteños de Europa y que suponen una cuenta atrás de 24 días hasta la noche de Navidad. Actualmente, cervezas, quesos, bombones y dulces, entre otros, se han colado en las ventanillas de este calendario para amenizar la espera, ya no solo de los pequeños, hasta el inicio de Navidad.

En Girona, el chocolatero Jordi Roca este año ha preparado dos calendarios de adviento. Por un lado, el calendario del Rocambolesc, que recoge gran parte de las preparaciones que ha hecho el obrador especializado en helados desde que se inauguró. Entre las 24 sorpresas hay un bombón de pistacho, una galleta de jengibre con chocolate, una nube de violeta, una mini cookie, un mini turrón de avellana o un polvorón, entre otros. Por el otro, el calendario de adviento de Casa Cacao, el hotel que los hermanos Roca regentan en medio de la ciudad de Girona, y que tiene en los bajos el obrador de Jordi Roca. En este segundo calendario, del 1 al 24 de diciembre se pueden probar baldosas de chocolate, bombones y turrones hechos a partir de cacaos de diferentes procedencias y con porcentajes de cacao diferentes. Tanto en el uno como en el otro los diseños hacen que las veinticuatro casillas estén muy reservadas por unas portezuelas marcadas por los números correspondientes. En el caso del calendario de Casa Cacao, la imagen que se reproduce es la fachada del hotel, mientras que en el Rocambolesc el calendario tiene forma de cohete, y tiene pintada la insignia de colores de las heladerías, gris y rojo, simulando un mundo de fantasía.

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Por su parte, las empresas cerveceras también proponen contar atrás los días con sus creaciones. Damm ha sacado al mercado una caja de medidas generosas con 24 casillas en las que caben algunas de las cervezas más destacadas que elabora. La última creación, hecha con los hermanos Roca de Girona, la Duet, está en una de las casillas, pero también otras muchas, insignias de la casa, como la Complot, que se hace con lúpulo procedente de las montañas de Prades. En el calendario de adviento de la empresa cervecera de Barcelona, también están las modalidades sin gluten, sin alcohol (la moderación es uno de los valores) y enseres culinarios, como un abridor y un delantal de diseño, una camiseta y propuestas culturales que incluyen entradas a teatros y visitas guiadas a Damm con cata de cervezas.

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Por su parte, Moritz también ha apostado por una caja de cartón donde se meten siete cervezas y también gadgets, como camisetas, imanes, abridores metálicos, llaveros, vasos y una vela. Tanto en un caso como en el otro las cerveceras los venden a través de las páginas web.

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Iniciativa solidaria

En Tàrrega, en el obrador Rosal, del grupo Alba, los arrugats ya los tienen dentro de un calendario solidario, que repite la iniciativa por segundo año a raíz de la buena acogida que tuvo el año pasado. “Este año hemos doblado el número, de forma que hemos puesto a la venta 2.000”, explica Anna Homs, responsable de comunicación del grupo, que añade que, además, el calendario incluye un juego de buscar y encontrar tipo buscando a Wally que está justo detrás de las 24 ventanas. “El diseño del calendario se ha confeccionado con los dibujos de los niños de la Escola Alba”, dice Homs. Los arrugats son galletas hechas a partir de pasta barquillo, que se hacen en el obrador de Rosal que da ocupación a personas con discapacidad y riesgo de exclusión. “Tienen una historia bonita detrás: todo empezó cuando a un trabajador del obrador, Lluís, no le salían los barquillos y los arrugaba y acumulaba en una bandeja. Al final del día tenía una montaña de galletas arrugadas que la gente del obrador se comía y encontraba buenísimas. Finalmente, decidieron comercializarlas como arrugats y ahora son un 70% de la producción y lo que ha dado más nombre al obrador Rosal”, explica la jefa de comunicación. El calendario solidario también se puede adquirir a través de la tienda online del Grup Alba.

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Para continuar, en Vilafranca del Penedès, el espacio de afinado de quesos Xerigots ha creado por primera vez un calendario de adviento solidario con quesos catalanes. Veinte de los cincuenta euros que cuesta se destinan a la Rebost Solidari de Vilafranca, como explica Jordi Bertran, responsable de Xerigots. “Hemos hecho una serie limitada, solo con cincuenta unidades”, explica Bertran, que añade que cada uno de los 24 quesos van acompañados de una descripción detallada y también una explicación que “vincula al producto con personajes del arte, la política o el cine, entre otros”. La curiosidad de la iniciativa es que el afinador, Jordi Bertran, se animó a crear el calendario a raíz de la propuesta que le hicieron los clientes, algunos de los cuales se lo propusieron por la red social Twitter. El calendario está a la venta a través de la tienda online.

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Finalmente, y más allá de la gastronomía, hay otros sectores que también se han apuntado a la moda de vender estos calendarios con 24 productos dentro. Es el caso de la perfumería, con ejemplos como la cadena de productos cosméticos L'Occitane, que propone 24 productos diferentes, entre cremas hidratantes y colonias.

La Navidad, la fiesta de la comida y del consumo

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Cualquier oportunidad para consumir es buena, afirma el economista Miquel Puig, que es autor del libro Los salarios de la ira. Els salaris de la ira. L’empobriment de molts amenaça la democràcia de molts (La Campana). Así que, en una sociedad sofisticada como la actual, el calendario de adviento, de origen religioso, se ha aprovechado para vender 24 productos. “La misma Navidad está ligada al consumo, a pesar de que en el origen cristiano era una fiesta religiosa, que celebraba el nacimiento de Jesús, y en el pasado laico, que se remonta al Neolítico, se celebraba el triunfo de la luz encima de la oscuridad”, dice Puig. Así pues, los regalos van ligados a la Navidad y de aquí que los calendarios de adviento hayan tenido tan buena acogida. “Pero, además, hay que añadir otro fenómeno, que es la desmaterialización del regalo, porque cada vez más los nuevos regalos son las experiencias, preferibles a según que objetos que el lenguaje popular tilde de pongos para referirse a su poca utilidad”. La gastronomía es una experiencia prestigiada y deseada que se ha sabido encapsular y encasillar dentro de 24 ventanillas. Y cada año, lo hará mucho más. Apenas acaba de empezar.