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Uñas extremas, un boom en cada esquina

Cada vez más personas apuestan por hacerse la manicura extrema con diseños muy llamativos

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Una chica con las uñas decoradas

BarcelonaCon degradados, bicolores, elementos 3D, estampados animales, purpurinas o psicodélicas... No existen límites a la hora de decorarse las uñas. Desde hace un tiempo, parece que, cuanto más extremadas sean, mejor. Tan sólo hay que fijarse en personajes como Rosalía, Dulceida y Nathy Peluso para hacerse una idea de hasta qué punto hoy existe una auténtica locura por adornarse las uñas. Programas como Épico nailes en TV3 también son testigo de esta tendencia, que en las calles se transforma en una aparentemente desproporcionada oferta de locales donde se pueden realizar manicuras a cualquier hora del día por precios que oscilan entre los 7 y los 25 euros. Una industria que, según la plataforma Statista, supera los 14.000 millones de euros de facturación a nivel mundial.

Opciones a la hora de realizarse la manicura, hay muchas. Esmalte tradicional, semipermanente, uñas de hielo o apuestas más extremadas. “Para mí es un momento de relax y desconexión, aparte de que me hace sentir mejor conmigo misma porque me estoy cuidando”, confiesa Mònica, que acude a uno de estos locales entre una y dos veces al mes. Normalmente, se realiza diseños sencillos y más conservadores, aunque en ocasiones tiene ganas de hacerse diseños más extremados. "Voy variando, depende del día y del estado de ánimo", asegura.

Aunque parezca una tendencia muy actual, lo cierto es que el denominado nail arte ya hace tiempo que está en boga. El artista Luz Belenguer, más conocida como Lulu View en el mundo del nail arte, hace más de doce años que se dedica a embellecer las uñas de las formas más extremadas.

“Me da rabia que ahora mucha gente piense que la pionera en llevar estas uñas es Rosalía, porque antes ya había habido mil raperas que llevaban unas superuñas”, reivindica: “Lana del Rey no era rapera ni macarra, pero llevaba unas buenas uñas. Missy Elliot, Rihanna... Ha habido mil antes que Rosalía”.

Un (nuevo) ritual de belleza

Del mismo modo, Belenguer dice que hace más de diez años que oye decir a la gente que hay un boom del nail arte. “Ocurre que aquí nunca hemos sido un país con la costumbre de hacernos la manicura, como sí ocurre en Latinoamérica”, explica. La situación ha ido cambiando en los últimos años: “No deja de ser cuidarse una parte del cuerpo que teníamos algo olvidada. De la misma forma que nos cuidamos la piel y el pelo, ahora también nos hacemos la manicura”, continúa la nail artist, que cree que la tendencia ha llegado para quedarse.

Eso sí, deja claro que no quiere decir que todo el mundo quiera llevar las uñas más extremadas a partir de ahora. “Hay muchos tipos de manicura y ni siquiera hace falta que se lleven las uñas esmaltadas. Simplemente, puedes hacer arreglar las uñas y la piel de al lado. Es lo mismo que hacerse un peinado especial en la peluquería o llevar el pelo arreglado, pero sin ningún adorno”.

En todo caso, asegura que cada vez hay más personas que son conscientes de que las uñas deben estar bien cuidadas, al igual que otras partes del cuerpo. Entre la clientela se encuentran desde señoras que piden diseños más tradicionales hasta jóvenes que quieren sorprender con elementos más provocadores.

Diseños cromados y 3D

¿Y cuáles son estos diseños? "Las tendencias cambian muy deprisa, sobre todo por las redes", asegura Belenguer. Eso sí, también admite que lo que hace diez años se llamaba de una forma, ahora se conoce con otro nombre. Sin embargo, cada año se crea una especie de top 5 de diseños más de moda.

“Ahora se llevan las uñas de todos los tamaños, pero no especialmente largas. Las formas también son muy variadas, desde cuadradas hasta más almendradas”, dice la nail artist. Por lo que se refiere al diseño, destacan los efectos cromados y los relieves en 3D: “Sobre todo los que hacen formas fluidas, como gotas de agua gelatinosas”. También asegura que los diseños con perlas han entrado con mucha fuerza este año: "Desde los esmaltes de color perla, como los que llevaban nuestras abuelas, hasta ponerse accesorios de perlas". Otras personas apuestan mucho por la temática japonesa y kawaii. "Al final, todo depende del gusto de cada uno".

Todos estos diseños son posibles gracias a una fuerte industria detrás que cada vez arroja al mercado más productos sofisticados. “Cuando empecé, apenas había nada y para hacer los modelos tenía que ir a papelerías y tiendas de manualidades para poder hacer los efectos, como las purpurinas”, explica Belenguer, quien siempre procura utilizar esmaltes de buena calidad. “Aquí es donde existe la diferencia en los precios del servicio”, matiza: “Al fin y al cabo, te estás tapando la uña con un producto químico. Tienes que hacerlo de la forma más saludable posible”.

Alergias en la piel

Aunque no haya un posicionamiento oficial en contra del abuso de realizarse la manicura, sí que desde los departamentos de dermatología se advierte de algunos riesgos que pueden sufrirse si se hace muy a menudo. "El problema son los acrilatos", explica Josep Manel Carrascosa, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Germans Trias. Según el experto, los acrilatos que existen en los esmaltes de uñas son muy alérgenos, no sólo para las usuarias que se pintan las uñas, sino también para las profesionales del sector. "Antes, los casos de alergias los veíamos sobre todo en los profesionales de la construcción o los artistas que se pintaban, pero ahora ya nos encontramos con muchos más casos relacionados con la manicura", asegura. Así llegan a consulta personas que sufren eccemas, descamaciones y eritemas en la piel.

Desarrollar una alergia a los acrilatos tiene, según el dermatólogo, un doble problema: “Por un lado, que los profesionales no puedan trabajar y, por otro, que más adelante no puedan utilizar materiales que tengan este producto para solucionar otras causas médicas, como ponerse una prótesis en la cadera o algunos materiales que también utilizan los dentistas”.

Hacerse la manicura, en la mayoría de casos, significa tener las uñas siempre cubiertas. "Esto quiere decir que, si hay algún tipo de lesión en la uña, será imposible verla o diagnosticarla", explica el dermatólogo. En otras palabras, tener un acceso visual a las uñas siempre es bueno para diagnosticar posibles afecciones físicas.

Por último, Carrascosa incide en las lámparas de radiación UV y led que se utilizan para secar y fijar la manicura al final de cada sesión. Aunque ha habido cierta controversia por el hecho de exponer la piel a menudo a la luz ultravioleta, el dermatólogo considera que no deja de ser un incremento de exposición relativamente bajo: “Sólo en algunos casos podría tener mayor importancia si la persona también se esté haciendo algún otro tipo de tratamiento. En ese caso, podría aumentar el efecto de la radiación”. Sea como fuere, aconseja intentar utilizar esmaltes de buena calidad y escoger centros que estén más regulados, aunque el precio sea algo más caro.

¿Cuándo empezamos a pintar las uñas?

El origen de la manicura está mucho más lejano de lo que podríamos pensar. Según la historiadora de moda Suzanne E. Shapiro, autora de Nails: la historia de la moderna manicura , los arqueólogos ya descubrieron en su momento momias egipcias que datan del 5000 aC con las uñas doradas y las puntas de los dedos cubiertas de henna. De hecho, se sabe que las mujeres indias se teñían las uñas con ese tinte natural y que los antiguos hombres babilónicos se las pintaban con kohl. Precisamente es en el sur de Babilonia donde los arqueólogos encontraron una manicura de oro macizo que data del 3200 a. El detalle más curioso es que formaba parte de una pintura de guerra que llevaban a los hombres en combate.

Por otra parte, a menudo se atribuye a los chinos la creación del primer esmalte de uñas, que dataría del 3000 a. El proceso consistía en remojarse las uñas con una combinación de clara de huevo, gelatina, cera de abeja y tintes de pétalos de flores. El resultado eran uñas brillantes teñidas de rosa rojizo que llevaban muy largas y con protectores creados con láminas de latón e incrustaciones de piedras semipreciosas, toda una demostración de riqueza y estatus social.

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