La freidora sin aceite, el nuevo utensilio que triunfa en la cocina
Este aparato propone un efecto crujiente con una cocción más saludable que la freidora convencional
BarcelonaEn tiempo de facturas de la luz desorbitadas, puede parecer impensable incorporar en casa cualquier nuevo aparato que se enchufe para consumir más kilovatios en horas punta, pero nada más lejos de la realidad. Desde hace unos meses, un silencioso aparato triunfa en los escaparates comerciales copando la oferta: las freidoras sin aceite, conocidas también como freidoras de aire caliente. Estas máquinas están teniendo éxito por el boca-oreja de los que buscan maneras de comer saludables. Las hay de todas las gamas, potencias y características, y son una solución que tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Desde el grupo SmartWares, que comercializa Princess y Tristar, el country manager Jordi Audet asegura que se trata de una buena solución en un momento de precios históricos de la electricidad, porque la aerofreidora "es un horno de alto rendimiento muy compacte". De hecho, gracias a su medida reducida, "casi no se tiene que precalentar, los ingredientes están cerca de la resistencia y el gran ventilador distribuye el calor a través de los alimentos", detalla. Esto hace que estas máquinas sean más eficientes energéticamente que los hornos tradicionales y las freidoras de aceite.
Para Audet, el boom de estas máquinas se debe al hecho de que los consumidores ahora están "més interesados en la cocina sana, en el mundo fit y en cocinar de manera más saludable" y porque se puede preparar cualquier clase de comida "sin complicaciones y con todo el gusto". En España se ha registrado un aumento de la demanda desde finales de 2019. "Ha aumentado muchísimo desde entonces, y se ve reflejado en las ventas", asegura. De hecho, actualmente es uno de los gadgets estrella en los estantes de las tiendas que venden aparatos de cocina.
Según explica, estas freidoras funcionan mediante una resistencia y un ventilador que hace circular el aire caliente rápidamente por los alimentos para que se cocinen de manera rápida y sencilla con aire en lugar de aceite, de forma que esta grasa vegetal se sustituye por la circulación de aire caliente. En los productos congelados, que normalmente están prefritos, detalla que este aire hace que se frían, mientras que en los productos frescos, como la carne o el pescado, se fríen por medio de los propios jugos de los alimentos.
Como ventajas, Audet señala que esta es una forma más saludable de preparar los alimentos, puesto que no se necesita aceite para la mayoría de platos. También indica que se reducen los olores en la cocina, por ejemplo, a la hora de preparar el pescado y el marisco, y también que son fáciles de usar. En la misma línea, defiende que las aerofreidoras permiten optimizar el tiempo, puesto que no hay que estar pendiente como con una sartén llena de aceite, con el hecho evidente de que no necesitan el uso del aceite y de que, en función del tamaño de la cesta, se pueden cocinar platos para más de una persona en un solo uso. "Tampoco se ensucia toda la cocina", añade.
Entre los inconvenientes, Audet indica que el consumo excesivo de alimentos fritos tiene efectos negativos para la salud. "A pesar de que es más sano que cocinar en una freidora con aceite, no se tiene que abusar de determinados productos y hay que seguir una dieta saludable", recomienda. Por ejemplo, aconseja no abusar de las patatas fritas aunque se cocinen sin grasas, si bien en las aerofreidoras la ingesta de calorías se reduce aproximadamente entre un 70% y un 80%, puesto que los alimentos fritos con estas máquinas contienen mucho menos grasa añadida.
Pérdida de algunas vitaminas
El nutricionista Manuel Jiménez, autor de La dieta slow (Libros Cúpula), coincide en el hecho de que la aerofreidora elimina los aceites y grasas añadidas, puesto que produce una cocción "rápida y más saludable". En los alimentos fritos tradicionalmente se produce una pérdida de agua y una impregnación de aceite. Según el aceite utilizado, el proceso será más o menos perjudicial. Además, los aceites reutilizados contienen sustancias tóxicas y se tienen que descartar para freír. En cambio, en las freidoras de aire se hace una cocción que, con rapidez y alta temperatura, simula el frito. En estas máquinas, "se guarda mejor la hidratación y se evita añadir sustancias ajenas al propio alimento", concreta el nutricionista.
En cuanto a la conservación del valor nutricional de los alimentos, Jiménez señala que esto dependerá del correcto seguimiento de las instrucciones del fabricante. "Si añadimos música propia, estropearemos unos alimentos saludables", avisa. Además, muchos alimentos cocinados a temperaturas altas pierden parte de sus contenidos vitamínicos y enzimáticos. "Com casi todo en la vida, el uso moderado y compartido con otros procedimientos es lo adecuado", explica. Además, Jiménez subraya la necesidad de que los alimentos cocinados siempre vayan bien acompañados de verduras frescas. Para el nutricionista, en cuanto a las propiedades organolépticas esta máquina es una buena opción en el sentido de que imita la textura crujiente de los alimentos fritos. "Lo es, ciertamente, pero siempre que no hagamos un uso excluyente de nuestra maravillosa dieta mediterránea, eduquemos a nuestros hijos en una alimentación saludable y huyamos de las soluciones fáciles y la comida rápida", recalca.
Un resultado similar
En la misma línea, el chef Chema Soler, especialista en croquetas y fritos y autor de Croquetas gourmet (Libros Cúpula), señala que los fritos proponen al comensal una capa muy crujiente, que es lo que la gente adora. Para él, la gracia de las croquetas es que sean muy crujientes, y en el caso de las freidoras convencionales se consigue que una grasa, el aceite, a alta temperatura (unos 190 ºC) cocine totalmente y de forma homogénea el alimento porque está sumergido. Añade que el efecto de las freidoras de aire es como el de un minihorno, que al ser un habitáculo muy reducido consigue llegar a altas temperaturas.
Entre los puntos favorables está el hecho de ser más saludable, puesto que, al fin y al cabo, es como hornear y se obtiene un "resultado similar". En el ámbito doméstico, también menciona la ventaja de tener una freidora que no ocupa mucho espacio y que admite usos bastante diversos. Por otro lado, el cocinero no recomienda tener una freidora en casa porque hace recorrer mucho a productos congelados y en conjunto constituyen una "mala alimentación", mientras que una de estas aerofreidoras permite comidas con menos calorías. Entre los aspectos desfavorables está el hecho de que tarda demasiado y es "bastante más lento que una freidora convencional".
A su parecer, el auge de esta solución se debe a la voluntad del público de "comer más saludable y evitar fritos". Para él, se trata de una muy buena manera de permitirse comer en casa elaboraciones similares a los fritos y con menos calorías. "Antes de comer patatas fritas para mí y mi familia me quedo más tranquilo cocinando unas patatas con esta freidora con menos aportación calórica y menos grasas saturadas", dice. Para Soler, es un electrodoméstico con muchas posibilidades y que sobre todo "encaja" con el estilo de vida actual de cuidar la propia salud.